domingo, 13 de julio de 2008

Carmina Unamuno y Luis Santos



¡Qué espanto! Estuvimos cenando con Carmina y Luis el viernes por la noche en la finca “Las Golondrinas” de Burguillos del Cerro (Badajoz). De allí salieron hoy por la mañana, y unas horas después nos hemos enfrentado a la noticia de su muerte en un accidente de tráfico. Somos sus amigos y amigas de Zafra. Con ellos hemos compartido amistad sobre todo por su hija Mercedes, y por su yerno Manolo Peláez, que murió tras una enfermedad —más lenta que este accidente pero igual de estúpida— hace 27 días.

Todo resulta demasiado sorprendente y cruel. Sobre todo para Mercedes, en medio de tanta muerte, pero también para el resto de los nueve hijos e hijas de Carmina y Luis, de sus nietos, de sus amigos. Sólo me gustaría que estas notas apresuradas trasladasen algo de nuestro sentimiento desde Zafra a estas dos personas insignes de Salamanca. A Carmina Unamuno, primogénita del primogénito del principal de la ciudad, y que supo convertir su vida en la historia propia de una señora culta, hermosa y entrañable para quienes fuimos sus amigos. Y al proteico Luis Santos, profesor de anatomía de la Universidad de Salamanca, escritor, creador de “bodrios”, de quien estimé por encima de todo su enorme capacidad para situarse frente a los convencionalismos, como demostró con sus artículos en El Adelanto.

Decía don Miguel que la vida es también la que dejamos en la memoria de aquellos que nos quisieron. Si es por eso, en nosotros la dejáis inagotable.


(Mañana saldrá este texto en El Adelanto de Salamanca. Lo publico en representación
-no otorgada, pero presentida- de todos las amigas y amigos de Zafra)

domingo, 29 de junio de 2008

El escritor como adorno


Ayer a las 10 de la noche, al regresar de Valencia del Ventoso, Eva y yo vimos una nube negruzca en el cielo del atardecer. Después, tras llegar a Zafra, confirmamos que era ─como suponíamos─ un incendio, pero no forestal sino de una fábrica de aceite en Jerez de los Caballeros.

Volvíamos de Valencia, donde leí el pregón del IX Día de la Comarca Zafra-Río Bodión. Ya suena a guasa. Otro pregón. Y van cinco, y los tres últimos en menos de un año. Los escritores adornamos mucho en estos actos. Más todavía si somos de confianza y no cobramos. Aunque yo siempre lo haga gustosamente. Y más en esta ocasión, porque me lo había pedido un buen hombre y buen amigo, Lorenzo Suárez, alcalde de Valencia del Ventoso, y los colegas del Centro de Desarrollo de mi comarca. De todas formas, me pierde mi incapacidad de decir “no”. A este paso voy a quedar para vestir santos literarios o, lo que es lo mismo, para escribir y decir sólo estas piecitas oratorias. Estará de dios.

Ahí va el arranque del texto de ayer:

Antiguamente, mientras más cerca estaban los pueblos menos se querían. Era un desafecto relacionado con la proximidad. La historia humana se asemeja a una inseguridad generada por la existencia ajena, y ese recelo natural ante los congéneres siempre ha hecho especialmente inquietantes a los más próximos. Los pueblos y las gentes no soportaban a los vecinos. Cada cual se guarecía tras sus tapias, y vigilaba la aparición de los brutos de la otra tribu, idénticos a nosotros mismos vistos por ellos. La disputa, según el año o el siglo, la provocaba una muchacha raptada, lindes mal definidas o el aprovechamiento de tierras comunales, y se mostraba con demasiada frecuencia en riñas verbeneras y algún pleito sonado. Los jóvenes sólo lograban el reconocimiento de su mayoría de edad si acreditaban haber apedreado al menos una vez a los del otro sitio. La enemistad entre vecinos llevaba a que fueran los del pueblo de al lado los más odiados y, a falta de un buen palo para molerles las costillas, las afrentas se ventilaban en motes, chistes y chanzas sobre ellos. Ese odio antropológico al más cercano ha sido el principal argumento de la historia de las naciones y, en el interior de ellas, ha servido también para escribir muchas crónicas regionales.

La historia de Extremadura nos ofrece numerosos ejemplos de la competencia insana entre ciudades y pueblos vecinos. El primordial es el de Cáceres y Badajoz (Extremadura dos), dualidad básica de la región que ha ocasionado buena parte de sus problemas. Pero además, y ya en nuestra provincia, los enfrentamientos de Badajoz y Mérida, las peleas entre Don Benito y Villanueva de la Serena, los celos de Almendralejo y Villafranca de los Barros, las broncas de Azuaga y Llerena, la ojeriza entre Jerez de los Caballeros y Fregenal de la Sierra, la aversión mutua de Monesterio y Fuente de Cantos, los piques entre Los Santos de Maimona y Zafra… Nos hemos pasado la historia peleándonos con el de al lado.

Hemos perdido el tiempo en peleas que no eran más que la evidencia de nuestra inmadurez, las carencias de una identidad localista que sólo se definía a partir del enfrentamiento con los cercanos. Es imposible valorar exactamente la rémora para el progreso que estas actitudes han provocado, pero es innegable que si en vez de mirar tanto al de al lado hubiéramos mirado un poco más allá nos hubiera ido mejor.

Pero de un tiempo a esta parte empieza a imponerse la cordura. Desde hace algunos lustros ─pocos─ hemos empezado a emplear el “nosotros” con más generosidad. Nosotros ya no sólo somos los de nuestra casa, los de nuestro pueblo. Aunque la situación dista de ser idílica, ya no es extraño hablar de nosotros para referirnos a todos los naturales y vecinos de Extremadura ni emplear el término para unir a los de una comarca o zona. El proceso de construcción regional ha ido acompañado, al menos desde principios de los años noventa del siglo XX, por la construcción de las comarcas. Y, además de otras consideraciones, las comarcas no son más que la superación de ese odio antiguo entre pueblos vecinos.

[…]

miércoles, 25 de junio de 2008

Hacerse el zueco




La expresión me sorprende en el quinto soneto que Unamuno escribió en De Fuerteventura a París. Dice el segundo cuarteto:

Triste y agazapado está en el foco
de la podre, prestando oído al eco,
que no sirve querer hacerse el zueco
por tontería o tal vez por descoco.

No me acordaba. Leí el libro en el 89. Me lo regalaron en junio de ese año en Puerto de Cabras, la capital de Fuerteventura, a los dos días de haber presentado allí mi libro de poemas Nido de antófora. Forma parte de mi pequeño lote de libros -todos de esos años majoreros- acerca del destierro de Unamuno y de su relación con las islas. Ayer me acordé de ellos zapineando y al dar en La 2 con un documental sobre mi ínsula barataria.

Hacerse el zueco, dice don Miguel. Indago y parece que tiene razón: zueco de soccum, tipo de zapato en el teatro griego y también “zoquete”, “torpe”, “tonto”… Nada de Suecia ni de suecos o suecas. Hacerse el zueco, hacerse el tonto. Curioso.



Una opinión distinta y bien documentada en el artículo

sábado, 21 de junio de 2008

La música de Juan

Mi hijo, Juan, cumple mañana 14 años, la misma edad que yo tenía cuando se murió Franco. Me ha enseñando mucho durante su aún corta vida, pero no es sitio este de hacer recuento de esas lecciones, pues ya está bien de emociones esta semana.

Ahora me gustaría hablar sólo de música, que es una de sus pasiones. Con siete años nos daba la murga con Ska-p, un grupo formado en Vallecas el mismo año que él nació. Su obsesión era tal que teníamos que pactar los CDs que escuchábamos en los viajes largos y su petición casi única era el grupito de marras. Canciones contra las corridas de toros, coplas antimilitaristas, antirracistas, críticas a la corrupción política, a la Iglesia, a los poderes… De entonces viene mi gusto por piezas como “Planeta Eskoria”, “A la mierda”, “Alí el magrebí”, “Intifada” y, sobre todo, “Lucrecia”… Con esas coplillas el niño se ha educado solo.

