jueves, 7 de octubre de 2010

El día que terminó el siglo XVIII


El 24 de septiembre de 1810 un hombre maduro, de baja estatura y con ropajes eclesiásticos pidió la palabra en un local de la Isla de León, cerca de Cádiz. Allí, en el antiguo teatro de comedias de lo que hoy es San Fernando, se habían reunido en Cortes por primera vez los diputados llegados de todos los puntos de España, rebeldes a la invasión del ejército francés. Ese hombre fue el primero que tomó la palabra para proclamar los valores de la libertad, afirmar que en las Cortes residía la soberanía nacional, y que convenía dividir los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Era el diputado Diego Muñoz Torrero, extremeño de Cabeza del Buey, sacerdote, que había sido rector de la Universidad de Salamanca. Un cronista ha dicho que cuando, después de hablar, Muñoz Torrero se sentó, el siglo XVIII había concluido.

Y es que ese día comenzó el parlamentarismo en España. La obra de las Cortes terminó con la promulgación de la Constitución de Cádiz, en 1812, la primera de la historia constitucional española. A partir de entonces, hoy hace doscientos años exactos, las nociones de libertad, soberanía o constitución han formado parte del vocabulario colectivo, aun cuando los frecuentes períodos dictatoriales o de merma de las libertades hayan hecho añorarlas más que practicarlas.

El papel de Extremadura en aquellos hechos fue muy importante. Un nutrido grupo de políticos extremeños alcanzó gran protagonismo en las Cortes, integrando el núcleo director de los liberales en la cámara, de quienes Muñoz Torrero fue el líder natural. Manuel Mateo Luján, extremeño de Castuera, fue quien propuso a la cámara el primer decreto, donde se concretaban los principios que Muñoz Torrero había apuntado. Junto a ellos destacaron los también extremeños Antonio Oliveros (de Villanueva de la Sierra), Manuel María Martínez de Tejada (de Zafra), Francisco Fernández Golfín (de Almendralejo), José María Calatrava (de Mérida) y Juan María de Herrera (de Cáceres), todos ellos diputados liberales. En Cádiz, hubo extremeños en las Cortes y fuera de ellas, en otras instancias de poder: Bartolomé José Gallardo (de Campanario) fue el bibliotecario; Juan Álvarez Guerra (de Zafra) fue ministro o secretario de Estado de Gobernación; Manuel José Quintana (de Madrid, pero originario de Cabeza del Buey) fue vocal de la Junta Superior de Censura…

En el Cádiz de 1810 se inicia el período en el que mayor protagonismo político han tenido los extremeños en la política nacional. Durante los primeros decenios del sistema liberal dos decenas de extremeños integraron la élite política del país. En poco más de treinta años, tres extremeños fueron presidentes del gobierno de España; diez extremeños, ministros —hasta en veinticinco ocasiones—, y otros diez, presidentes de las Cortes, del Congreso de los Diputados o del Senado. Nunca más Extremadura ha contado tanto en España.

Ahora nos empeñamos en construir una nueva imagen de Extremadura que haga justicia a los avances logrados en los últimos decenios. Es importante que recuperemos e integremos en esa nueva imagen —y no es paradoja— los momentos y personajes más brillantes de nuestra historia, que fueron los humanistas del XVI y los políticos liberales del XIX.

El 24 de septiembre de 2010 es un día de conmemoración para Extremadura porque hace dos siglos un grupo de naturales de nuestra tierra contribuyó a cambiar la historia de España. Soy consciente de que la celebración de los hechos que aquí se glosan no forma parte de los intereses prioritarios de la sociedad extremeña, pero un pueblo no puede alimentarse sólo de lo evidente. Si no vivimos el presente conscientes de nuestro pasado poco futuro tenemos.

(Texto del artículo publicado, con el título "Se cumplen 200 años de las Cortes de Cádiz", en el diario HOY el 24 de septiembre de 2010)

sábado, 13 de febrero de 2010

Hemos conocido la noticia


Hemos conocido la noticia de las 114.266 detenciones ilegales de desaparecidos del franquismo, hombres y mujeres marginados durante muchos años del discurso oficial de nuestra democracia, que son rehabilitados ante nosotros gracias a las asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica, los investigadores y familiares.

Sus vidas conmovedoras y su sacrificio a favor de la libertad y la democracia, junto a las de sus compañeros represaliados, deben ser reconocidos sin distinción por quienes se consideran sensibles y demócratas como parte inolvidable del sacrificio español del siglo XX. Les debemos reconocimiento a su esfuerzo y esperanza por un mundo mejor en los años más terribles de la historia europea.

Por ello, sin entrar en la causa "sub judice" que respetamos, es motivo de celebración el trabajo encomiable del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón de tramitar este sumario de la época franquista tras la aprobación de la Ley de Memoria histórica, por lo que implica de reparación pendiente por nuestra democracia. Por ello lamentamos el desproporcionado ataque a su labor desde ámbitos determinantes que han creado alarma en nuestra sociedad e indefensión en los demandantes.

Quienes dignificaron la democracia con la inmolación de sus vidas forman parte de uno de los capítulos más generosos de la memoria española del siglo XX y por ello no queremos permanecer impasibles ante la evidencia de este crimen contra la humanidad que se perpetró contra ellos en nombre de un Estado golpista, ni ante las maniobras para separar del Juzgado competente este caso
.

Promotores del manifiesto
Ernesto Sabato, Antonio Gamoneda, Jose Saramago, Juan Goytisolo , Jose Manuel Caballero Bonald, Jose Luis Sampedro, Emilio Lledó, Paco Ibáñez, José Vidal Beneyto, Iam Gibson, entre otros.

Si quieres apoyar este manifiesto envía tus datos personales a esta dirección de correo electrónico.
hemosconocidolanoticia@gmail.com


Fotografía, El País, Luis Sevillano

sábado, 6 de febrero de 2010

Instituto de Seguros contra accidentes de trabajo en el reino de Bohemia


En julio de 1908 Franz Kafka lograba un empleo en un instituto de seguros de Praga. Su sección de trabajo era la de “Prevención de accidentes y elaboración de recursos”. Su biógrafo y amigo Max Brod dice que para Kafka el empleo no debía tener nada que ver con la literatura:


La ocupación material y el arte de escribir debían permanecer totalmente separados entre sí (…) Lo que ambos anhelábamos intensamente era un empleo con “horario simple”, es decir, desde la mañana hasta las 2 o 3 de la tarde (…); tendríamos las tardes libres. Los empleos privados, con su horario de mañana y de tarde, no dejaban tiempo libre para el trabajo literario, paseos, lectura, teatro, etc. Y aun cuando se volviera a casa a las tres de la tarde: había que comer y reponerse un poco del trabajo antiespiritual; luego, cuando se deseaba llegar al estado de libertad, no quedaba mucho del día.


Siempre me ha preocupado qué relación establezco entre la vida y el trabajo, de qué forma entiendo mi ocupación profesional. Hay una visión que podríamos denominar “cristiana” del trabajo. Parte de la consideración de que es un castigo divino, de que si Adán y Eva no hubieran pecado no necesitaríamos trabajar (maldito sea el suelo por tu causa. Con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Génesis, 17). Esta consideración “negativa”, fatigosa, del trabajo conlleva avalorar todo lo que hacemos fuera del horario laboral. La imagen risueña del dominguero expresa esta satisfacción castiza ante el ocio y, aunque vagamente, late bajo la opinión kafkiana del trabajo.


Nunca he compartido esa visión del asunto. Ni la que considera malo trabajar ni la que plantea separar el trabajo y la actividad intelectual o creativa. Siempre he tenido ocupaciones laborales que me han apasionado. Y, por tanto, casi nunca he tenido demasiado tiempo libre, porque he metido el ocio (esto es, el disfrute) dentro del “negocio”. En eso no soy ni kafkiano ni cristiano.

jueves, 28 de enero de 2010

El divino capitán

No es un libro nuevo, aunque nunca esté de más reivindicar a Francisco de Aldana. A pesar de la recomendación clásica de Cernuda, que lo proclamó como uno de los mejores, y de la insistencia en los años ochenta de Ángel Campos, nunca leí con detenimiento al "divino capitán". Ahora, sí. Hay veces que es inevitable que cada lectura encuentre su acomodo en el tiempo, nos aborde en un momento preciso -y no en otro- de nuestro recorrido.

