Cuarta Plata
Hace ya un mes, el día 20 de octubre, nos juntamos en Cáceres treinta y tantos compañeros y compañeras de la Universidad para celebrar el veinticinco aniversario del final de la carrera. La Cuarta Plata, las bodas de plata de la cuarta promoción de Geografía e Historia de la Universidad de Extremadura (1977-1982). He retrasado el comentario en el blog porque no tenía ninguna imagen con qué ilustrarlo. Ya me ha llegado y la inserto aquí acompañada de otra de entonces (1978). Algunos estamos en ambas, aunque tan cambiados que parece que no. Más allá de inconvenientes fisionómicos, me resulta significativa la composición general de cada una de las imágenes: el desorden y el orden, el desdén indumentario y la estética atildada, la movilidad y el hieratismo...
La mayoría ejerce la docencia: al menos cuatro se quedaron en la Universidad y son hoy profesores de Historia y otros muchos, de instituto. Además hay varias bibliotecarias y empleados de museos. Esos y algún otro como yo tenemos profesiones relacionadas con la carrera. Pero también hay empleados de ayuntamientos, funcionarios de prisiones, trabajadores de organismos públicos y de empresas privadas… "Humanistas" nos llamó Luis Merino, el decano de Letras, en el acto que se celebró por la mañana en la Biblioteca, junto a la Facultad. No sé si somos humanistas, pero sí humanos. Y no es ninguna obviedad. No en todos sitios te encuentras tanta cercanía tras tanto alejamiento.
Fue un día fantástico, sí. Porque alguien puede pensar que de este tipo de encuentros no sale nada bueno, que uno se topa con personas extrañas en la que ya no reconoce a los antiguos amigos. No fue así. Parecíamos los mismos. Sobre todo ellas. Hubo muchas risas y algún llanto emocionado. Era como si nos asomásemos a nuestro propio pasado y eso genera alegría y tristeza. Al final, nos despedimos con la satisfacción de haber comprobado que ―después de cinco lustros― la confianza y el afecto siguen vivos. Tengo la sensación de haber recuperado a treinta y tantos amigos y amigas.
La mayoría ejerce la docencia: al menos cuatro se quedaron en la Universidad y son hoy profesores de Historia y otros muchos, de instituto. Además hay varias bibliotecarias y empleados de museos. Esos y algún otro como yo tenemos profesiones relacionadas con la carrera. Pero también hay empleados de ayuntamientos, funcionarios de prisiones, trabajadores de organismos públicos y de empresas privadas… "Humanistas" nos llamó Luis Merino, el decano de Letras, en el acto que se celebró por la mañana en la Biblioteca, junto a la Facultad. No sé si somos humanistas, pero sí humanos. Y no es ninguna obviedad. No en todos sitios te encuentras tanta cercanía tras tanto alejamiento.
Fue un día fantástico, sí. Porque alguien puede pensar que de este tipo de encuentros no sale nada bueno, que uno se topa con personas extrañas en la que ya no reconoce a los antiguos amigos. No fue así. Parecíamos los mismos. Sobre todo ellas. Hubo muchas risas y algún llanto emocionado. Era como si nos asomásemos a nuestro propio pasado y eso genera alegría y tristeza. Al final, nos despedimos con la satisfacción de haber comprobado que ―después de cinco lustros― la confianza y el afecto siguen vivos. Tengo la sensación de haber recuperado a treinta y tantos amigos y amigas.
5 comentarios:
A alguno conozco de verlos, de vista... Pero a quien reconozco perfecto es a mi amigo Julián Clemente Ramos, el primero a la izquierda abajo en la foto actual; aparte de usted, el tercero por arriba, izquierda...
Y esas observaciones que hace son estupendas, sobre todo las referidas al orden, no sólo del tiempo, sino al orden de este tiempo..., atildamiento, la "asepsia" que llamo yo, y todo eso estirado... Y es que tal vez cierta libertad y "selvatismo" depende de la edad de cada uno más que de otras cosas. El tiempo mete en verea, que dicen los castizos...
Me es grato ver esto, sí. Así que gracias.
Uno de esos llantos emocionado bien sabes que fue el mio. Sobran las palabras y valen las miradas y el brillo de los ojos para que quede en el recuerdo de la memoria el sentimiento de una generación que supo hacer amigos/as que después de 25 años recuperaron por momentos su juventud y no olvidaron ni un instante ese comapñerismo y camaraderia que entonces daba gusto compartir. Gracias Lama por tu presencia y por tus palabras.PARDO.
Creo que todos estábamos esperando el comentario en tu blog, es más nos había extrañado que no lo hubieras hecho ya, al final todo tiene una explicación. Pero ¡déjame que discrepe de la lectura que haces de las fotos! porque después de ese día de lo que me di cuenta es que ninguno de nosotros habíamos cambiado, la que lo había hecho, y significativamente según dicen los entendidos, era la universidad, que en lugar de ofrecernos un pequeño edificio en medio del campo, al que le faltaba de casi todo pero donde fuimos felices y tuvimos la suerte de conocernos, ahora nos ofrecía unas escaleras, una gran plaza asfaltada, un espacio infinito donde se dispersan los amigos, los ideales, las ganas de cambiar el mundo, en definitiva, donde el humanismo subsiste a duras penas y ha tenido que emigrar a blogosferas, bitácoras y otros espacios virtuales.
Montaña Vivas
Me gusta mucho la comparaci�n que haces de las dos fotograf�as: es verdad que hemos cambiado en lo f�sico, pero creo que todos, por unas horas cre�mos seguir correteando por aquellos pasillos de la vieja facultad, su bar y su biblioteca. �Os hab�is fijado que el cartel de la nueva Facultad de Filosof�a y Letras parece flotar en el aire y que el edificio, en realidad, no exite?. Curioso efecto �ptico. Besitos: Pedro E.
No pude asistir y bien que lo siento. Felicidades a ellas. Han sobrellevado estos 25 años mejor que ellos, bastante mejor. Salvo raras excepciones, al que no le falta pelo, lo tiene blanco y el que lo conserva todo ha comido más de la cuenta y debe ponerse a régimen.En fin, casi todos unos abueletes. Ellas unas señoras de buen ver por lo general. No sé cómo estaremos dentro de 25 años, pero como ellas se sigan conservando igual de bien, seguro que no aguantamos ni medio asalto.Así es que a cuidarse más, chicos.
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