Ahora le ha dado por el rap. El fenómeno es curioso y a mí me parece que recupera las letras en un panorama musical lleno de sonoridades anglosajonas, que se cantan sin entenderlas. Pero, vamos, no tengo ni idea. Me limito a escucharle cuando me recita de corrillo las letras.

Coloco aquí dos de las piezas de rap que me ha mostrado en los últimos días. La primera es “políticamente correcta”, en comparación con los mensajes incendiarios de Ska-p. Se trata de “No hay prisa” de Dawizard, un sensatísimo mensaje que vale por una teoría completa de la educación. Y la segunda es “Efectos vocales” de Nach, un virtuosismo técnico que me ha hecho gracia.




miércoles, 18 de junio de 2008

Ceremonia de despedida de Manolo


[Texto básico leído ayer en el patio del Ayuntamiento de Zafra en el entierro civil de Manuel Peláez]


Estamos aquí para despedir a Manolo Peláez. Y lo vamos a hacer como él expresamente había pedido, con una ceremonia en el patio del Ayuntamiento de Zafra, acompañando todos ─amigos, amigas, compañeros y vecinos─ a Mercedes, a sus hijas, a sus hermanos, a su familia.


Este patio es hoy un reflejo de lo que fue la vida de Manolo, porque en la memoria de cada uno de nosotros guardamos un trozo de ese camino que él recorrió. Tenía amigos y amigas de toda condición, de toda ideología, de toda creencia. Era una de esas personas que conoce a todo el mundo y a quien todo el mundo conoce. Y esa riqueza de sus afectos era el fruto de la tolerancia. La tolerancia consiste en querer al otro porque es distinto a nosotros. Hacerlo igual a nosotros para quererlo no es más que una variante del egoísmo. Esa tolerancia y el profundo respeto que Manolo profesó hacia quienes no eran iguales a él quizás sea el rasgo más relevante de su carácter y la principal lección que nos ofrece hoy a todos.


La personalidad más pública de Manolo Peláez, y en la que más pudo ejercer esa tolerancia, fue la de concejal. Aunque la política siempre le interesó, y vivió con intensidad los últimos años del franquismo y la transición, sólo en los últimos lustros se presentó a elecciones locales y acabó asumiendo responsabilidades institucionales. Concejal del Ayuntamiento de Zafra desde 1997, fue candidato a la alcaldía en 1999 y cuando hubo de retirarse debido a su enfermedad ─en marzo de 2004─ era primer teniente de alcalde de la Corporación. La vocación política de Manolo era la lógica consecuencia de su generosidad. Parecía como si ésta no estuviera completamente satisfecha si se reducía al círculo de sus afines, de amigos y familiares. Necesitaba centenares, miles de personas, los vecinos de una ciudad entera, para estar cumplida. De eso puede dar fe uno de sus amigos de la política, Manuel García Pizarro, alcalde de Zafra.


Si la política fue una de sus vocaciones, su profesión fue la docencia y la historia. Y, en ambas, sobresalió otra de sus virtudes principales, la responsabilidad, el rigor, la madurez de quien sabe que en el oficio se labran los caracteres de cada uno. Fue historiador y disfrutó investigando, siempre alrededor de la historia de Zafra y casi siempre a partir de las fuentes del Archivo Histórico Municipal. También se implicó en el fomento de la cultura de Zafra, como hizo desde la Asociación de Amigos del Museo y del Patrimonio, que presidió hasta ayer. Y sobre todo fue profesor. Ejerció la enseñanza desde el año 1978 y en los institutos de Azuaga, Barcarrota, Villafranca de los Barros, el “Zurbarán” de Badajoz, Fregenal de la Sierra y Zafra. El “Suárez de Figueroa” ─el mismo donde había estudiado─ fue su centro de trabajo durante más de veinte años. Allí le conocieron centenares de alumnos y profesores, que supieron -como Toni Amaya- de su buen hacer.


La tolerancia, la responsabilidad y la alegría. Porque Manolo era todo lo contrario a un cenizo, te alegraba la vida con sus bromas, vestido de otro en Carnavales –su disfraz de señorona era memorable– o llamándote por teléfono y pegándotela diciendo que era no sé quién. Estoy convencido que él quiere que le recordemos así, haciendo bromas y charlando, como charló con Reme durante las mañanas de los últimos años, o con Carmen Álvarez o con Luciano Feria. Un buen tipo que nos hizo a todos sus amigos y amigas ser un poco mejores por haberlo conocido.



Además hablaron Manuel García Pizarro, Toni Amaya,
Luciano Feria, Carmen Santos y Lupe García, pero aún no tengo sus textos completos.

Y Diana Vara tocó el violín.

Otros blogs con comentarios sobre la muerte de Manolo:
Pura tura y El Coro de los grillos.

lunes, 16 de junio de 2008

Manolo Peláez ha muerto


Parad los relojes y desconectad el teléfono,
dadle un hueso jugoso al perro para que no ladre,
haced callar los pianos, tocad tambores con sordina,
sacad el ataúd y llamad a las plañideras.

Que los aviones den vueltas en señal de luto
y escriban en el cielo el mensaje “Él ha muerto”,
ponedles crespones en el cuello a las palomas callejeras,
que los agentes de tráfico lleven guantes negros de algodón.

Él era mi norte y mi sur, mi este y mi oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi día y mi noche, mi charla y mi música.
Pensé que el amor era eterno; estaba equivocado.

Ya no hacen falta estrellas: quitadlas todas,
guardad la luna y desmontad el sol,
tirad el mar por el desagüe y podad los bosques,
porque ahora ya nada puede tener utilidad.

W.H. Auden

sábado, 7 de junio de 2008

Dios toreando


Una aficionada, al salir de Las Ventas y preguntarle un periodista qué le había parecido José Tomás, ha dicho: “Dios toreando”.

martes, 3 de junio de 2008

Russian Red

Soy un obsesivo. Eva se ríe porque a veces la tomo con un chiste y me dura varios meses. Lo repito y lo repito como si estuviese paladeando un manjar. Y así con todo. Repito lo que me sorprende, cuento una y otra vez historias que me interesan, escucho durante semanas una canción o leo el mismo libro varias veces. Pero no es la edad, porque siempre me ha pasado. Es como si el placer no fuera tal si no lo repitiera.

Ahora me ha dado por Russian Red, que es el nombre de guerra de Lourdes Hernández, una madrileña de 22 años que canta en inglés con una voz alucinante. Acaba de publicar su primer album, I love your glasses, y hay temas magníficos: Cigarettes, They Don´t Beleive, Kiss My Elbow… Muy recomendable. Es radicalmente distinto a lo que se oye por ahí.

sábado, 31 de mayo de 2008

La mujer de Lot



El funcionario de antaño con manguitos se ha sustituido hoy por el funcionario con ordenador. En las oficinas y negociados de las administraciones, el avance -teóricamente innovador- de las telecomunicaciones apenas ha servido para tecnificar la burocracia. Hablar de instituciones públicas es seguir haciéndolo de marasmo, convencionalismo, rigidez y miedo al cambio. Ante una sociedad cada vez más cambiante, muchas administraciones siguen respondiendo con el síndrome de la mujer de Lot: mirar hacia atrás, negarse al futuro.


Prueba de texto. Ejercicio a mitad de camino entre la reflexión del profesional de la consultoría y la del usuario. Escrito en el hospital de Badajoz -magnífico trato- donde atiendo a mi madre enferma el último día de un mes difícil.

La ilustración es de la Biblia de Gustavo Doré

domingo, 25 de mayo de 2008

"Al suelo, que vienen los nuestros"


La expresión se la oí por primera vez a un alto dirigente del PSOE, asustado por la virulencia con que alguno de los suyos arremetía contra un proyecto impulsado por su propio gobierno. Desde entonces, la frasecita –cuyo origen desconozco- resume un principio básico del comportamiento en el interior de los partidos. Éstos no son más que una simplificación de la infinita variedad de pareceres políticos de la gente, y por ello no es extraño que entre los correligionarios de cada uno de ellos no se dé una identidad estricta de pareceres.