El otro día, volviendo de Sevilla, me leí la edición de sus Sonetos propuesta por Raúl Ruiz en 1984. Arranca con estilo:

Con toda seguridad, sería del agrado de Borges una biografía que se desarrolla entre dos conjeturas: un nacimiento que carece de documentación y una muerte que se sumerge en las brumas del sebastianismo.

Cita oportunamente el informe de Diego de Torres sobre su muerte épica al lado del rey Sebastián de Portugal:

Y el día de la batalla, andando a pie por le haber muerto el caballo, le encontró el rey y le dijo: "Capitán, ¿por qué no tomáis caballo?". Y él dicen que le respondió: "Señor, ya no es tiempo sino de morir, aunque sea a pie". Y con la espada en la mano, tinta en sangre, se metió entre los enemigos, haciendo el oficio de tan buen soldado y capitán como él era.

Recoge los elogios de Lope de Vega, Quevedo, Cervantes o Gil Polo sobre su personalidad de vate y soldado:

con gran razón los hombres señalados
en gran duda pondrán si él es Petrarca
o si Petrarca es él, maravillados
de ver que, donde reina el fiero Marte,
tenga el fecundo Apolo tanta parte.

Y, lo más importante, ofrece sonetos impecables del autor de una de las piezas, la "Epístola a Arias Montano", más sobresalientes de la poesía española. He aquí uno de esos sonetos inconcebibles de Aldana:


En fin, en fin, tras tanto andar muriendo,
tras tanto varïar vida y destino,
tras tanto de uno en otro desatino
pensar todo apretar nada cogiendo,

tras tanto acá y allá yendo y viniendo,
cual sin aliento inútil peregrino
-¡oh Dios!-, tras tanto error del buen camino,
yo mismo de mi mal ministro siendo...,

hallo, en fin, que ser muerto en la memoria
del mundo es lo mejor que en él se esconde,
pues es la paga dél muerte y olvido,

y en un rincón vivir con la victoria
de sí, puesto el querer tan sólo adonde
es premio el mismo Dios de lo servido.

sábado, 23 de enero de 2010

Dulce Libertad



A principios del año pasado me llamó Enrique Villareal, alias "El Drogas", cantante del grupo de rock Barricada. No había hablado con él en la vida, pero estuvimos una hora al teléfono. Me contó su enganche con los temas de la memoria histórica a partir de la lectura de La voz dormida de Dulce Chacón. "Llevo leídos más de cincuenta libros de historia de la guerra desde entonces, entre ellos el tuyo", me dijo y me pidió que escribiera un texto sobre Dulce y su relación con la memoria histórica para un próximo disco que iban a publicar. Después de varios avatares, a los que no ha sido ajena mi colaboración, el disco salió en noviembre pasado con el título "La tierra está sorda". Además de un disco con 17 canciones, es un libro de 175 páginas con artículos de varios historiadores, entre los que están Julián Casanova, Javier Rodrigo, Emilio Majuelo o Francisco Espinosa. Mi texto se titula "Dulce Libertad":

La memoria histórica, que atañe al pasado de todos, provoca paradójicas experiencias personales. En pocas ocasiones lo colectivo y lo individual están tan relacionados, y sólo excepcionalmente la historia adquiere más carnalidad, más coetaneidad, que con la guerra civil española de 1936. No creo haber sido el único en sufrir un golpe emocional cuando descubrí la inmensa barbarie de esos años, cuando me percaté del destrozo causado, en mi consciencia de esos hechos, por tanta manipulación franquista y tanta equidistancia posfranquista.

Algo así le ocurrió a Dulce Chacón. También para ella desvelar el pasado supuso una peripecia personal. Venía del lado de los vencedores. Su familia ­—no es infrecuente entre quienes nos hemos empeñado en la recuperación de la memoria— era de derechas. Su madre era la hija del conde de Osilo, un aristócrata de Almendralejo; su padre fue alcalde de Zafra y procurador en las Cortes de Franco en los años sesenta, y su tío, Federico Chacón, un capitán de la guardia civil involucrado en la represión del maquis extremeño. Antonio Chacón, a quien se recuerda como un buen alcalde, murió de una dolencia cardíaca a los cuarenta y cinco años de edad. Por entonces, Dulce era una niña que jugaba por las calles de Zafra ajena a que veintitantos años antes en esas mismas calles otros habían llorado por el asesinato, debido a sus ideas políticas, de casi doscientas personas. Lustros después, cuando ella supo por fin lo que había ocurrido, toda su experiencia vital —los recuerdos, la familia, los valores— dio la vuelta sobre sí y logró ver al otro lado del espejo.

El encontronazo de Dulce con la verdad colectiva, su peripecia personal por culpa de la historia, tuvo un episodio capital, el punto exacto donde esa parte de su vida relacionada con Zafra giró sobre sí misma: conocer a Libertad González, hija de José González Barrero, buen alcalde republicano de Zafra, asesinado —también a los cuarenta y cinco años de edad— por un grupo de falangistas en 1939 en el campo de concentración de Castuera. Tuve el privilegio de propiciar ese primer encuentro entre Dulce y Libertad. Consciente de su trascendencia, Dulce hizo hueco en La voz dormida para introducir, como dos personajes más, a Libertad y a su padre, el otro alcalde de Zafra:

Don José. Se llamaba don José. Llevaba a su mujer del brazo, y un sombrero panamá. Atardecía. Don José iba con un traje de lino, y con su esposa del brazo. Tenían una hija que se llamaba Libertad.

Sólo convivieron unos años. Cada vez que se encontraban, se miraban a los ojos como quien contempla otra posibilidad de la vida. Quizá, en algún momento, a Dulce le hubiera gustado cambiar su papel por el de Libertad. Que su padre hubiese sido alcalde de Zafra, sí, pero de izquierdas. Que, ya que había de morir joven, lo hubiera hecho por sus ideas. Que sus familiares no hubieran sido vencedores sino vencidos… Quizá, en algún momento de ese juego de espejos, a Dulce le hubiera gustado ser Libertad. No sé. Nadie es dueño de su destino, construimos el nuestro a partir de circunstancias que nos son ajenas, aunque a veces la vida accede a enseñarnos alguno de sus mecanismos. Era una mujer con un inmenso cariño a su familia. Por eso, el deseo de ser Dulce Libertad le duraría, si acaso, sólo un instante, hasta que —escrutando además el vientre oscuro de la bestia que es la memoria— reparara en uno de esos engranajes ocultos: las coincidencias entre sus padres, tan lejanos. La coincidencia de Zafra, de la guerra, de la alcaldía, de la bondad, de la muerte a los cuarenta y cinco años de edad, y de esa extraña habilidad para dar nombre a las hijas.




miércoles, 20 de enero de 2010

Earth Song





Gracias a un correo de la antropóloga portuguesa María Dulce Simoes conozco un videoclip de Michael Jackson del que no tenía ni idea o no me acuerdo (aunque en mi caso la desmemoria empieza a parecerse al desconocimiento). Y el caso es que me reconcilia con quien, aunque magnífico artista, nunca fue santo de mi devoción.
La canción, Earth Song, de 1995, fue un exitazo -me entero ahora-en Reino Unido. El video estuvo nominado a los Grammy el año siguiente. Pero ambos fueron silenciados en Estados Unidos -censurados, dice Dulce.
Ella me lo manda con subtítulos en portugués, pero he buscado -para favorecer su comprensión- una copia con subtítulos en español (el formato es demasiado grande y con algún error).

