Machado según Gibson
Antes de leerla, someto la biografía de Machado que acaba de publicar Ian Gibson (Ligero de equipaje. La vida de Antonio Machado, Aguilar, 2006) a una doble prueba del algodón: ¿sabe Gibson de los Álvarez Guerra, antepasados extremeños de Machado? y ¿conoce el último encuentro en la frontera del poeta con María Zambrano?
La primera la pasa. El escritor hispanoirlandés ha hablado con el cronista de Zafra Croche de Acuña y conoce algún libro de Fernando Pérez González, aunque lógicamente no ha podido manejar la aún inédita tesis doctoral que dedicó a José Álvarez Guerra. Sabe por tanto que éste -zafrense, liberal de primera hora, autor de la obra filosófica Unidad Simbólica y gobernador civil de Cáceres, Salamanca y Palencia- fue bisabuelo de los Machado y origen indudable de la sangre jacobina que corría por sus venas.
Pero la segunda prueba no la supera. Desconoce -y es una pena, porque podría haberlo aclarado- lo que cuenta Jesús Moreno Sanz en la Presentación de Los intelectuales en el drama de España y escritos de la guerra civil de María Zambrano (editorial Trotta, Madrid, 1998): el coche va muy despacio entre la inmensa muchedumbre que huye atemorizada, y ven a don Antonio Machado caminando casi inválido y sostenido por su madre. Ante su negativa a la invitación a subirse al coche, María Zambrano baja de él y llega andando a la frontera con el poeta.
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