Pero lo del Partido Popular de estos últimos días sobrepasa toda medida. La algarada de militantes –aunque fueran doscientos- en la puerta de la sede nacional insultando al líder es insólita. Es innegable que el PP tiene dentro un importante sector ultraderechista. Puede discutirse si ese sector viene de la época de Franco o ha sido además especialmente alentado con la deriva radical del partido durante la última legislatura. Puede discutirse si es mejor que esté dentro del PP –lastrando la imagen del partido- o afuera, pero más visible y descontrolado. Lo que es evidente es su notoria existencia y que con él en primera fila el PP tardará en ganar unas elecciones. Es paradójico que para que el PP logre tocar poder tenga que dejar de parecerse a sí mismo, pero así es la política. Consciente de ello, Rajoy parece dispuesto a centrar el partido y rebajar el protagonismo de los ultras. Ya veremos si le dejan los doctrinarios, encabezados desde los medios “afines” por Pedro J. y Federico.

sábado, 3 de mayo de 2008

"Muerte al choricero"


"Muerte al choricero", gritan hoy en la tele los de Alcalá de Henares. El mismo día que sé que los del PP de la Diputación y el inefable Monago -animados por mi Alberto- visitan la tumba del tal en Paris. "¡Viva GHB!" me pide a mi el cuerpo gritar, y no por el choricero, ni por los del PP, sino por la síntesis.



Y no hay remedio


Soy uno de los que no pudo ver, el pasado 22 de abril, la fugaz exposición de los grabados sobre “Los Desastres de la Guerra” de Goya en la Escuela de Arte de Mérida. De 10 de la mañana a 11 de la noche y un solo día. Ese fue el horario, más propio de records Guinness, provocado por la ausencia de medidas de seguridad que garantizaran una exposición más prolongada. Los grabados pertenecen a familiares del pintor Javier Fernández de Molina, profesor de la Escuela.


Una amiga, Mercedes Gómez del Barco, me ha traído un ejemplar de la carpeta con reproducciones de algunos de los grabados editada por la Escuela de Arte para conmemorar el acontecimiento. Como es 3 de mayo, el grabado número 15 (Y no hay remedio) es el que mejor evoca el bicentenario.

jueves, 1 de mayo de 2008

Nuevo libro de Preston sobre Franco


Recibo de Preston su último libro, El gran manipulador. La mentira cotidiana de Franco. Como él mismo apunta en el prólogo se trata de una versión ampliada del que ya escribiera en 2003 en la serie "Cara y Cruz" de Ediciones B como reverso de la versión hagiográfica de Ángel Palomino: lo ahora publicado no sólo contiene la mayor parte de lo que apareció en el volumen original sino que refleja, también, mi obra más reciente y mis ideas sobre Franco desde que fue publicada la obra original. Añade el libro una perspectiva distinta a la hasta ahora conocida, ya que no sólo cuenta quién fue Franco, sino quien creyó ser: Héroe del Rif, Salvador de España, nuevo Emperador, Comandante de Numancia y padre y abuelo del pueblo, según la época. En este sentido, no es una biografía al uso, no pretende repasar de manera exhaustiva los hitos de la vida del dictador, sino sólo centrarse en aquéllos donde más se evidencia la mixtificación de su figura por la propaganda que él mismo impulsó.

La solvencia como historiador de Paul Preston está fuera de toda duda y, además, su pericia literaria dota a todos sus textos de una agilidad y limpieza extraña aún, por desgracia, en la mayoría de los libros de historia. El libro se lee en un pispás.

miércoles, 30 de abril de 2008

Sigue el acoso al historiador Dionisio Pereira


Ante el acoso al que sigue sometido el investigador gallego Dionisio Pereira, se está impulsando una nueva recogida de firmas de apoyo por un grupo de historiadores de Historia a Debate, que coordina Carlos Barros. El plazo para solidarizarse con Pereira estará abierto hasta el 15 de mayo. Las adhesiones (con los datos de nombre y apellidos, entidad, localidad y país) podrán enviarse a h-debate@cesga.es

El manifiesto, al que ya se han adherido un buen número de historiadores, es el siguiente:


Excmo. Sr. Presidente del Gobierno
Excmo. Sr. Presidente del Congreso de Diputados
Excmo. Sr. Presidente del Senado
Madrid, España

Los abajo firmantes, investigadores y profesores de historia de universidades y otros centros de estudio españoles y de otros países, queremos manifestar nuestra solidaridad con el historiador Dionisio Pereira, denunciado judicialmente una y otra vez por familiares de presuntos represores durante la guerra civil y la dictadura, que aparecen nombrados en las fuentes utilizadas en sus investigaciones publicadas sobre la represión franquista en el pueblo de Cerdedo (Pontevedra).

El Juzgado de Primera Instancia de A Estrada, amparando con abundante jurisprudencia sus derechos constitucionales de libertad científica y de opinión "en el terreno histórico", ha absuelto ya a nuestro colega, cuya situación legal depende, así y todo, de lo que decida próximamente la Audiencia Provincial de Pontevedra, y aún posteriormente de previsibles recursos a instancias jurídicas superiores. Un calvario judicial que muestra la flaqueza y vulnerabilidad de nuestra joven democracia y su ordenamiento legal en el tema que nos ocupa.

La difusión de esta anómala situación ha destapado en toda la geografía española otras parecidas que están siendo resueltas "caso a caso" por los tribunales de justicia, con la consiguiente alarma de los historiadores, que vemos así dificultado nuestro trabajo sobre la historia española reciente ante la posibilidad de ser víctimas del acoso judicial de los descendientes de las personas que aparecen en la documentación, oral y escrita, como responsables de torturas y asesinatos de personas por causa de sus ideas durante la guerra civil y la dictadura franquista. Tratamiento injusto, antidemocrático y hostil hacia los historiadores de profesión que ninguno de nosotros, independientemente de nuestras especialidades y nacionalidades, estamos dispuestos a tolerar.

La sentencia del Tribunal Constitucional del 23 de marzo de 2004 asegura la protección constitucional de una "ciencia histórica libre" y que son los "propios ciudadanos quienes, a la luz del debate historiográfico y cultural, conforman su propia visión de lo acaecido, que puede variar en el futuro". No siendo, por tanto, "misión de los Tribunales de Justicia el realizar un juicio sobre verdades históricas". Sin embargo, los juicios contra historiadores siguen celebrándose, y pueden incluso intensificarse conforme se vayan aplicando las nuevas políticas publicas de investigación, reparación y reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y la dictadura aprobadas en al Ley de la Memoria Histórica del 26 de diciembre de 2007, cuya puesta en práctica y perfeccionamiento exigimos.

Por todo lo cual, demandamos del Gobierno español, y de las instituciones parlamentarias, garantes por imperativo constitucional de un ejercicio no discriminatorio de las libertades democráticas y responsables del cumplimiento de las leyes vigentes, el desarrollo de la "Disposición final primera" que habilita al Gobierno a "dictar cuantas disposiciones sean necesarias para el desarrollo y la aplicación" de la citada ley de la memoria. Proponemos, en concreto, que se añada una declaración de legitimidad constitucional de la libre investigación sobre la guerra civil y el franquismo, en base a fuentes históricas, tanto escritas como orales, de acuerdo con las metodologías correspondientes, sin censura previa sobre ningún nombre, fuente o dato histórico.

Es obligación general de las autoridades democráticas amparar en la práctica las libertades de análisis, interpretación y opinión de los historiadores, sin excepción, y del Gobierno en particular fijar una referencia legal que facilite a las administraciones, funcionarios e instituciones del Estado salvaguardar en las mejores condiciones el ejercicio libre de la investigación en temas que son, además, de vital importancia para cerrar de una vez, con la identificación, localización y dignificación de las víctimas (y el reconocimiento de los luchadores por la libertad), la guerra civil y la dictadura franquista, completando así la transición a la democracia en España iniciada en 1977.

Resulta incomprensible que, habiéndose previsto medidas de apoyo y responsabilidad institucional tocante a la conservación de documentos, acceso a los archivos, investigación sobre las victimas del franquismo y la guerra civil (incluyendo la recuperación de sus restos), se hayan olvidado los legisladores españoles de las personas que están aportando de forma comprometida y desinteresada su rigor académico y honestidad profesional a un conocimiento más preciso y plural de la verdad histórica, sin el cual difícilmente las generaciones futuras podrán apreciar, en su esencia y con perspectiva histórica, el régimen político democrático que van a heredar.