Creo que es una magnífica canción y un buen videoclip.

domingo, 17 de enero de 2010

Una historia extraña de Extremadura


"En España no es frecuente conmemorar centenarios de acontecimientos relacionados con las libertades. Nuestra historia, en ese sentido, no da —por desgracia— para mucho. Por eso es especialmente gozoso reunirse en un acto que en cierto modo implica la celebración de los doscientos años del inicio del proceso constitucional español. Ese es, en cierto modo y salvando las distancias, un cumpleaños “democrático”.

Este motivo de satisfacción, digamos, nacional (aunque con tanto debate sobre el término no sé si empleo bien aquí la palabra) lo es también doblemente para los extremeños. Ya que fueron paisanos nuestros algunos de los principales protagonistas de aquellos acontecimientos. Con la intención de rememorar esos hechos y reivindicar el papel de Extremadura en ellos, el área de Cultura y Acción Ciudadana de la Diputación de Badajoz nos encargó a la empresa extremeña e-Cultura el diseño y coordinación del libro que hoy presentamos: Extremadura y la modernidad. La construcción de la España constitucional (1808-1833).

Esta obra aborda en nueve artículos lo más sustancial de aquellos años del primer liberalismo extremeño, el costoso arranque de una historia que coincidió en sus comienzos con la guerra contra los franceses (1808) y en dos ocasiones se vio interrumpida (1814 y 1823) y reanudada (1820 y 1833). Hay un cuadro desplegable en las primeras páginas del libro. Gracias a él sorprende saber que en apenas cuarenta años, de 1808 a mitad de siglo, tres extremeños fueron presidentes del gobierno de España; diez extremeños, ministros —hasta en veinticinco ocasiones—, y siete, presidentes de las Cortes, del Congreso de los Diputados o del Senado.
Estamos por tanto ante una historia extraña de Extremadura."
(...)
"Decía al comienzo que este libro habla de una historia extraña de Extremadura. Hasta hace apenas unos lustros -seis, siete- desde la creación de la Universidad de Extremadura, de la Facultad de Filosofía y Letras, de los departamentos de historia y de la generación de nuevos historiadores extremeños, la historia de Extremadura estaba hecha casi exclusivamente de fastos, de grandes gestas. Creo que hay momentos históricos injustamente olvidados y que merecen más notoriedad que otros renombrados. Señalo dos. Hay más. El humanismo extremeño del XVI al XVII con figuras como Arias Montano, Francisco Sánchez El Brocense o Pedro de Valencia, y estos años inaugurales del siglo XIX.

El libro que hoy presentamos con la colaboración del Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura, este libro, "Extremadura y la modernidad. La construcción de la España constitucional (1808-1833)" es una obra colectiva que pretende recuperar uno de los momentos históricos de los que más orgullosos deberíamos sentirnos los extremeños y las extremeñas: la participación de nuestra región en el primer liberalismo español. La cultura y la historia nunca son superfluas —menos aún en tiempos de crisis— porque contribuyen a edificar la identidad de los pueblos, uno de nuestros principales asideros. Esta obra quiere ser una aportación a la identidad democrática y de libertades —que también la tiene y la tuvo— de Extremadura. "


De la presentación del libro Extremadura y la modernidad. La construcción de la España constitucional (1808-1833).

Cáceres, 14 de enero de 2010

domingo, 26 de abril de 2009

Manifiesto MACC


Somos una comunidad de creadores que, desde el Mercado Atlántico de Creación Contemporánea (MACC), concibe la creación contemporánea como un ejercicio radicalmente distinto al del pasado y que nos exige nuevas responsabilidades artísticas y sociales.

La creación contemporánea no gira, como en las prácticas convencionales, alrededor del producto sino del proceso. La creación nos enfrenta más a un trayecto que a un resultado, más a un procedimiento que a una meta. En el arte y la cultura de comienzos del siglo XXI más que las obras o las piezas, importan las experiencias, los caminos. Más el cómo que el qué.

Ya no es significativa la disciplina que el creador practica, sino su actitud ante el proceso de creación. Da igual que sean las artes plásticas, el diseño audiovisual, la música, la arquitectura, las artes escénicas o la literatura; da igual que uno sea artista o artesano; que cree productos o propicie vivencias. Lo que importa es la actitud con que lo haga. Hoy, creador es quien hace pan o quien lo lanza al público en una perfomance. O ninguno de los dos.

La creación no es sólo el ejercicio individual del artista sino el talento colectivo de los grupos. Antes se entendía que el proceso creativo se limitaba a la acción del artista. Ahora sabemos que en ese proceso intervienen otros actores sin los cuales no hay creación. Porque el creador ya no está sólo frente a la obra. Su trabajo depende también del trabajo de los otros. No hay creación contemporánea si no admitimos esa interdisciplinariedad.

El reconocimiento de lo colectivo, del carácter colaborativo de los procesos de creación, nos obliga, incluso, a revisar el concepto de autoría, la noción de propiedad intelectual. Lo contemporáneo ha difuminado las fronteras entre el autor y el usuario, entre la creación y la función de lo creado.

La creación contemporánea no entiende de especialidades. En nosotros se hace evidente que el mestizaje y la diversidad es el argumento principal de la vida. La hibridación es consustancial a las nuevas tendencias creativas. Ni siquiera hay creadores para la cultura, sino desde la cultura.

El proceso artístico no es sólo estético sino ético. Para superar las crisis, como ésta que ahora nos preocupa, es necesario figurarnos lo que no existe. Y los creadores, acostumbrados a la imaginación, reclamamos nuestro papel como imaginadores del futuro. El creador tiene una responsabilidad ante los tiempos, aunque sea sólo la responsabilidad del presentimiento, de la visión que niega la evidencia. Porque si las certezas repiten modelos conocidos; los presentimientos, en cambio, proporcionan nuevas posibilidades.

El MACC ni es ni quiere ser un exhibidor de artistas; sino un exhibidor de procesos creativos. Con esa voluntad, y con la de seguir siendo punto de encuentro, proclamamos nuestra determinación de seguir encontrándonos aquí o en cualquier otro sitio del Atlántico.


Santa Cruz de Tenerife
25.abril.2009

viernes, 24 de abril de 2009

Desmontado el "piricuto" de Zafra


Ayer fue desmontado por orden del Ayuntamiento de Zafra el obelisco erigido hace 72 años en homenaje a Antonio Castejón, comandante franquista que tomó la ciudad en agosto de 1936. Esa aguja de piedra (llamada por la vecindad el pericuto o piricuto) ocultó durante años los 180 asesinatos cometidos en Zafra durante la guerra civil.
No puede haber banderías alrededor de esta decisión, pedida hace años por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica, porque en Zafra los muertos de la represión fueron sólo de un bando. En el otro lado no hay nadie, sólo los asesinos de entonces, y en éste nos agrupamos todos los que defendemos la libertad de tener las ideas que cada uno quiera sin que te maten por ello.
En este final de abril (mañana, pasado, quién sabe) se cumplen 70 años que fue asesinado José González Barrero, alcalde de Zafra.
La fotografía -al fondo, la casa de mi juventud- es de José F. Gras

martes, 14 de abril de 2009

Presentación en Zafra del libro "Barrancos en la encrucijada de la guerra civil española"

El próximo viernes, día 17 de abril, se celebrará en Zafra la presentación del libro Barrancos en la encrucijada de la guerra civil española, de Maria Dulce Antunes Simões, editado recientemente por la Editora Regional de Extremadura. En el mismo acto se verá en público, también por vez primera en Zafra, el documental Los refugiados de Barrancos de Producciones Mórrimer.

La actividad, que está organizada por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica “José González Barrero” y la Editora Regional de Extremadura, cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Zafra y del Instituto de Bachillerato “Suárez de Figueroa”. Comenzará a las 21 horas en el Centro Sociocultural “Santa Marina” de Caja Badajoz y en ella estará presente la autora del libro, María Dulce Antunes Simões; uno de los integrantes de la Asociación Morrimer, Ángel Hernández; el alcalde de Barrancos, Antonio Tereno, y el director de la Editora Regional de Extremadura, Luis Sáez.

domingo, 22 de marzo de 2009

Libros, amigos y circunstancias




Cada libro supone una historia, pero no sólo la que contiene sus páginas sino la que explica que acabe en tu biblioteca. Cada libro llega a casa por una circunstancia, a veces casual, a veces resultado de un plan casi inevitable. Cada libro trae consigo una persona, casi siempre un amigo. En los últimos treinta días han entrado muchos libros en casa y cada uno ha traído su historia.

