domingo, 5 de marzo de 2006

El abuelo de Zapatero

Pocas veces he sentido tanto asco ante una trifulca política. La alusión de Zapatero a la muerte de su abuelo en la entrevista con la madre de una víctima del terrorismo ha abierto las fauces de ese fascio —gruñidor y voraz— disperso por periódicos, tribunas y blogs de este país. Parece ser que la conversación en Moncloa fue así:

— María Jesús González: Mi hija me sigue haciendo la misma pregunta que cuando era una niña: “Mamá, ¿por qué nos ha pasado esto?”. Póngase en mi lugar.

— José Luis Rodríguez Zapatero: Estoy ya en tu lugar porque a mí me mataron a mi abuelo.

Quede claro que la comparación del presidente del Gobierno no era afortunada porque —además de hacerla ante quien no ha dudado en retorcerla en público— no suele aceptarse emocionalmente equiparar el daño a un abuelo con el daño a una hija. Lo que le ocurra a la progenie ocupa el primer lugar en nuestro escalafón del dolor. Pero ese fallo básico —y creo que único— del comentario de Zapatero no ha merecido apenas la atención de los depredadores. De inmediato, se ha hurgado en otras partes de la pieza argumental ofrecida. Tras leer —hasta el vómito— muchas de las declaraciones que ha suscitado este hecho, creo que las fases en el festín de las alimañas han sido —dichas a su manera— las siguientes:

1.ª El abuelo muerto en combate, más o menos. Zapatero equipara a una inocente víctima del terrorismo con una víctima de la guerra —donde se sabe que lo lógico es que se muera la gente— y además que era un militar —que ya se sabe que se arriesga a ello.

2.ª El abuelo fusilado, pero porque se lo merecía. El abuelo de Zapatero —se dice por estos malajes— algo habría hecho para morir. Uno —para preparar el tiro— lo llama "comandante miliciano". Otro aventura que antes de morir le daría tiempo a matar a alguien. Y un tercero remata diciendo que, efectivamente, ordenó matar a un falangista y patearle la cabeza.

3.ª El abuelo fusilado por los de derechas, pero que antes había luchado contra los de izquierdas. El abuelo de Zapatero —proclaman en Libertad Digital— participó entre las fuerzas militares que reprimieron, en nombre del gobierno, la revolución de Asturias. A partir de ahí otro dice que fue un represor de los mineros asturianos.

4.ª El abuelo de Zapatero fue fusilado por los de derechas, pero el de su mujer lo fue por los de izquierdas. Al abuelo de Zapatero lo mataron los “nacionales” pero al abuelo de su mujer lo mataron los “rojos”, dice un desvergonzado.

5.ª Todos tenemos muertos. Esta es la conclusión y el quid del asunto. Aquí sólo se habla de unos muertos, y al que se le ocurra citar a más muertos se le caerá el pelo.

Como las hienas, han ido saltando de un argumento a otro. Qué gentuza.

La verdad es que Gregorio Díaz —abuelo de Sonsoles Espinosa—, guardia civil que formó parte de los sublevados de Ávila, murió en un accidente provocado por un compañero que limpiaba el arma. Y el abuelo de Zapatero, el extremeño Juan Rodríguez Lozano (Alange, 28 de julio de 1893) fue capitán de Infantería del Ejército y como tal participó en distintas operaciones militares tanto en África —durante los años veinte— como en Asturias —con motivo de la
revolución de 1934—, sin que nada reprobable sobre su actuación en ellas se haya sabido antes de la notoriedad de su nieto. Durante el golpe de Estado de julio de 1936 fue un activo defensor de la legalidad republicana y tras resistir durante unas horas junto a las autoridades fue detenido en el gobierno civil de León el día 20 de julio de 1936. Después de estar encarcelado cerca de un mes, y tras un simulacro de consejo de guerra, fue fusilado por los facciosos el 18 de agosto de 1936 en el polígono de tiro de Puente Castro.

Ni combate ni sangre en sus manos, y defendiendo la legalidad: exactamente la misma inocencia de cualquier víctima de ETA.