En la Red, a 22 de abril de 2008

Las alas de la vida


Hace un año, el 17 de mayo de 2007, vi una película impresionante: Las alas de la vida. Un documental sobre la dignidad ante la muerte de un enfermo terminal, Carlos Cristos, aquejado de una dolencia incurable, atrofia sistémica múltiple, que recurre al cineasta Toni Canet para que haga una película sobre su acercamiento vital a la muerte. Fue un pase, digamos, privado. La película aún no se había estrenado, pero una de las guionistas, Carmen Santos Unamuno, es amiga y vimos la película en casa de otro amigo que está enfermo. Fue una tarde extraña. De una tristeza profunda pero también de una incomprensible alegría. Veíamos en la pantalla cómo alguien vivía con inédita naturalidad la fatalidad de su muerte.

Hace unas semanas volví a emocionarme viendo la misma película en el programa Versión Española de La 2. El protagonista, Carlos Cristos, murió el sábado pasado en su casa de Mallorca tras varios años de enfermedad. Sólo me sirve de consuelo algo que él dijo en el documental: que la vida sería un drama sin la muerte.

domingo, 27 de abril de 2008

El incendio de La Gomera


Esto del blog no deja de ser un instrumento contra la desmemoria. Y no, no lo digo ahora por aquello de la memoria histórica; me refiero a la personal. Con la excusa del blog me obligo a rememorar, a dar pespuntes entre mis recuerdos y la actualidad. Así me ocurre ahora con las noticias de los incendios recientes de La Gomera, que me activan el recuerdo de un viaje a esa isla hace veintiún años.

Por entonces trabajaba en Madrid, en la Federación Española de Universidades Populares, y desde allí viajaba a otros puntos de España para dar cursos sobre animación sociocultural. El 11 y 12 de mayo de 1987 impartía un curso de iniciación a las Universidades Populares dirigido a los alcaldes de los pueblos de la isla de La Gomera. Llegué al anochecer en el ferry desde Tenerife y lo primero que oí cuando el barco atracaba en el puerto de San Sebastián de la Gomera fue el famoso silbo gomero, lanzado por un paisano no sé si como rito turístico. El delegado del gobierno en la isla, el majorero Álvaro García González, era uno de los asistentes al curso. En uno de los recesos hizo de cicerone y me llevó a conocer el parque de Garojonay, que unos meses antes había sido declarado patrimonio mundial por la UNESCO. El delegado era uno de los supervivientes del incendio forestal que en septiembre de 1984 asoló la isla y mató a 20 personas, entre ellas el gobernador civil de Tenerife, Francisco Afonso Carrillo.

El coche oficial paró en un tramo de carretera cerca del Roque de Agando, en pleno bosque de laurisilvas, y Álvaro García me invitó a bajar y me explicó, al lado de un inmenso barranco, cómo tres años antes, a las 3 de la tarde del 11 de septiembre de 1984, una inversión térmica y el cambio de vientos provocó que una enorme bola de fuego subiera pendiente arriba y pillara desprevenida a la comitiva de autoridades – él entre ellas- que había ido a inspeccionar las labores de extinción. A pesar del tiempo transcurrido, el hombre seguía emocionándose al relatarme cómo el gobernador, su secretario, el chofer y uno de los guardias civiles que le acompañaban quedaron abrasados con los brazos abiertos –quizás de sorpresa- al alcanzar el fuego la carretera donde se encontraban. Él logró salvarse al quitarse toda la ropa, ya prendida, y agacharse bajo el coche. El resto del viaje siguió relatándome cómo, en otras zonas de la isla, algunos prefirieron morir despeñados barranco abajo que ser alcanzados por las llamas.

Ese mismo día, por la noche, solo frente al mar, leía un libro que había comprado unos meses antes en Barcelona, Porque nunca se sabe, una recopilación de textos sobre y frente al poder escritos por Châtelet, García Calvo, Subirats, Chomsky y otros. En una de las páginas de ese libro escribí dos versos que ahora sé que realmente estaban inspirados en el relato del delegado del gobierno en La Gomera y en el último gesto de ese gobernador civil calcinado en el ejercicio del poder: qué vértigo de mar / se abre en tu abrazo.

sábado, 19 de abril de 2008

Las flores de Felipe Risco


Felipe Risco Chamizo (Zafra, 1956) inicia su formación en Bellas Artes en Sevilla. En los años 70 viaja a Italia donde reside desde entonces. En el Instituto Europeo de Diseño de Roma entra en contacto con el mundo de la ilustración y el diseño gráfico. Trabaja para distintas editoriales y usa los medios digitales para la creación de la obra. Fruto de la simbiosis entre una formación estética de marcado acento barroco y las posibilidades gráficas de las nuevas tecnologías, son estas FLORES que nos ofrece, donde el brillante colorido en sintonía con las más clásicas reglas de la simetría producen unas composiciones de inmediata belleza


Del díptico editado por la Caja de Badajoz que da cuenta de la exposición "Flores" de Felipe Risco, abierta desde el 18 al 30 de abril de 2008 (de 19.30 h. a 21.30 h.) en la sala del Centro Cultural Santa Marina de Zafra.

Felipe es un magnífico pintor. Ayer, en la inaguración de su exposición, me decía que había abandonado la pintura por la ilustración. De las flores de esta muestra me gustan las que se resisten a la inevitable geometría impuesta por el ordenador con el que están hechas. Siempre ha sido un maestro del color y de la luz. Allí vive, en Roma, en la vía de la Luce, en el Trastévere, en cuya terraza cenamos una noche, el 22 de julio de 2000, Mercedes, Eva, Manolo, Maurizio y yo con él y su mujer, Lorenza. Es posible que le tome la palabra y vuelva a escribir unos poemas sólo para que Felipe los ilustre.


Símbolos


El lunes inicié un breve periplo que me ha llevado a Badajoz, Bilbao, Madrid y Cáceres en apenas tres días. Fue 14 de abril y quizás por ello los hados -siempre monárquicos- se conjuraron para amargarme el día, que comencé perdiendo un autobús y con el móvil estropeado, y acabé con el ordenador bloqueado y extraviando el chambergo. Menos mal que al día siguiente, con los aviones, el asunto no fue a más.


El fin de semana había sido intenso. A la conferencia de Fontana del viernes le siguió el sábado un seminario con veinte historiadores extremeños moderado por el maestro catalán. Llegué a trompicones porque ese día también se celebraba en Zafra a la misma hora el Foro por la actualización social y cultural de los mayores que había sido suspendido por orden judicial durante la campaña electoral. Lo abrió Fernández Vara y yo leí la ponencia inaugural en la que hablé de Prometeo y de la necesidad de que los mayores recuperen el fuego robado por esos nuevos dioses de la modernidad que son los jóvenes.


El día 14 vino además con otros símbolos vinculados al nuevo gobierno. El primero, que la cuota de la región en el nuevo gabinete la “ocupe” un extremeño emigrante que ya pasa por catalán. Desde aquí se ha justificado la ausencia de Extremadura aludiendo a la inconveniencia de las cuotas. En fin, eso que se dice cuando no se tienen.


También el 14 seguí leyendo en los periódicos las vergonzosas reacciones de los “opinadores oficiales” de la derecha ante el nombramiento de las ministras. Se han cubierto de gloria machista y sexista Antonio Burgos, Juan Manuel de Prada, Luis María Anson, Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos... ¡Qué vergüenza! Y después alguno seguirá interrogándose por qué lo que defienden estos señores sigue sin alcanzar el beneplácito mayoritario de la gente. Creo que el PP no se comerá una rosca hasta que logre desembarazarse de esta jauría de plumillas. Otro símbolo.


[La imagen está tomada del blog Regreso al futuro de Pablo Moreno Galbis]

miércoles, 9 de abril de 2008

Conferencia de Josep Fontana en Zafra

El próximo viernes 11 de abril pronunciará en Zafra una conferencia con el título "La historia de la transición: una propuesta crítica" el profesor Josep Fontana, director del Instituto Universitario Vicens Vives de Barcelona, catedrático emérito de la Universidad Pompeu Fabra y uno de los más prestigiosos historiadores españoles. El acto, que tendrá lugar en el Salón de Actos del Centro Cultural Santa Marina, comenzará a las 20.30 horas y está organizado por la Asociación de Recuperación de la Memoria José González Barrero con la colaboración del Instituto de Educación Secundaria "Suárez de Figueroa", la Diputación de Badajoz y el Ayuntamiento de la ciudad.