El primero lo conseguí, hace ya un mes, gracias a la web de la Librería Rodríguez de Madrid. Ángelus, la revista de poesía del Teologado Claretiano de Zafra, dedicaba su número 13 –de septiembre de 1960- a una Primera antología de poetas pacenses. Estoy intentando conseguir todos los números de esta revistita de poesía mística de mediados de siglo. Unos días después, Félix Lozano me regalaba en Mérida un libro comprado en la misma librería madrileña: República y toros (España 1931-1939).

A mi hermano Miguel Ángel le había hablado de las historietas del portugués
José Carlos Fernandes, que yo había conocido gracias a Javier Moreno Romagueras. A Miguel le gustaron tanto que quedamos en que el primero que diera con ejemplares consiguiera dos de cada una. El otro día se presentó en casa con La gran enciclopedia del conocimiento obsoleto, Las ruinas de Babel y Museo nacional de lo accesorio e irrelevante. También trajo de Cáceres los dos volúmenes de la Obra periodística y literaria de Antonio Otero Seco que han editado él y Paco Espinosa. Unos días después, Jose Gras me conseguía los dos volúmenes de Zafra Dinámica urbanística (1940-1995) del geógrafo Blas Toro Fernández, que hacía tiempo quería leer.

Aproveché un exceso de cupones de suscripción de El País para canjearlos por libros en la librería de debajo de casa: Partes de guerra, la selección de relatos sobre la guerra civil a cargo de Ignacio Martínez de Pisón; El internacionalismo moderno, un ensayo del economista y Nobel Paul Krugman; Hospital de Zafra. Apuntes para una historia, del ex concejal Juan Carlos Fernández Calderón, y Del no mundo, la poesía reunida de Juan Eduardo Cirlot.

En Sevilla, en la Feria de Industrias Culturales de Andalucía (FICA), reparé en un libro del stand municipal sevillano: Diego Martínez Barrio. Palabra de republicano. Una chica muy amable no tuvo inconveniente en regalármelo en nombre del ayuntamiento de Sevilla. Al día siguiente, en Madrid, en el homenaje a Ángel Campos del Círculo de Bellas Artes compré su poesía completa, La vida de otro modo, con prólogo de Miguel Ángel. Y unas horas después, en la mañana del sábado, visitamos la exposición del Instituto Cervantes Escrituras en libertad. Poesía experimental española e hispanoamericana del siglo XX y adquirí el catálogo.

Arturo Santos Unamuno trajo de Altea diez libros. En tiempos me había comentado que uno de sus pacientes de allí era un viejo republicano de 88 años, que se llamaba Federico Bravo Morata. ¡Qué sorpresa! El mismo cuyos libros de historia de España devoraba yo a los quince años. Me trajo ocho ejemplares de la monumental Historia de Madrid (que en total tiene veintitantos volúmenes), y dos títulos más: Guernica El impulso soberano y Franco y los muertos providenciales.

En la librería zafrense de Agustín Risco me hizo ilusión encontrar libros de Alianza Editorial marcados con pesetas. Me gasté cinco euros en dos ejemplares: la Antología fugaz de Mariano José de Larra preparada por Paco Umbral en 1979 y unos Opúsculos sobre el movimiento de la tierra de Alberto Elena.

Al entrar en el salón de actos donde se celebraba el Foro provincial de Cultura de Málaga, junto a las credenciales y las carpetas, entregaban un libro de relatos, La pereza de los días, de Miguel Fernández. Después, paseando por Málaga, entré en la exposición de Escultura y Obra Gráfica de AENA ARTE de la Universidad. Obras de Picasso, Miró, Chillida, Palazuelo… Me llevé el catálogo. En la librería Abadía encontré Medio siglo de cultura española, de Tuñón de Lara; Enigmas de la guerra civil española, de Vila-San-Juan; El proceso de Euskadi en Burgos, de Kepa Salaberri, y La I Internacional en las Cortes de 1871, de Oriol Vergés.

Desde Barcelona, Jaume Montané me hizo llegar la enorme Crónica del antifranquismo escrita al alimón por Fernando Jaúregui y Pedro Vega, compañero de Jaume en Time Consultant. Y, finalmente, anteayer Nacho Escobar me regaló 11 ½ ideas insólitas que funcionan de Robert Sutton.

Libros, amigos y circunstancias.

La ilustración la he tomado de El blog de Eduardo Betas

martes, 10 de marzo de 2009

Patos


El sábado asistí con Eva al espectáculo Utopia de Leo Bassi en el teatro Alfil de Madrid. Un monólogo en el que el italiano demuestra su manejo del escenario y arremete contra los neocon, la jerarquía eclesiástica, los convencionalismos sociales y la tibieza de la izquierda ante la crisis financiera. Aunque con salidas de tono acordes a su ánimo provocador, el cómico logra una pieza muy solvente a la que -como único pero- quizás le sobre media hora de las dos que dura. Al final, Bassi salta en escena sobre un enorme pato de plástico, y lanza al público otros de juguete. Son un símbolo de candidez y bondad que sirve de contrapunto a las aristas exhibidas durante el espectáculo.

He vuelto de Madrid con Nacho. En el salpicadero de su coche se movían dos patos amarillos de plástico que había logrado en el espectáculo de Bassi, al que asistió también días atrás. Del bolsillo he sacado un papel que me encontré ayer en la cama, a modo de despedida del Hotel de las Letras, donde me he hospedado durante estos días en Madrid. Se lo leo:

Para salvarnos, juntarnos. Como los dedos en la mano. Como los patos en el vuelo. Tecnología del vuelo compartido: el primer pato que se alza abre paso al segundo, que despeja el camino al tercero, y la energía del tercero levanta vuelo al cuarto, que ayuda al quinto, y el impulso del quinto empuja al sexto, que presta fuerza al séptimo. Cuando se cansa el pato que hace punta, baja a la cola de la bandada y deja su lugar a otro, que sube al vértice de esa uve invertida que los patos dibujan en el aire. Todos se van turnando, atrás y adelante. Según mi amigo Juan Díaz Bordenave, que no es patólogo pero sabe de patos, ningún pato se cree superpato por volar adelante, ni subpato por marchar atrás. Los patos no han perdido el sentido común. Eduardo Galeano, “Elogio del sentido común” (fragmento).

sábado, 7 de marzo de 2009

Ángel


Ayer se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la presentación del libro La vida de otro modo, que reúne la poesía completa de Ángel Campos Pámpano desde 1983 hasta 2008. El acto lo introdujo Emilio Torné, de la editorial Calambur, y tras él hablaron Miguel Ángel Lama, autor del prólogo, y el poeta Miguel Casado. Además leímos poemas algunos amigos: Elías Moro, Tomás Sánchez Santiago, Álvaro Valverde, Juan Carlos Mestre, Isabel María Pérez González, Jordi Doce, Olvido García Valdés, Pablo Guerrero, Ada Salas y José Antonio Zambrano. Casi todos aludimos en la lectura a nuestra amistad con Ángel. Con algunos de mis amigos escritores -dije- tengo una relación guadianesca. También la tuve con él. Es una cuestión de carácter, y de circunstancias: carecer de carné de conducir y perderme, así, gran parte de los actos sociales donde podría encontrarlos. Eso me lleva a atesorar, de cada una de estas relaciones, el recuerdo de un encuentro, de una conversación telefónica, de un texto… De la amistad con Ángel tengo en especial estima una dedicatoria: la que él escribió para mi hijo en el colofón de su De Ángela al poco de nacer, en 1994, el libro y Juan. En esas palabras se reúne parte de lo que él más quiso y parte de lo que yo más quiero. Me gusta recordar a Ángel por esos afectos de ambos reunidos antes de un garabato.

domingo, 22 de febrero de 2009

Redes sociales


El otro día, durante la sobremesa de una comida de amigos, hablábamos de los ataques de los medios de comunicación a las redes sociales. Las televisiones, las radios y los periódicos de papel están aprovechando el asesinato de Marta del Castillo en Sevilla para colocar bajo sospecha a Tuenti, Facebook, MySpace…

Los argumentos serían cándidos si no fueran malintencionados: “hay que proteger a nuestros jóvenes de las relaciones peligrosas”, “las redes sociales son nocivas porque hay mucho enmascarado”, “las redes se quedan con los datos personales”, “las fotos personales pueden ser utilizadas por cualquiera para fines malévolos”, etc.