(Fotografía tomada de la obra La guerra civil en León (León, 1987) , de Wenceslao Álvarez Oblanca y Secundino Serrano)



12 comentarios:

Portarosa dijo...

Un ejemplo más de la degradación política (y eso que era difícil) que su degradación mental está causando. Es algo que pone los pelos de punta; y que, increíblemente, a otros también se los pone, pero de la emoción...

Gente normal: sólo hay que ver la foto que ha colgado Á. Valverde.

Anónimo dijo...

Se pueden sentir intimamente cosas similares ante circunstancias diferentes. Puedo entender a la abuela de Zapatero, viuda joven y con una hija pequeña, con la que durante mucho tiempo tuvieron que comentar por qué les había ocurrido aquello. Las circunstancias pueden ser diferentes, el sentimiento puede ser casi idéntico

Anónimo dijo...

De todo este asunto, como de otros similares, lo que molesta es que deis una versión que sólo admite las líneas trazadas por el equipo de "El País", "La Ser", "La Cuatro", "Canal +", "El Periódico"... Los demás, que no han recibido la vitola de demócratas que graciosamente distribuyen Juanli, su Jefe, LLamas y compañía, estarán siempre condenados a ser fascistas, retrógrados, infames, et. Ese es el problema: "ellos" y "nosotros". Las dos Españas, en fin. Creíamos que los que sois intelectuales, inteligentes, progresistas, cultos, sensatos..., no comulgabais con esas ruedas de molino.

josemarialama dijo...

Ahora va a resultar que para que no te acusen de ser del grupo PRISA hay que insultar al abuelo de Zapatero.

josemarialama

Anónimo dijo...

Sintiendolo mucho por ZP, no es lo mismo morir por defender una legalidad que se ha jurado defender, que pasar por un lugar y sin comerlo ni beberlo te estalle una bomba cuando ni tu profesion es defender la legalidad ni has jurado hacerlo.
Esa es la diferencia entre una victima inocente y una victima sin mas, y no es comparable.
Mi aplauso al abuelo de Zapatero por defender la legalidad establecida en su momento, y mi abucheo al nieto que no entiende que no es lo mismo una cosa que la otra, y que tampoco es lo mismo una victima de hace unos años con un problema abierto, que una victima de algo que estaba superado hasta que el Sr. Zapatero llego a la Moncloa.

Unknown dijo...

Ahora resulta que de todos los militares al mando de Franco que sofocaron la sublevación golpista del PSOE y sus cómplices nazionalistas de la ERC, sólo había uno que estaba limpio como una patena: el abuelo de ZP. Eso se llama independencia y objetividad.

josemarialama dijo...

Liberal,

creo que no se ha enterado usted bien: el abuelo de Zapatero no fue un militar al mando de Franco, sino un militar republicano asesinado por defender la legalidad republicana.

josemarialama

Buyolo dijo...

josemaria creo que el que no se ha enterado bien eres tu, porque el abuelo de zp estaba a las órdenes de francisco franco vahamondes pese a quien pese puesto que este era jefe del estado mayor de la defensa cuando reprimió una revolución promovida por el partido q hoy ampara a su nieto, y que posteriormente murió como capitán de un ejercito que a la vez que defendia la legalidad republicana se dedicó a asesinar inocentes, violar monjas y quemar expresiones del arte religioso que forman parte de la cultura de este pais que tanto defiende zapatitos

Anónimo dijo...

Imperioso,

tú si que no tienes ni idea. Te ciega la intolerancia. Nada más que hay que ver tu web.

Pobrecito fascista.

Anónimo dijo...

He leído que el abuelo de Sonsoles, la mujer de ZP, no murió en agosto de 1936 y que tampoco parece que participase con tanta ansia en la toma de Ávila por los franquistas. Sólo le tocó estar ahí, y punto. Ver http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/03/castillayleon/1217745593.html

Anónimo dijo...

Gregorio Díaz no muerió en agosto de 1936 sino el 24 de octubre de 1937. ver http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/03/castillayleon/1217745593.html

Anónimo dijo...

Nadie se merece morir, gilipollas