martes, 20 de diciembre de 2005

Jesús Tiscar, XXV "Felipe Trigo"


No desvelo ningún secreto del jurado si digo que la concesión del premio de novela "Felipe Trigo" resultó polémica. Lo confesó la presidenta, Rosa Regás, al dirigirse al público que atestaba el salón de Villanueva de la Serena donde el pasado viernes se falló el certamen. En el jurado estábamos, además de la directora de la Biblioteca Nacional y de quien escribe, los escritores extremeños Julián Rodríguez, Inma Chacón, Isacc Rosa y José Joaquín Rodríguez Lara, la profesora de la Universidad de Extremadura, Isabel Román, los ganadores de la edición del año pasado, José Miguel Martín de la Vega y Mario Quirós, y las representantes de la Comisión Lectora, Emilia Lozano y Consuelo Pineda.

No soy un buen lector de novela. Se me nota la patita de poeta. Me suele interesar más cómo están escritas que lo que cuentan. Y así —dicen— no se deben leer. Mis elecciones previas no coincidían con las que han resultado ganadoras en las dos modalidades del premio (novela y narración corta). La decisión más problemática fue la de la mejor novela, que alineó en dos bloques casi iguales en número a los partidarios y detractores de La poetisa, el texto que ganó esta XXV edición. Aunque en ambos bandos los había moderadamente a favor y moderadamente en contra (yo entre ellos y de estos últimos), la discusión fue dura por la rotunda y distante postura de algunos miembros del jurado que desde el principio manifestaron que La poetisa era la mejor novela de las presentadas o, por el contrario, la peor de todas ellas. Y el meollo del asunto —aunque no el único— parecía estar en el notable contenido erótico del original. La discrepancia no pasó a mayores, se resolvió del lado de los partidarios y la convivencia entre el jurado no se resintió; siempre fue agradabilísima.

Al abrir el secretario la plica del ganador todos mostramos curiosidad por saber quién era: Jesús Tíscar, un escritor jaenés, colaborador habitual de Diario de Jaén y con otras incursiones en la literatura erótica, como un relato con el título de Las pajas y la dirección de la revista 70 veces puta.

A mayor gloria de Felipe Trigo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me satisface que "La Poetisa" no resintiera la buena convivencia del jurado. Sé que mi novela no es "fácil" y que, por eso, no deja indiferente, para bien o para mal. Yo la hubiese votado, ¿eh?

Un saludo.

Anónimo dijo...

Rectifico la dirección de mi blog, que no termina en es sino en com. Cabeza la mía (como bien puede apreciarse en la foto).

josemarialama dijo...

Encantado de saludarte, Jesús... aunque no votara tu novela.

Sir Alsen Bert dijo...

Aún no he leído la obra ganadora pero parida -es el mejor vocablo noctívago que las mientes me prestan ahora- por Don Jesús Tíscar Jandra, amén y ad aeternum, qué p. No soy lector de poesía, alguna leo, miento, pero los desconchones y desgarros mentales que produce leer a Tíscar son antídoto para lo surrealista que la vida nos presenta, amigos. ¿Qué dónde está la realidad? Señores, en las novelas de Tíscar, no seamos ingenuos.
Don Jesús, ya me dirá usted cuando la ponen a la venta en Metrópolis. A usted sólo le queda la tarea de firmarla y a mi la de recogerla como colegial con zapatos de charol nuevos.
Ah, y bis-enhorabuena por el premio. ¿Rosa Regás? ¡Coño!

Anónimo dijo...

Bueno, pues ya está a la venta mi novela, "La Poetisa". ¿Vamos a ella? Que la disfruten.

Anónimo dijo...

Por favor a quien haya escrito este artÍculo, los de Jaén nos llamamos jiennenses

Anónimo dijo...

¿Nadie le ha dicho usted que la discusión sobre el fondo y la forma es decimonónica y, presumiblemente superada? No puedo evitar considerar bochornoso que el jurado de un concurso no se avergüence en decir que la poesía es "forma" y que por ello no es buen lector de novelas, porque se fija más en "cómo están escritas".Esta observación es digna de un alumno de la ESO.
Los concursos literarios españoles son un bochorno popular. Ya no se premia el canon trasnochado, en ocasiones se premia el equivalente más ajustado a la ignorancia del jurado.
Lamentable, con todos mis respetos, es decir, sin faltas de ortografía, que no es poco.