En el fondo estamos ante la sempiterna desconfianza de lo antiguo hacia lo nuevo, de lo convencional frente a lo emergente. Las redes sociales son, como cualquier otra fórmula de comunicación, buenas o malas según el uso que se les de. Como el teléfono, la correspondencia postal o la mensajería mediante palomas. Cargar la mano sobre Tuenti o Facebook por el terrible suceso de Sevilla es como pretender echarle la culpa a los teléfonos móviles del espionaje y la red de corrupción de Madrid.

Los medios de comunicación convencionales están demostrando sólo neofobia en toda esta polvareda. Neofobia... y vértigo por la creciente pérdida de mercado.

Por cierto, hace un mes —aprovechando la baja— abrí una cuenta en Facebook.

lunes, 16 de febrero de 2009

Declaración de las asociaciones de Memoria Histórica de Extremadura


Declaración final del Encuentro de asociaciones extremeñas que trabajan la recuperación de la memoria histórica, celebrado en Badajoz el día 7 de febrero de 2009


El Encuentro de Asociaciones extremeñas cuyo objetivo es la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura ha supuesto la primera ocasión en la que se han reunido diferentes colectivos para tratar y debatir, a lo largo de una jornada, del Movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura. Esto ha dado lugar a conocer diferentes experiencias asociativas y ha mostrado, a grandes rasgos, el horizonte en que se desenvuelven tanto el movimiento como las instituciones que desarrollan políticas públicas para recuperar la memoria histórica en Extremadura. Como colofón y conclusión a esta jornada de trabajo se plantean una serie de reflexiones e instrumentos que, a nuestro modo de ver, habrían de articularse para una mejor consecución de los objetivos que todos perseguimos, tanto asociaciones como instituciones, de Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura:

1ª. Proponemos que las diferentes Asociaciones actuemos coordinadamente en la consecución de los objetivos, ya que estamos ante una oportunidad histórica dado que el movimiento social alcanza a todo el país y, en este contexto, determinadas Administraciones Públicas están llevando a cabo políticas públicas de la memoria. Por ello consideramos necesaria la coordinación para un mejor aprovechamiento de los recursos públicos.

2ª. Plantear la necesidad de crear algún órgano, aunque sea oficioso (es decir, sin sanción jurídica) donde puedan reunirse las diferentes asociaciones con el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de la Junta de Extremadura, con la finalidad de intercambiar experiencias y sumar recursos y esfuerzos para la consecución de los objetivos del movimiento de recuperación, que pueden resumirse a grandes trazos en verdad, justicia, reparación y divulgación.

3ª. Es necesario que desde la Consejería de Cultura y Turismo se canalicen todas las demandas de información y asesoramiento que están generando el desarrollo legislativo de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, puesto que estas demandas están desbordando los recursos humanos y materiales del movimiento asociativo. En este sentido se hace necesaria la creación de una Oficina de atención específica a las personas relacionadas con la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura o algún otro mecanismo jurídico-administrativo que asesore a los interesados.

4ª. Apertura desde la Junta de Extremadura de una línea de subvenciones a Ayuntamientos, Asociaciones, Grupos de Investigadores, etc. para desarrollar de actuaciones en torno a la recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura.

5ª.- Es necesario que aquellas fosas comunes, parajes, cementerios, tapias, donde conste se produjeran fusilamientos o enterramientos; espacios represivos (cárceles y campos de concentración); así como los restos de construcciones del frente extremeño (búnkeres, trincheras, refugios, etc…), deben ser declarados “Lugares de Memoria”, con una cierta identidad jurídica propia, de cara a que sean protegidas de intervenciones urbanísticas no deseadas en un futuro o a su destrucción. Por ello consideramos que se debería iniciar el proceso de catalogación, dignificación y conservación de los Lugares de Memoria, sin más tardanza, lo que es posible a la luz de la vigente Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, declarándolos como Bienes de Interés Cultural, en su acepción de “Sitio Histórico” (lugar o paraje natural que forman parte de una unidad coherente por razones históricas, culturales o de la naturaleza vinculadas a acontecimientos, recuerdos del pasado) (art. 6.1º.d. Ley 2/99).

La presente Declaración la suscriben: Asociación Foro por la Memoria de Extremadura, Asociación Jóvenes del Jerte, Asociación Matilde Landa, Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECADEC), Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX), Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida y su Comarca, Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Zafra, Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura (GEHCEX), Grupo de Trabajo “Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía” CGT.A (RMHSA).

En Badajoz, a 7 de febrero de 2009

sábado, 14 de febrero de 2009

Apotegma


"La mayoría es mala".
Inscrito a cincel por Bías de Priene
en el tempo, sobre los muros.
Cierto.
Y peligroso si sólo de algunos
conocido.

sábado, 31 de enero de 2009

Plaza Grande


Algunos de mis vecinos han salido hoy a la calle haciendo sonar la bocina de sus coches para protestar. He contado una treintena de vehículos. Se oponen a que el ayuntamiento de Zafra siga prohibiendo aparcar en la plaza Grande. Están convencidos de que eso perjudica sus negocios, situados en la misma plaza y en sus aledaños, como la calle Sevilla. Desde hace semanas hay carteles en algunos comercios. Dicen algo así como “Aparcamiento regulado ya. O esto se muere”. Me comentan que —como siempre ocurre— la protesta tiene varias caras: hay quienes la expresan con sosiego y quien es más exaltado. Aunque sin pasar del insulto. También me dicen que el partido de la oposición de derechas está detrás de algunos de los que protestan. No sé. Y si así fuera sería completamente lícito. El meollo del asunto está en que estos vecinos atribuyen el descenso de actividad de sus negocios a la imposibilidad de aparcar en la plaza. Y eso, si no hay violencias, es lo único que debe ser cuestionado.

Y yo lo cuestiono. Y muchos. Ahora me paseo más por la calle Sevilla y varios comerciantes me han comentado la evidente pérdida de clientes. Parece que peligran muchas tiendas. Pero las personas con las que hablo no lo atribuyen a la prohibición de aparcamientos, sino a la crisis económica. Esta crisis que empezó siendo financiera, que devino en crisis productiva y que, desde hace ya tiempo, se ha convertido además en crisis psicológica. Y que provoca que hasta quienes tienen guarecidos los riñones con un sueldo inconmovible de funcionario sean remisos a gastar.

En la psicología de la crisis también cabe que alguno atribuya a causas erróneas sus problemas. La mayoría de las zonas comerciales del mundo son peatonales y esa circunstancia propicia, más que dificulta, el tráfico de clientes. La propia calle Sevilla de Zafra es peatonal desde el año 1914 y a ese carácter le debe buena parte de su éxito. Por no hablar de las ventajas evidentes que para el patrimonio de todos —generador de la mayoría de los beneficios y atractivos de esta ciudad—resulta de la ausencia de vehículos en una plaza del siglo XVI.