Fontana se suma así a la relación de contemporaneistas que, en los últimos años, y por invitación de diversas asociaciones y entidades han visitado Zafra: Paul Preston, Francisco Moreno Gómez, Alberto Gil Novales, Francisco Espinosa, Alberto Reig Tapia, Antonio Rodríguez de las Heras…

Josep Fontana Lázaro nació en Barcelona en 1931. Tiene más de una veintena de libros escritos, y entre ellos destacan varios sobre el siglo XIX en España [La crisis del Antiguo Régimen (1992), Historia de España, vol. 6: La época del liberalismo (2007) o De en medio del tiempo (2006)]; sobre historiografía [Historia: análisis del pasado y proyecto social (1993), La historia después del fin de la historia (1992), Enseñar historia con una guerra civil de por medio (1999) o Introducción al estudio de la historia (1999)], así como obras de carácter general como La historia de los hombres (2001). En el año 2004 la editorial Crítica, que ha editado la mayoría de sus libros, publicó dos volúmenes de homenaje a su obra con el título de Josep Fontana. Història i projecte social. Reconeixement a una trajectòria, con artículos de más de un centenar de historiadores y en los que tuve la satisfacción de participar con un trabajo sobre “Los orígenes del proceso de depuración política de Enrique Canito, fundador de Ínsula”.

martes, 8 de abril de 2008

Flato


He terminado de leer El asombroso viaje de Pomponio Flato, la recién publicada novela de Eduardo Mendoza, y no me ha gustado. Que Mendoza escribe bien se da por supuesto, pero de un escritor de su trayectoria se espera, a estas alturas, algo más que oficio. Salvo por el hallazgo de situar la trama en la Galilea del siglo I de nuestra era, por la originalidad de adoptar como personajes a los principales del Nuevo Testamento (José, un carpintero, es acusado de asesinato y su hijo, Jesús, “contrata” a Pomponio Flato para intentar salvarlo de la crucifixión) y por lograr algún momento hilarante (como cuando el romano protagonista está a punto de ser dado por culo reiteradamente), El asombroso viaje… es poco más allá de una obra humorística e intrascendente bien escrita pero medianamente resuelta. Voy a ver si me recupero con una novela menos reciente y mediática, pero de calidad ya contrastada: La balada del abuelo Palancas, de Félix Grande.

miércoles, 2 de abril de 2008

Presentación de un libro de poemas de Benito Estrella


En mayo de 1985 un grupo de personas y entidades suscribimos e impulsamos el Programa de Educación de Adultos y Animación Sociocultural de Zafra y comarca. Fue un proyecto experimental de renovación pedagógica, formación ocupacional y coordinación entre el Centro de Educación de Adultos (que dirigía Toni Granados), la Universidad Popular (cuyo titular hasta aquel año fui yo) y las aulas de Educación Compensatoria de la zona (coordinadas por Benito Estrella, responsable provincial de ese programa del Ministerio de Educación). A mí –que era el más joven y díscolo de los tres- se me ocurrió denominar al triunvirato como la “santísima trinidad” y atribuirme el papel de “espíritu santo”. Toni, al que le acaban de poner una calle en la barriada de Jerez de la Frontera donde ahora oficia de maestro, era el “hijo” y Benito, el patriarca indiscutible. Desde entonces Benito es una de mis referencias vitales e intelectuales.


Benito Estrella Pavo (Higuera de la Serena, 1946) es uno de los nombres imprescindibles de la educación en Extremadura. Maestro, licenciado en Filosofía y Letras y doctor en Pedagogía, fue durante años responsable del centro de educación de adultos de Zafra, así como jefe de la unidad de programas educativos de la dirección provincial del Ministerio de Educación en Badajoz. Antes había sido fundador y presidente de la Escuela de Verano de Extremadura, el movimiento de renovación pedagógica pionero en la región. Hace unos pocos años se cansó de dar clase a adultos y quiso terminar de cansarse dando clase a adolescentes (en el Instituto "Eugenio Hermoso" de Fregenal de la Sierra), hasta que el año pasado se jubiló. Lo hizo lo antes que pudo, porque es de los que no se cansan de estar solo y tiene aún cosas que enseñarse a sí mismo. Su actividad intelectual ha sido constante durante los últimos cuarenta años aunque parca en publicaciones. Dos libros de poemas: La Soledad y el silencio (Barcelona, 1972) y Libro de la memoria y el olvido (Badajoz, 1992); un ensayo: Un extraño en mi escuela. Reflexiones sobre la crisis de la enseñanza en la sociedad de la información (Mérida, 2002) y un libro de relatos: Valdargar. Tragicomedia del desarraigo (Badajoz, 2007), del que tengo pendiente un comentario en el blog.


Benito escribe, como es lógico, divinamente, y ganó el X Premio de Poesía “García de la Huerta” convocado cada año por el Instituto de Educación Secundaria “Suárez de Figueroa” de Zafra. El lugar que cura es el nombre del poemario con el que obtuvo el premio. El viernes, 4 de abril, a las 21 horas se presenta en el Parador “Duques de Feria” de Zafra.

domingo, 30 de marzo de 2008

El ejército rehabilita a un general republicano


No sé si es el primer caso de rehabilitación oficial de un militar republicano en el ejército español, pero me ha sonado a eso. El pasado jueves la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra celebró en Madrid una ceremonia militar en la que se rehabilitó la figura de Toribio Martínez Cabrera, general de brigada fusilado por los franquistas en 1939. El acto estuvo presidido por el también general de brigada Alfonso de la Rosa, director del centro, y en su transcurso se depositó ­−como es tradición con los oficiales de Estado Mayor que mueren en acto de servicio− la faja de Estado Mayor del homenajeado en el Monumento a los Héroes de la Escuela.


Toribio Martínez Cabrera nació en 1874 en Andiñuela de Somoza (León). Ocupó durante su carrera militar varios destinos tanto en el frente de batalla (Cuba) como en los despachos. El 17 de julio de 1936 era comandante militar de Cartagena, donde sofocó la rebelión. Durante la guerra fue jefe del Estado Mayor del Ejército, inspector general del Ejército del Norte y gobernador militar de Madrid, desde donde apoyó el golpe de estado del coronel Casado en los últimos días de la guerra. No quiso salir de España, fue capturado por los franquistas en el consulado de Panamá en Valencia y tras un consejo de guerra sumarísimo fue fusilado en Paterna el 23 de junio de 1939.


La noticia de su rehabilitación me ha sorprendido. No creo que obedezca a un deseo de los mandos militares de acompañar la Ley de Memoria Histórica del gobierno Zapatero de una serie de actos de rehabilitación de los militares leales a la República. Me temo que en este caso hay circunstancias que convierten en un hecho excepcional lo que debería ser una norma. A mi parecer son tres, al menos, las circunstancias que han facilitado la rehabilitación.


- En primer lugar, Martínez Cabrera había sido director de ese centro, en 1934 y 1935, y durante la II República y la guerra fue considerado el “número uno de Estado Mayor”. Es por tanto “uno de los suyos”.
- En segundo lugar, el general era un hombre de “orden”, de centro, partidario de Portela Valladares –masón, como él- y miembro del Partido Centrista, en cuyas listas se presentó a diputado a cortes, sin ser elegido, en las elecciones de febrero de 1936. Además, había sido gobernador civil de Badajoz en una fecha tan poco republicana como 1921. Era un ferviente anticomunista y a pesar de ser un decidido partidario de la República estuvo detenido durante la guerra por las sospechas del PC acerca de su fidelidad. Por tanto, tampoco ideológicamente puede ser considerado por los militares alguien demasiado extraño.
- Y finalmente, la rehabilitación se ha realizado junto a la de su sobrino, el capitán Cabrera Rodríguez, militar del ejército franquista que murió en Asturias en el transcurso de una batalla con el ejército republicano. No digo que éste no merezca la rehabilitación (aunque me extraña que en los cuarenta años de dictadura no se produjera), sino que propiciando la coincidencia de ambas se hace más digerible la del general.


