Las "memorias" de Queipo de Llano
Hay dos aspectos reseñables del libro Queipo de Llano. Memorias de la Guerra Civil ordenado y preparado para la edición por Jorge Fernández-Coppel y prologado por José Alcalá Zamora y Queipo de Llano. El primero es su escaso interés.
Sólo merece la pena por algunos detalles desconocidos de los enfrentamientos de Queipo con Franco y otros personajes de la dictadura como Serrano Suñer o los generales Varela y Beigbeder. También aporta informaciones inéditas sobre sus relaciones tormentosas con los italianos durante las campañas de Málaga y Sevilla. Pero, más allá de esos, son pocos los datos novedosos de unas memorias que obvian la principal razón —junto a las famosas charlas radiofónicas—por la que se conoce al general Queipo de Llano: la dirección de la represión en el sur de España. Apenas hay alusiones a alguno de los miles de fusilamientos que se llevaron a cabo en su demarcación durante la guerra. Ni siquiera para justificarlos. Quizás el motivo sea, como señala el propio editor en la Introducción, que estas no son las memorias originales. Los textos ordenados y mecanografiados por Queipo no aparecieron en su archivo. El libro se ha montado, según sus propios autores, a partir de dos diarios manuscritos desde el 18 de julio de 1936 hasta el final de su estancia en Roma, y a ellos se han añadido cartas y otros textos sueltos.
Pero además de su irrelevancia, lo que también destaca de estas memorias es la torpe edición de Fernández-Coppel. En algunos pasajes del libro cuesta trabajo distinguir las palabras directas de Queipo de las de su hijo Gonzalo, y ambas de los comentarios del editor. Apenas se ha utilizado algún signo diacrítico para diferenciar a los tres autores que aparecen en los textos. Las notas a pie de página no son, en la mayoría de los casos, más que insustanciales anotaciones sobre la trayectoria militar de algunos de los personajes que aparecen en el libro. No hay ninguna introducción que contextualice los hechos o los enjuicie con un mínimo espíritu crítico. En fin, no estamos realmente ante una edición de las memorias de Queipo sino ante la transcripción —suponemos— de unos diarios y unos documentos publicados sin ningún aparato crítico.
Ya que parece imposible mayor variedad en la orientación ideológica monocolor de la mayoría de las obras de historia editadas por La Esfera de los libros, la editorial dirigida por Imelda Navajos debería al menos cuidar más la edición de los libros que saca a la calle.
2 comentarios:
Te agradezco la crítica a este libro, pués por aquí se está viendo en muchas librerias en las cabeceras.No me atreví a comprarlo por el desconocimiento a sus autores y eso hizo que fuera precavido, por sí fuera poco en el Corte Inglés lo tienen junto a unas memorias que han salido publicadas de Utrera Molina (suegro del alcalde Ruiz Faraón).En fín te doy las gracías por qué después de haber leido tú comentario ahorraremos 20 euros.Saludos
Fue un hombre al que nunca le movió la ambición de mando, ya en su juventud le habían puesto sobre sus espaldas resposabilidades superiores a su edad y empleo, permaneció siempre al pie del cañón con el mismo espíritu y tradicional entusiasmo, obviamente le hubiese gustado estar al servicio de la Patria, pero la injusticia se sebó con él, sin comérselo ni bebérselo. Tengo 94 años y me honro haber estado a su servicio, por él y por España.
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