En fin. No estoy de acuerdo con el motivo de la protesta. Con todo mi respeto a las razones de otros, estoy convencido de que la pérdida de la actividad económica en Zafra no se reduce a la plaza Grande y por tanto no puede aducirse como argumento una circunstancia que se limita a ese ámbito. Otros muchos comercios no están afectados por la prohibición pero no por eso dejan de tener problemas. La pérdida de la actividad económica no es exclusiva de la plaza Grande, ni de Zafra, ni siquiera de España. Uno tiende a creer que la razón de sus cuitas está en lo más inmediato o evidente, pero casi nunca es verdad. En este caso, me temo que tampoco. El problema de la crisis que estamos viviendo está -por desgracia- más allá de las plazas de nuestros pueblos, por muy grandes que sean esas plazas.

viernes, 16 de enero de 2009

Ateos proselitistas


El Roto, como siempre, da en el clavo. La insistencia de algunos por intentar convencer al resto de que Dios no existe me parece tan inconveniente como la de los otros por demostrarnos lo contrario. Hay un cierto tufo a creencia en la actitud de esos ateos, llamémosles, proselitistas.

Estoy completamente a favor de evitar que los espacios públicos, cívicos, se tiñan de religión, pero tampoco creo que haya que imponer el ateismo como un dogma, por mucho que se nos presente como "probablemente".

Las ideas deben ser públicas, pero creo que las creencias han de mantenerse en el espacio privado, íntimo, personal, de cada uno. Y tan creencia es creer en Dios como no creer en él.
No sé. O será que uno ni siquiera cree en el descreimiento.


jueves, 15 de enero de 2009

Liliana Herrero



Soy un ignorante en música, cantantes y coplas. Bueno: soy, en general, un ignorante… y también en música. El caso es que un día sí y el otro también descubro nuevos intérpretes. Eso sí, nuevos para mí aunque existan desde hace años. Así me ha ocurrido con Liliana Herrero, la cantante argentina. Una versión de la famosa “Palabras para Julia” a dúo con Mercedes Sosa me ha llevado a esta otra en la que interpreta en solitario y de forma personalísma la misma canción en la Casa Rosada, sede de la presidencia de Argentina.

A partir de ahora, no volveré a ignorarla.

martes, 13 de enero de 2009

Los poetas, el florero y un soneto


En un cuadro muy bello de Fantin-Latour, titulado “Ángulo de mesa”,
que creo que actualmente está en Manchester,
existe un retrato de busto de Rimbaud a los dieciséis años.

Estas palabras de Paul Verlaine, en el prefacio a la primera edición (1886) de Iluminaciones de Arthur Rimbaud, aluden a un lienzo de Henri Fantin-Latour que hoy está en el Museo D’Orsay de París. Es un cuadro de poetas pintado en la primera mitad de 1872. Bonnier, Blémont, Aicard (de pie) y Verlaine, Rimbaud, Valade, y d'Hervilly. Acompañando a los dos principales simbolistas del momento, algún parnasiano y algún zutista. En la esquina derecha aparece el único que no era poeta, el periodista y político radical socialista Camille Pelletan, que llegó a ser ministro de Marina en los primeros años del siglo XX.

Según parece, otro escritor —Albert Mérat— se negó a aparecer junto a Verlaine y Rimbaud y fue sustituido por el florero de la derecha del cuadro. Luis Antonio de Villena (Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica, Madrid, 2002) cuenta que Mérat había escrito en 1869 un libro de sonetos, L’Idole, con unas composiciones bastante cursis dedicadas a distintas partes del cuerpo femenino (ojos, boca, dientes, nariz, frente, cuello…). Como reacción, los dos amantes escribieron en los primeros meses de 1872 un pornográfico soneto al ojo del culo que provocó las iras de Mérat y su negativa a posar en el famoso cuadro. Los cuartetos son de Verlaine y los tercetos de Rimbaud.

Oscuro y arrugado como un clavel violeta
entre el musgo respira humildemente oculto,
húmedo aún del amor que la pendiente sigue
de las nalgas blancas al borde de su abismo.

Hilillos parecidos a lágrimas de leche
lloraron, bajo el áfrico cruel que les empuja,
a través de coagulitos de marga rojiza,
para llegar ahí donde llama el declive.

Mi boca se acopla frecuente a su ventosa,
y mi alma, del coito material celosa,
de él hace salvaje lagrimal, nido de llanto.

Es la oliva extendida y la flauta mimosa,
es el tubo al que cae la garrapiña célica,
Canaán femenino de humedades abiertas.

miércoles, 7 de enero de 2009

Las "memorias" de Queipo de Llano


Hay dos aspectos reseñables del libro Queipo de Llano. Memorias de la Guerra Civil ordenado y preparado para la edición por Jorge Fernández-Coppel y prologado por José Alcalá Zamora y Queipo de Llano. El primero es su escaso interés.

Sólo merece la pena por algunos detalles desconocidos de los enfrentamientos de Queipo con Franco y otros personajes de la dictadura como Serrano Suñer o los generales Varela y Beigbeder. También aporta informaciones inéditas sobre sus relaciones tormentosas con los italianos durante las campañas de Málaga y Sevilla. Pero, más allá de esos, son pocos los datos novedosos de unas memorias que obvian la principal razón —junto a las famosas charlas radiofónicas—por la que se conoce al general Queipo de Llano: la dirección de la represión en el sur de España. Apenas hay alusiones a alguno de los miles de fusilamientos que se llevaron a cabo en su demarcación durante la guerra. Ni siquiera para justificarlos. Quizás el motivo sea, como señala el propio editor en la Introducción, que estas no son las memorias originales. Los textos ordenados y mecanografiados por Queipo no aparecieron en su archivo. El libro se ha montado, según sus propios autores, a partir de dos diarios manuscritos desde el 18 de julio de 1936 hasta el final de su estancia en Roma, y a ellos se han añadido cartas y otros textos sueltos.

Pero además de su irrelevancia, lo que también destaca de estas memorias es la torpe edición de Fernández-Coppel. En algunos pasajes del libro cuesta trabajo distinguir las palabras directas de Queipo de las de su hijo Gonzalo, y ambas de los comentarios del editor. Apenas se ha utilizado algún signo diacrítico para diferenciar a los tres autores que aparecen en los textos. Las notas a pie de página no son, en la mayoría de los casos, más que insustanciales anotaciones sobre la trayectoria militar de algunos de los personajes que aparecen en el libro. No hay ninguna introducción que contextualice los hechos o los enjuicie con un mínimo espíritu crítico. En fin, no estamos realmente ante una edición de las memorias de Queipo sino ante la transcripción —suponemos— de unos diarios y unos documentos publicados sin ningún aparato crítico.

Ya que parece imposible mayor variedad en la orientación ideológica monocolor de la mayoría de las obras de historia editadas por La Esfera de los libros, la editorial dirigida por Imelda Navajos debería al menos cuidar más la edición de los libros que saca a la calle.

sábado, 3 de enero de 2009

Los refugiados de Barrancos


El 28 de noviembre del año pasado se estrenó en Barrancos (Portugal) el documental Los refugiados de Barrancos, de Producciones Morrimer. Estaba invitado al acto pero no pude ir porque esa misma tarde presentaba a Francisco Moreno y Alberto Reig en Villafranca de los Barros, en unas jornadas de memoria histórica organizadas por Paco Espinosa.

El estreno del documental fue, como digo, hace ya más de un mes pero el DVD está fechado en 2009, siguiendo la costumbre editorial de añadir un dígito más a la fecha de las ediciones que salen a la calle en los meses finales del año, para que no pierdan tan pronto su carácter novedoso. En este caso ese celo editorial no hubiera hecho falta. La novedad del trabajo del solvente equipo de Llerena pervivirá muchos años.

Con este excelente documental, que continúa y completa La columna de los ocho mil, Producciones Morrimer (integrado fundamentalmente por Ángel Hernández, Antonio Navarro, Fernando Ramos, Paco Freire y Pedro J. Martín) vuelve a realizar una original aportación al proceso de recuperación de la historia reciente de Extremadura, relatando en imágenes otra de las historias perdidas de la guerra civil en la región. En esta ocasión se trata de la peripecia de un millar de huidos del suroeste de la provincia de Badajoz, refugiados en el pueblo portugués fronterizo de Barrancos y que lograron sobrevivir gracias a la humanidad del teniente de carabineros Augusto Seixas y a la solidaridad de los barranqueños.