Si tenemos en cuenta todo esto, la rehabilitación de Martínez Cabrera pierde importancia simbólica. De todas formas, sea bienvenida y que cunda el ejemplo: recuperemos la memoria de los leales.

martes, 25 de marzo de 2008

El escritor y la violencia política de su país

Agradezco a Luciano Feria el envío de este artículo del novelista vasco Fernando Aramburu. Además de aludir a la posición del autor frente al terrorismo de ETA, el texto reflexiona sobre la condición del escritor (¿un tipo común y corriente o distinto al resto?), asunto que he discutido con Luciano muchas veces.

No me consta la existencia de un código moral al que hayan de sujetarse los escritores en el desempeño de su labor literaria. Dicho de otro modo, la circunstancia de que un escritor sea un hombre de paz, respetuoso con sus congéneres y amante, pongamos, de la naturaleza y de los hábitos culturales en que se crió, no garantiza poco ni mucho la excelencia artística de sus obras, como tampoco la excluye el hecho de que él practique en su vida privada la ruindad.
Nadie está legitimado para exigir al escritor una conducta determinada. No digamos ya una determinada fe. Hacer tal cosa (y se hace con bastante más frecuencia de lo que muchos creen, a veces por la vía dulce de la subvención, del premio institucional o de prebendas varias) obliga al escritor a crear sus obras al dictado. Queda entonces irreparablemente desvirtuado el sentido primordial de su oficio, que no es otro que el ejercicio libre de la palabra escrita. Y un escritor sometido es una de las criaturas más dignas de lástima que se pueda uno imaginar.
En tanto que ciudadano, a un escritor lo afectan idénticos derechos y obligaciones que a los demás miembros del colectivo social. Pero un escritor no es, en cuanto tal, se diga lo que se diga, un ciudadano común y corriente, o al menos no lo es a la manera como sabemos que lo son el panadero o el dentista, pongo por caso, a quienes no se les hace objeto de reclamaciones morales cuando cuece el uno pan, empasta el otro una muela, por mucho que constituya un valor moral positivo el que despachen bien la tarea por la que se les remunera. Lo cierto es que ni el pan ni el empaste tienen la capacidad de repercutir ideológicamente en las conciencias de los comensales ni de los pacientes. El escritor, en cambio, dispone, si se empeña, de esa capacidad que puede llegar a convertirlo, a ojos de algunos, en un sujeto incómodo, incluso peligroso.
Para empezar, emplea un instrumento, la lengua, de propiedad colectiva, sin el cual está más que probado que el ser humano nunca sabrá definirse a sí mismo ni como individuo ni como elemento integrador de una masa social. El hombre no sabe ser sin lenguaje, una característica suya que lo hace desde la infancia vulnerable a la manipulación y al adoctrinamiento. También el escritor, aunque por falta de perspectiva no atinemos a calibrar con exactitud en qué medida, interviene en los hábitos lingüísticos y en los modos de pensar de los ciudadanos de su época y acaso de los del porvenir. Poco puede en apariencia hacer un escritor, con el solo ejercico de la palabra escrita, para introducir cambios y mejoras en la realidad; pero en su mano está, no obstante, analizarla y reproducirla en sus libros, dejando de ella su testimonio particular, sazonado de palabras más o menos perdurables, de pensamientos, de refutaciones, de imágenes y de todos esos recursos con que él elabora comúnmente su arte cuando no le falla el talento.
Así y todo, tanto como el escritor se encuentra delante de la realidad de su tiempo y toma de ella cuanto juzga necesario o útil para su arte, la realidad se encuentra asimismo delante de él interpelándolo a todas horas, formulándole preguntas a menudo relacionadas con sucesos trágicos o escandalosos. En tal sentido, el asesinato el otro día de ETA en Mondragón es una pregunta con su correspondiente expectativa de respuesta. La reacción inmediata por escrito compete al informador de prensa. Se supone que no hay titán de las letras capaz de redactar una novela de trescientas páginas a las pocas horas del crimen. Quizá un poema de urgencia, con el inconveniente añadido de su precaria difusión.
Pero tampoco caben muchas dudas acerca del hecho de que la respuesta de los escritores entraña no solo una opción moral voluntaria, sino también y sobre todo una opción artística. Y ya pocos ignoran que sobre la acción criminal de ETA la literatura vasca se ha expresado de manera insuficiente hasta la fecha, con notorios silencios, por cierto, que para algunos formarán parte acaso esencial de sus obras completas.
No se trata tan sólo de abordar en la obra personal, al modo de quien cumple un trámite, el tema de la violencia política con que hemos sido obligados a convivir, unos más de cerca que otros, por quienes la ejercen desde hace cuatro décadas largas, imbuidos de la convicción perversa de estar construyendo un paraíso nacional con todos los métodos que ponen a su alcance la demagogia, la destrucción y el mal. Es, más bien, una cuestión de simple dignidad, de grandeza de corazón y, si no es mucho pedir, de coraje. Porque un pueblo que tolera la violencia social no es un pueblo, sino un rebaño. Y un escritor que calla, una oveja amparada en las posibilidades de supervivencia que le aporta su docilidad.
Nadie es culpable de su miedo. A nadie se le puede exigir que se comporte como un héroe en su sociedad sometida al terror. Pero quizá constituya un comienzo de respuesta transmitirles a las generaciones futuras que no supimos o no nos atrevimos a afrontar las preguntas urgentes que nos planteó nuestro tiempo histórico. Que dicha tarea literaria queda en parte pendiente, y digo en parte porque sería injusto ignorar que algo de tinta admirable y lúcida, aunque poca, ha corrido. Que, sintiéndolo mucho, no acertamos ni a describir ni a interpretar con palabra libre la historia sangrienta de los vascos de ayer y hoy. Que la literatura de otros, ya que no la nuestra de ahora, tendrá que contar algún día, desde una perspectiva menos favorable, cómo se vivió y se sintió y se padeció individualmente aquel espantoso derrumbe moral de nuestro país asociado a la crueldad de una pandilla de fanáticos a los que no se pudo (¿no se quiso?) parar a tiempo.

Fernando Aramburu

domingo, 23 de marzo de 2008

"El ángel rojo"


Ese fue el apelativo con que se le conoció en la España de los cuarenta, donde muchos prebostes franquistas vivían gracias a su benevolencia durante la guerra. El “ángel traidor”: así lo conocieron, en cambio, algunos presos de izquierdas en la cárcel de Porlier al ser encarcelado en abril de 1939, una vez que fue ocupada Madrid por las fuerzas franquistas. La Pasionaria lo acusó de quintacolumnista. Agustín Muñoz Grande se levantó en su consejo de guerra y tras presentarse como general del ejército de Franco testificó a su favor y lo salvó de una muerte segura.

Melchor Rodríguez García (Sevilla, 1893―Madrid, 1972) se había quedado huérfano a los diez años, muerto su padre en un accidente laboral. A los trece años fue calderero y poco después novillero (el Cossío lo cita como el único torero que fue político). Tras una cornada dejó los toros y se hizo chapista. Afiliado a la UGT y después a la FAI y a la CNT, asumió la presidencia nacional del sindicato de carroceros y empezó a recorrer cárceles, represaliado por su actividad sindical y política. Casi veinte años estuvo en prisión. Al final de su vida ostentó el dudoso record de haber sido uno de los pocos españoles encarcelado por los tres regímenes que le tocó vivir: la monarquía de Alfonso XIII, la II República y la Dictadura de Franco.

El 18 de abril de 1932 criticaba desde las páginas del periódico La Tierra los 166 muertos por la represión de las fuerzas del orden público republicano durante el primer año del nuevo régimen. Un año después, volvía a hacer recuento del segundo año: 121 muertos. En 1934 fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Madrid. En noviembre de 1936 el ministro de Justicia anarquista Juan García Oliver, atendiendo a la larga y penosa experiencia carcelaria de Melchor, le nombró delegado de prisiones de Madrid y ejerció de manera efectiva el cargo desde el 4 de diciembre de 1936 hasta el 1 de marzo de 1937. Durante ese período acabó con las sacas incontroladas de presos fascistas, prohibiendo que hubiera traslados de encarcelados desde las 6 de la tarde a las 8 de la mañana. Estas medidas le granjearon enemigos entre las filas republicanas, señaladamente entre los comunistas, con uno de los cuales ―José Cazorla, que le sucedió en el cargo― mantuvo una dura polémica en la prensa.

