Pepe González en Valencia del Ventoso
Un alto en las vacaciones. Salgo de “Las Golondrinas” para ir a Valencia del Ventoso. El nuevo alcalde, Lorenzo Suárez, me invita a participar en las “Primeras Jornadas de Historia Local”, organizadas por el Ayuntamiento dentro de un ciclo de actividades de verano al que han llamado “La Rosa de los Vientos”. El título de mi charla es “José González Barrero, un valenciano en la Zafra de la II República”. Me ha agradado que el salón estuviera lleno. Es señal del interés que sus paisanos tienen por quien fuera alcalde de Zafra.
Después de hacerlo muchas veces en Zafra, tenía ganas de hablar de Pepe González también en su pueblo. Aunque, como les he comentado a los asistentes, he sentido cierta extrañeza al hacerlo. Hablar allí de alguien de allí, y hacerlo yo, que no lo soy, es un poco raro. Es una de esas extrañas circunstancias a la que nos ha llevado el olvido impuesto acerca de los que hace más de 70 años lucharon en estas tierras por el ideal de una sociedad más justa, más libre, más igualitaria, e incluso ―como en el caso de González― dieron la vida por ella. Hay que ir descubriéndolos hasta a los de su propio pueblo.
En primera fila, Trini y Libertad, sus dos hijas vivas. No fueron las únicas que le nacieron. Lo he recordado en la charla con una anécdota que tiene a Libe como protagonista. Después de Trinidad, José González Barrero tuvo otras tres hijas. A una de ellas le puso de nombre República y se le murió al poco tiempo. A otra hija la llamó España y también se le murió, a los quince días de vida. Finalmente tuvo otra hija a la que llamó Libertad. En plena guerra, agobiado por la violencia y el desastre, antes de ser asesinado por aquellos a los que protegió, decía: Se me murió (la) República, se me murió España y sólo me quedó (la) Libertad.
Después de hacerlo muchas veces en Zafra, tenía ganas de hablar de Pepe González también en su pueblo. Aunque, como les he comentado a los asistentes, he sentido cierta extrañeza al hacerlo. Hablar allí de alguien de allí, y hacerlo yo, que no lo soy, es un poco raro. Es una de esas extrañas circunstancias a la que nos ha llevado el olvido impuesto acerca de los que hace más de 70 años lucharon en estas tierras por el ideal de una sociedad más justa, más libre, más igualitaria, e incluso ―como en el caso de González― dieron la vida por ella. Hay que ir descubriéndolos hasta a los de su propio pueblo.
En primera fila, Trini y Libertad, sus dos hijas vivas. No fueron las únicas que le nacieron. Lo he recordado en la charla con una anécdota que tiene a Libe como protagonista. Después de Trinidad, José González Barrero tuvo otras tres hijas. A una de ellas le puso de nombre República y se le murió al poco tiempo. A otra hija la llamó España y también se le murió, a los quince días de vida. Finalmente tuvo otra hija a la que llamó Libertad. En plena guerra, agobiado por la violencia y el desastre, antes de ser asesinado por aquellos a los que protegió, decía: Se me murió (la) República, se me murió España y sólo me quedó (la) Libertad.
En la fotografía, José González Barrero en diciembre de 1934
en la cárcel de Alicante, recluido tras ser destituido
como alcalde de Zafra. Allí estuvo hasta febrero de 1936.
2 comentarios:
Una petición José María: Puedes anunciar la noticia de este tipo antes? A los que nos gusta escucharte nos daría la posibilidad de ir a tu charlas. Te he oído en Badajoz en varias ocasiones y me gusta tu forma de exponer las ideas. Claras, precisas, y de forma hasta ahora poco oídas. Gracias y buen verano
Gracias por tus elogios. Ni que fueras primo mío.
josemarialama
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