No puedo hablar mucho de Morrimer porque no soy imparcial. Me siento muy comprometido con su trabajo. Espinosa y yo colaboramos en La columna de los ocho mil y, tras finalizarlo, les sugerimos este nuevo tema con el objeto de disponer de relatos audiovisuales de los dos principales éxodos de 1936 provocados por la guerra en Extremadura: el del sureste, hacia Castuera, y el del suroeste, hacia Portugal. Es sorprendente que un grupo no profesional con escasos medios haya acometido dos obras de esta magnitud con la notable pericia con la que lo han hecho.

Morrimer ha redondeado este magnífico documental —en el que ha colaborado también la antropóloga portuguesa María Dulce Simoes— recuperando una canción popular portuguesa cuyos primeros versos resuenan detrás de cada una de estas tragedias de nuestra historia:

Soy la triste y pobre España desvalida
Son mis hijos quienes me han devorado

jueves, 1 de enero de 2009

Un poema a primeros de año


Hay cosas que me aburren:
los espárragos y las fábricas,
las reuniones y la política,
aquello donde el hombre aparece y no se encuentra.
Me enternecen la libertad y la tierra recién arada,
la ahijada y la tierra,
la sementera y la tierra,
la sazón y la tierra,
cada cosa en su sazón y en su sitio.
Tengo la suerte de tener labranza y amigos,
brazos abiertos, es decir, familia,
suelo de los míos, es decir, pasado.
Habrá, pues, que dejarse de historias que se venden,
de máscaras que se compran,
de patrias no del corazón,
de tesoros sin cotización celestial,
aunque vivir sea equivocarse,
y la poesía oficio de tartamudos,
donde se encuentran a veces y en la oscuridad
hombres de buena voluntad
que buscan a Dios entre las sombras
y en la perplejidad lo encuentran,
y en el temblor, la luz,
y la esperanza de un refrigerio orillas suyas,
con un agua suya para más sed,
y gloria sin tasa,
y deseo deseado y aliviado.
José Antonio Muñoz Rojas

martes, 30 de diciembre de 2008

El pirata del Mediterráneo soborna a los generales de Franco


Acabo de leer Juan March El hombre más misterioso del mundo, de Pere Ferrer. Quien fue uno de los hombres más ricos del planeta, el mallorquín Juan March Ordinas, edificó su vida sobre el contrabando, el tráfico de armas, la financiación de opciones políticas con métodos espurios, el doble juego con los adversarios bélicos en las dos guerras mundiales, el apoyo a los golpistas en la guerra española, los sobornos y algún cadáver.

Me sorprende el alcance de su influencia. Buena parte de los personajes históricos españoles de la primera mitad del siglo XX en España no fueron más que marionetas en manos de este hombre. Colaboradores directos suyos fueron Alejandro Lerroux, José María Gil Robles, Santiago Alba. Y hasta algún periodista o literato, como Azorín, cedió su pluma a los intereses del oligarca. Los datos que aparecen en este libro sorprenden aún más si uno repasa la historiografía sobre la época y advierte las escasas menciones a este hombre. Si acaso se le recuerda por la financiación del Dragon Rapide o por la rocambolesca huída de la cárcel de Alcalá de Henares. Pero eso son anécdotas frente a su continuo manejo de la vida política durante la monarquía alfonsina, la república del Bienio Negro y el franquismo.

De todo lo que relata Ferrer en esta obra hay algo que me ha interesado vivamente: el soborno de una veintena de generales por parte del primer ministro inglés, Churchill, para evitar que el gobierno de Franco entrara en guerra contra los aliados. March, al mismo tiempo que ayudaba a los nazis con su flota de barcos, trabajaba de intermediario de los ingleses en esta operación, pagando a los militares incentivos hasta varios cientos de millones de pesetas de la época desde una cuenta de Nueva York. Ferrer sugiere que los beneficiarios de esos sobornos fueron, entre otros, los generales Aranda, Orgaz, Kindelán, Varela, Solchaga, Saliquet, Monasterio, Ponte, Tella y Espinosa de los Monteros. De esta forma, los generales aliadófilos (la mayoría de ellos también monárquicos y partidarios de Juan de Borbón) fundaban en razones crematísticas su pacifismo.

Al hilo del libro de Ferrer los medios de comunicación han recogido masivamente la información, pero no es la primera vez que sale a la luz. Creo que la primera noticia la publicó Denis Smyth en un artículo de 1991 con el título “Les Chevaliers de Saint George: la Grande-Bretagne et la corruption des généraux espagnols”. Después, en 1997, el historiador inglés David Stafford escribió Churchill and Secret Service. Haciéndose eco de este libro, el diario El Mundo divulgó en España la información en el verano de ese mismo año con una crónica titulada “Churchill sobornó a la cúpula de Franco para que España no entrara en la guerra”. Enrique Moradiellos, experto en las relaciones entre Inglaterra y España durante la guerra civil y la guerra mundial, recogió también los hechos en su Franco frente a Churchill, publicado en 2005, pero pasó un poco de puntillas sobre el asunto y la prensa no lo reflejó.

Aunque no sea ninguna novedad, aunque hayan transcurrido al menos diecisiete años desde la primera revelación académica y once desde la aparición en la prensa, es ahora cuando el soborno a los generales de Franco ha saltado a la opinión pública. De nada vale lamentarse de la afición de la prensa española a vender como nuevas cosas sabidas. El libro de Pere Ferrer ha tenido como principal virtud volver a fijar la atención en unos hechos muy importantes.

Pero terminaré con una “senabrina”, con perdón. Con un asunto “bombón” como el de Juan March no es normal que haya momentos en que el libro se caiga de las manos. Y es que el autor no ha sido capaz de evitar que se cuele en la obra parte de su tesis doctoral sobre el mismo tema. Ha cometido el error de no utilizar las notas a pie de página (en este caso a final de libro, siguiendo la nefasta costumbre de algunas editoriales) para descargar el texto principal de incisos y digresiones que acaban lastrando determinados pasajes. Ese descuido, llamémosle literario, es una vez más el error de un libro de historia, por otro lado estimable, como éste.

sábado, 27 de diciembre de 2008

El látigo y la pluma


Conozco al periodista Fernando Olmeda desde mediados de los años ochenta. Yo vivía en la calle del Príncipe, en Madrid, en el mismo bloque de apartamentos que la también periodista Tachi Castañón, su novia. Cuando Tachi murió en un desgraciado accidente mis encuentros con Fernando se espaciaron, aunque siempre supe de él por amigos comunes como Paco Utrero y Manolo Barrena. A principios de siglo empezó a presentar la edición dominical del fin de semana de Informativos Telecinco y escribió un libro sobre los homosexuales y el franquismo al que siguió una biografía: Gerda Taro, fotógrafa de guerra, sobre la compañera de Robert Capa. Ahora espera la publicación de un nuevo libro, cuya temática no ha concretado, y mantiene su blog, que visito con frecuencia.


Hace tres días me regalaron su libro El látigo y la pluma. Homosexuales en la España de Franco (Oberon, Madrid, 2004). Me lo envió con un propio Benito Morales, dueño —junto a su marido, Rudy Koster— de uno de los mejores restaurantes de Extremadura, La Rebotica, en Zafra. Y —ventajas de convaleciente— ya me lo he leído.