Al final de la guerra participó en el golpe del coronel Casado y éste le nombró alcalde de Madrid el 28 de marzo, cuatro días antes del finalizar la contienda. Desde ese puesto fue el encargado de hacer el traspaso de poderes a Alberto Alcocer, primer alcalde franquista. Fue sometido a consejo de guerra y condenado a 20 años y un día, aunque ―gracias a la mediación de varias autoridades franquistas que se habían beneficiado de su labor humanitaria durante la guerra― sólo cumplió un par de años. Durante el franquismo fue vendedor de seguros, pero siguió con su actividad política y volvió a ser encarcelado durante algún tiempo debido a sus labores de propaganda. Siempre fue anarquista, aunque algunos juzgan excesiva su amistad con ministros y generales franquistas y le critican por haber aceptado alguna condecoración.


Murió el 14 de febrero de 1972 y su entierro fue un extraño acto al que asistieron falangistas y anarquistas, donde su féretro estuvo cubierto por la bandera rojinegra (única ocasión en que se pudo ver esto durante la dictadura) y en el que dicen que hasta se cantó A las Barricadas

A Melchor siempre le gustó escribir poesía. Una de las que compuso describía su pasión por la anarquía:

Belleza, Amor, Poesía,
Igualdad, Fraternidad,
Sentimiento, Libertad.
Cultura, Arte, Armonía.
La Razón, suprema Guía.
La Ciencia, excelsa Verdad.
Vida, Nobleza, Bondad.
Satisfacción, Alegría.
Todo esto es Anarquía,
Y Anarquía, ¡Humanidad!

Otro sindicalista y anarquista, Cecilio Gordillo, está impulsando desde la CGT de Sevilla un homenaje nacional: Injusta o intencionadamente olvidado, los abajo firmantes reivindicamos su figura y su ejemplo y pedimos apoyo a personas, entidades, organizaciones e instituciones, para realizar un acto nacional de homenaje donde lo importante no sean las banderas, sino los valores que defendió Melchor Rodríguez. Pedimos públicamente:
- A los ayuntamientos de Madrid y Sevilla que en cada una de estas capitales se de su nombre a sendas calles.
- Al Ayuntamiento de Madrid que incluya su retrato en la Galería de alcaldes de la capital y un Pleno reconozca su labor.

Las adhesiones pueden enviarse a Confederación General del Trabajo. C/Alcalde Isacio Contreras 2B. Local 8. 41003 SEVILLA Fax: 954 564992. Correo electrónico: spcgta@cgt.es

viernes, 21 de marzo de 2008

Encuentro fortuito


El otro día, en el acto sobre Machado celebrado en Zafra, María del Carmen Rodríguez del Río, profesora de literatura del Instituto durante muchos años y ahora concejala de cultura culminaba su intervención con el poema de Aquilino Duque “El último viaje de Antonio Machado”:

(…)

Soldado, tú que avanzas hacia la primavera
con el cuatro de espadas ceñido de laureles,
¿no has encontrado acaso junto a la carretera
una maleta llena de papeles?

No dispares, soldado, contra tanta grandeza.
Ordena el alto el fuego.
Bájate del caballo, descubre tu cabeza
y lee esos papeles aunque los quemes luego.

Así sabrás quién iba con tanto fugitivo,
Y si amas a España, y si buscas su gloria,
Pide para tus sienes no el laurel: el olivo.
Ven a hablarnos de paz, pero no de victoria


Enrique Baltanás, que nos acompañaba en la mesa, giró la cabeza y asintió complacido por la referencia de la concejala a su amigo Aquilino. Yo también la giré y no tanto por el poema sino porque se me vino a la cabeza un libro no leído de Duque.

Estos encuentros literarios fortuitos son como los personales. Paseando reconocemos a alguien. Su rostro trae aparejado algún otro recuerdo, un tiempo que ya no existe, un lugar, un suceso... Con Maricarmen y su alusión a Aquilino Duque me ocurrió algo parecido. Al día siguiente busqué en mi biblioteca y rescaté El mono azul, la novela con la que el sevillano ganó el premio nacional de Literatura en 1975 y que le había valido el segundo puesto del Nadal el año anterior. Una obra elogiada por muchos y considerada muestra de la novelística de los “narraluces”, como se denominó a un grupo de prosistas andaluces (Alfonso Grosso, Ortiz de Lazagorta, Luís Berenguel…) que a mediados de los 70 del siglo pasado consiguieron cierto éxito con algunas de sus novelas

Voy por la mitad y me interesa. Más por la prosa que por el armazón narrativo o por el argumento ―aunque sea sobre la guerra civil. Es uno de esos novelistas que describe más que narra y escribe mejor que describe. O sea que escribe, y bien, aunque ―como en sus poemas― se desboque a veces en facundia.

Aquilino Duque es un escritor a contracorriente, un “disidente poético”, cuya literatura ha quedado solapada en ocasiones por su ideología antidemocrática y aristocrática. Esteta precursor de los novísimos y después poeta político antiprogresista, ha escrito contra el divorcio, la amnistía, la transición, el comunismo, la democracia y hasta contra el cine. A finales de los setenta se borró de Alianza Popular al considerar insuficientemente contraria la actitud de ésta frente a la Constitución de 1978.

Indago y me entero que ahora esparce su ideología en un
blog, en la revista digital de la Hermandad del Valle de los Caídos y, ―¡cómo no!― en Libertad Digital. En fin. Siempre he defendido que el escritor es un artesano más y que, si no nos cuestionamos la ideología del zapatero que repara nuestro calzado, no debemos hacerlo con quien nos cultiva el gusto. Aprovecharé el encuentro fortuito, seguiré leyendo El mono azul y me olvidaré de la ideología ultramontana de su autor.

sábado, 15 de marzo de 2008

La edad del candidato


La idoneidad de un candidato a presidente del gobierno es también una cuestión de edad. Ideología, imagen pública, capacidad de comunicación, solidez en los argumentos, pero también edad. Esa es, al menos, la experiencia de los últimos lustros en España. Salvo el caso de Leopoldo Calvo Sotelo, que nunca fue candidato electoral a la presidencia pues llegó a ella como sustituto de Adolfo Suárez, todos los presidentes que en España han sido se instalaron en la Moncloa con 43 años como máximo. Suárez, Aznar y Zapatero lo hicieron a esa edad y Felipe González incluso antes, a los 39.

La primera vez que Mariano Rajoy se presentó lo hizo a los 49 años; la segunda vez, hace unos días, con 52. Si, como ha asegurado, se vuelve a presentar en 2012 tendrá ya 57 años.

Es una edad magnifica, pero raro sería que los españoles decidieran nombrar presidente del gobierno a alguien con esos años. Uno de los argumentos de Rajoy para defender su continuidad ―que Aznar y Gonzalez lo lograron a la tercera― olvida un detalle importante: ellos tenían quince años menos.

jueves, 13 de marzo de 2008

"Estos días azules..."


Creo que a Fernando Pérez le hubiera gustado el acto que mañana viernes día 14 de marzo se celebrará en Zafra. Él fue uno de los que más reivindicó su papel de ciudad machadiana debido a que José Álvarez Guerra, filósofo y político decimonónico natural de aquí, fue bisabuelo del poeta. Lo supimos por Oreste Macrí y lo divulgaron en Extremadura Francisco Croche de Acuña y el propio Fernando.

Este origen zafrense de parte de la familia de Machado es el motivo principal de la actividad que el Área de Cultura y Acción Ciudadana de la Diputación de Badajoz, con la colaboración del Ayuntamiento de Zafra, tiene previsto celebrar mañana en el Centro Cultural Santa Marina a partir de las 20.00 horas. Una especie de homenaje a Antonio Machado con motivo del 69 aniversario de su muerte, ocurrida en Collioure el 22 de febrero de 1939.

Alrededor del famoso verso encontrado en su gabán (Estos días azules y este sol de la infancia), se organiza un acto que comenzará con una conferencia titulada "Tres estampas de la vida de Antonio Machado", de Enrique Baltanás, escritor, doctor por la Universidad de Sevilla, y autor del libro "Los Machado. Una familia, dos siglos de cultura española". A continuación, Pablo de Naverán, profesor del Conservatorio Superior de Música, interpretará al violonchelo "El canto de los pájaros", de Pablo Casals, y finalmente la Escolanía, también del Conservatorio, bajo dirección de Alonso Gómez, dará lectura a poemas y canciones del poeta. Isabel Barceló ha diseñado el acto y me ha pedido que lo presente.


Esta actividad se plantea como un preludio de las que se realizarán el año próximo, coincidiendo con el 70 aniversario de la muerte del poeta, y que también tendrán a Zafra como centro principal en la región.

martes, 11 de marzo de 2008

Los mejores análisis



El primero es el que hace El Roto en nombre del PP. Ahí demuestra él su humor.







Y el segundo, el de Izquierda Unida, en nombre propio. Y ahí lo demuestran ellos, porque han enviado este video a los medios junto a una nota de valoración sobre las elecciones



miércoles, 5 de marzo de 2008

Conferencia de Matilde Muro


Matilde Muro es una escritora cacereña residente en Trujillo con más de una docena de libros publicados. Aunque con alguna incursión en la historia, varias muestras sobre “literatura de viajes” por Extremadura (Las Hurdes, Jerte, La Vera…), y numerosos artículos en prensa, ella es conocida sobre todo por su dedicación a la historia de la fotografía en Extremadura. Es autora de La memoria quieta, sobre la fotografía en Trujillo, y fue la comisaria de la exposición "La Fotografía en Extremadura: 1847-1951", que el MEAIC expuso durante el año 2000. El catálogo de esa exposición, firmado también por Muro, es uno de los mejores y más interesantes libros publicados en Extremadura.

Mañana jueves, día 6 de marzo, Matilde Muro imparte una conferencia en Badajoz a las 20 h. en el Salón de Actos del Museo Iberoamericano de Arte Contemporáneo de Badajoz. El título es “Las imágenes del silencio (Fotografía e imagen durante la II República y la Guerra Civil en Extremadura)” y la organización corre a cargo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, cuyo presidente ―el abogado José Manuel Corbacho Palacios― será el presentador del acto.

Una pena no poder estar mañana en Badajoz para escucharla. Que quien pueda, no se lo pierda.



En la imagen las autoridades locales religiosas, militares y politicas de Zafra posan en 1937-38 junto a un grupo de magrebíes en la puerta del Alcázar de los Duques de Feria, reconvertido en Hospital Musulmán. Un buen ejemplo de integración de emigrantes, de alianza de civilizaciones y de colaboración entre la Iglesia y el poder político. La fotografía es propiedad de Manuel Peláez y la publiqué en mi libro La amargura de la memoria.

sábado, 1 de marzo de 2008

Suspendido por decisión judicial el Foro de Mayores de Zafra


A esta hora debería estar interviniendo en el I Foro sobre Actualización Social y Cultural de los Mayores de Extremadura, pero se ha suspendido por órdenes de la Junta Electoral tras una denuncia del Partido Popular.

En el mes de noviembre del año pasado,
Martín González me comentó la idea de hacer un foro de este tipo en Zafra y me convenció para que participara. Martín tiene 72 años y es un tipo muy activo, aunque esté jubilado. Es presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Badajoz. Concienciado por su propia experiencia personal ―ya que, junto a su mujer, cuida a dos personas mayores de 90 años y hasta hace poco también a su madre, que murió con 101 años― impulsa desde hace años una cooperativa para construir un complejo residencial para mayores en Valverde de Burguillos. Esa zona de retiro tendría todos los servicios necesarios para asegurar una vida relajada a él y al resto de asociados y, como él dice, sin darles la murga a los hijos. Han comprado ya el terreno y están intentando conseguir una treintena de socios para empezar las obras.

La obsesión de Martín es romper la idea de la vejez como etapa inactiva de la vida. Llevaba cuatro meses preparando este Foro. Quería que yo diera la charla inaugural y había invitado también a expertos en el tema y altos cargos de la Consejería de Sanidad y Dependencia de la Junta. Había involucrado en el acto al Ayuntamiento de Zafra, como entidad organizadora y, como colaboradoras, al Hogar de Mayores, al Instituto de la Mujer, a AUPEX, al Centro de Desarrollo Rural, a la Junta de Extremadura y a otras instituciones regionales y locales. Los actos querían amenizarse con la magia de Manuel Martín Matito, los monólogos de Juan Pedro Cotano Colchón y el teatro de un grupo de la Universidad de Mayores de Zafra.

Todo estaba ya organizado, pero anteayer Guillermo Fernández Vara aceptó la invitación para abrir los actos como presidente de la Junta de Extremadura. Y digo “pero” porque a partir de ahí el foro pasó a estar en el punto de mira del Partido Popular. Floriano anunció una impugnación ante la Junta Electoral al considerar que era una actividad partidista encubierta. Ayer
hizo efectiva la denuncia y la Junta Electoral les ha dado la razón. Los actos se han suspendido.

No me parece acertada la decisión de las autoridades judiciales. La semana pasada, ya en período electoral, el presidente de la Junta de Extremadura participó en los Coloquios Médicos Quirúrgicos que se celebraron en Zafra y nadie denunció los hechos. ¿Es que los médicos son del PP o se les considera menos manipulables que los mayores? Por otro lado, un día sí y otro no, se celebran durante la campaña manifestaciones de cazadores, de agricultores o de funcionarios de justicia delante de organismos oficiales y sedes de partidos políticos y, sorprendentemente, ningún juez ha visto en ellas ánimo partidario o electoral alguno (eso sí, salvo en la manifestación del Día de la Mujer Trabajadora del 8 de marzo en Madrid, que
ha sido suspendida).

No me parece justo que ―más allá de las inauguraciones y otros actos claramente partidarios― se obligue a las instituciones a paralizar toda su actividad social durante las campañas. Sobre todo, cuando no se trata a toda la gente con el mismo rasero y cuando otras entidades y grupos escasamente neutrales pueden, desde púlpitos o tractores, hacer campaña electoral sin impedimento alguno. En fin. Espero que la nueva convocatoria y celebración de este Foro pasadas ya las elecciones convenza definitivamente a algunos de que no era un acto electoral.

jueves, 28 de febrero de 2008

La niña de Rajoy


Estamos hartos de decir que la memoria histórica viene bien para todos, incluso para Rajoy, que no hubiese cometido ese error -uno más- si hubiera tenido un poquito más de memoria.

Gracias, Álvaro; gracias, Jose.


sábado, 23 de febrero de 2008

Jóvenes



Nos estamos haciendo viejos. Y más allá de innegables evidencias físicas, el paso del tiempo se advierte en nuestra afición a las conmemoraciones. Malo si empezamos a celebrar aniversarios de plata y similares. Hace unos meses nos juntamos en Cáceres cuarenta condiscípulos para festejar los veinticinco años de nuestra promoción universitaria de Geografía/Historia. Ya recogí aquí algún comentario sobre ese día. Y hace un mes, en Zafra, nos reunimos catorce amigos y amigas que hace treinta años formábamos la pandilla de adolescentes: Marisa, Anabel, Clara, Merche, Maricarmen, Manolo Barrena, Manolo Belmonte, Toni, Toñi, Jesús, Rufino, Gustavo, Agustín, Mariano… Más de la mitad ya no vive en Zafra (Sevilla, Badajoz, Mérida, Cáceres, Zaragoza…) Después de comer estuvimos riéndonos juntos viendo fotos antiguas.

Hay quien recela de este tipo de reuniones. El único crédito que tiene nuestra apariencia actual es que nadie la compare con la que teníamos. Y someterse hoy a las miradas de quienes recuerdan cómo éramos les resulta a algunos insorportable. Pero esa incomodidad desaparece por la dicha de mirar de nuevo a los ojos de aquellos y aquellas con quienes compartimos tantos afanes de juventud.