Es una historia de historias, de breves relatos acerca de las vivencias de homosexuales enlazados entre sí sobre el escenario de los últimos setenta años. El libro tiene más de testimonio, de reivindicación y compromiso que de ensayo sesudo. Es una propuesta de divulgación firmada por un periodista que escribe con fluidez y que logra un texto solvente, una crónica de homosexuales y homófobos, de libertad sexual y represión, de identidades y embozos. Aunque las historias se ordenan con un cierto criterio cronológico —desde 1939 hasta comienzos del siglo XXI—, la obra no tiene en principio intenciones sistemáticas. Pero como la mayoría de sus protagonistas son —salvo alguna celebridad como Miguel de Molina— personas anónimas que esconden, incluso, sus apellidos tras apodos o nombres supuestos, la despersonalización acaba elevando cada caso al rango de categoría. El libro, así, se yergue por encima de las anécdotas y se convierte en un completo estudio sobre la lucha de los homosexuales por su identidad. Y es que, como reza la cita de Josep Carner con que se abre el texto, “la verdad puede estar rota en mil pedazos, pero es una”.

jueves, 25 de diciembre de 2008

¿Plagio o lipograma?

Nach me ha defraudado. Supe de él hace algunos meses gracias a mi hijo Juan. Me interesó mucho su canción Efectos vocales, un buen ejemplo del valor literario de algunas de las piezas del hip-hop. Pero el que es ya uno de los primeros raperos de España da la impresión que no ha sabido resistirse a la tentación de aupar su carrera con una polémica: ha denunciado públicamente las que considera excesivas similitudes entre la campaña del Ministerio de Sanidad Yo pongo condón y su tema estrella de Efectos Vocales.

Creo que la acusación es desmedida. No tengo porqué defender aquí ni al Ministerio ni a la agencia BAP & Conde, que le ha diseñado la campaña, pero creo que la única similitud entre ambas coplas (además de su adscripción al estilo hip-hop) es el uso de un recurso literario cuya autoría no puede atribuirse Nach: el lipograma.

Según el diccionario de la RAE, el lipograma es un texto en el que se omiten deliberadamente todas las voces que contienen determinada letra o grupo de letras. Este recurso tiene su origen en la poesía griega, y la literatura castellana nos ofrece numerosos ejemplos, desde el romance final (sin o) del relato anónimo Vida i hechos de Estevanillo González, del siglo XVII, hasta los cinco textos lipogramáticos —suprimiendo en cada uno una vocal—que Jardiel Poncela publicó a finales de la década de los veinte del siglo pasado.

Pero los de Nach y el Ministerio son ejemplos extremos de lipogramas porque suprimen todas las letras menos una. Los entendidos los llaman “lipogramas de presencia” o textos "monovocálicos". Como el cuento corto de Rubén Darío

“Amar hasta fracasar”, cuya única vocal es la a. De esta modalidad lipogramática –que tuvo en el francés Georges Perec al principal autor—hay también muchos ejemplos en la música. Les Luthiers la practicó en alguna de sus piezas (Papá Garland) y el otro día —al hilo de esta polémica— alguien recordaba a Mamá Ladilla y el tema En el vergel del edén.

En fin, Nach no puede atribuirse la propiedad intelectual de un recurso literario. Colofón: condón no robó “o”, ¡no, loco, no!, sólo sonó homólogo como trovo no mozo. ¡Ojo, roñoso, los tropos somos todos¡

lunes, 22 de diciembre de 2008


Hace tres días, el 19 de diciembre, me operaron en el Hospital de Llerena. Fue el día de mi cumpleaños. Antes muerta que sencilla.


Dicen que hoy es el Día de la Salud porque, como a casi nadie nos tocará la lotería, nos tendremos que conformar con lo que tenemos. Quien la tenga. Lo mismo me toca algo.


Vuelvo a casa. Aunque el hijodeputa de 2008 sigue por aquí.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Bisiesto


Me había prometido no volver a escribir en el blog durante este año. Intentaba que fuera una especie de castigo contra los años bisiestos. Mi padre abominaba de los años de este tipo. Era una vieja obsesión que justificaba aludiendo al 36 —el año de la guerra—, al 40 —el del hambre—, al 52 —cuando nació un hijo que acabaría perdiendo… Mi padre murió en 1992, año bisiesto.

Este 2008, también con 366 días, está siendo insoportable. Aunque ya le he dicho a Luciano Feria que nosotros los marxistas no debemos creer en estas cosas, hay que reconocer que el añito tiene miga. Además de miles de desconocidos, se me han muerto cinco amigos: Manolo Peláez, Luis Santos, Carmina Unamuno, Justo Calderón y Ángel Campos. Y cuando uno tiene un blog modesto, de pocos artículos, tantas muertes pueden convertirlo en una continua necrológica. Cuando murieron decidí no escribir nada sobre la vida de Justo ni sobre la de Ángel. A ambos me unió un afecto extremo, pero estaba asqueado de tanta muerte. Acompañé al primero en los últimos años de su vida alrededor de la memoria histórica y la reivindicación de las víctimas de la guerra civil. El segundo me acompañó casi en los primeros de la mía adolescente con ese otro afán de la poesía. Con estas dos pérdidas queda claro que ni la bondad —compartida por ambos—, ni el humor —propio de Justo—, ni la palabra —que Ángel dominaba— eximen de la muerte.

Había decidido no hablar más mientras este pendenciero 2008 estuviera presente, pero hasta el silencio acaba por volverse contra uno frente a tipos como éste. Y es que resulta que el año 2008 —ahora que se iba de una puñetera vez— se ha quedado con mi cara y me está mirando, desafiante, a los ojos. Y eso sí que no.

Aire y agua de Escher

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El sueño de Obama


Tengo sueño. Estoy en Barcelona, en la habitación de un hotel y no me he resistido a seguir durante buena parte de la noche el escrutinio de las elecciones norteamericanas. Tenía ganas de saber de primera mano si los electores mandaban a la mierda con mayor o menor fuerza a Bush y se atrevían a apostar mayoritariamente por Obama. Así ha sido: alta participación y rotunda victoria.

Hay quienes pontifican sobre la irrelevancia de estas decisiones populares. Creo que la cuestión no es si el nuevo presidente va a encabezar una revolución -es evidente que no- o va a evitarnos todos los disgustos que suelen dar al mundo los inquilinos de la Casa Blanca. Alguna liará, pero tengo para mí que buena parte de la gente común de los Estados Unidos de América no se equivoca: es muy importante que un afroamericano con ideas de cambio encabece el gobierno de ese país.

En fin, el sueño de Obama y de josemarialama.

La imagen es de un enorme retrato de Obama ("Expectation") realizado en la playa de Barcelona por el artista cubano Jorge Rodríguez Gerada. Hoy he visitado su taller vacío en Hangar, el centro de producción de arte audiovisual de la ciudad.

sábado, 1 de noviembre de 2008

El laconismo de El Roto frente a la locuacidad de la reina

Problemas en el Departamento de Historia de la Universidad de Extremadura



Recibo un comunicado suscrito por la mayoría de los profesores del Departamento de Historia de la Universidad de Extremadura. En él se informa de los problemas que han surgido entre el departamento y la Junta de Facultad a cuenta de la aprobación del Plan de Estudios del Grado de Historia, que en dos ocasiones ha sido rechazado por ese órgano:

La situación creada es grave. Está en juego la continuidad de los estudios históricos en Extremadura a partir del año 2010. Está en juego el porvenir de una titulación que ha venido proporcionando numerosos alumnos a la Facultad de Filosofía y Letras, un centro nada sobrado de demandantes. Está en juego el honor de un plantel de profesionales que se consideran merecedores de un mejor y más decente trato por parte de otros colegas de disciplinas humanísticas con los que comparten no pocas inquietudes culturales, amén de espacios físicos y universos mentales. [
Leer el texto completo]

Este tipo de comunicado a la opinión pública sobre asuntos polémicos suelen ser, inevitablemente, de parte, por lo que supongo que no están en él todas las claves. Además, se advierte que en el asunto están implicados otros profesores de distintos departamentos de la Facultad. Sé que la elaboración de los planes de estudios y su necesario ajuste a las nuevas directrices europeas está generando no pocas tensiones en la Universdad. No obstante, en este caso parece que intervienen otros factores. La preocupación expresada por los profesores de Historia es relevante y convendría que se aclararan cuáles son las razones de fondo de la disputa.
(Relatividad de M. C. Escher)