domingo, 20 de enero de 2008

Bobby



Los griegos decían que idiota es el que no se interesaba por la polis, por la política, pero Bobby Fischer reinventó el término y sostuvo que idiota es quien no se interesa por el ajedrez. Cuando Fischer le ganó el campeonato del mundo de ajedrez a Boris Spassky, el 31 de agosto de 1972, en Reykjavik, yo tenía apenas 11 años. Después supe que aquello no sólo fue una victoria ajedrecística sino también una jugada más en el ajedrez de la guerra fría entre EE.UU y URSS. Pero entonces esas partidas de Islandia nos metieron a muchos el gusanillo del ajedrez en el cuerpo.

Nunca he sido un buen jugador de ajedrez, pero sí un mediano aficionado. Y, como casi todo lo que me gusta en la vida, con ciertos rasgos obsesivos. Días después de aquel campeonato, la editorial Bruguera editó un libro con todas las partidas de lo que se llamó match del siglo. Lo compré tres años después en una feria de Zafra junto a otros catorce libros de ajedrez a mitad de precio (me gasté 500 pesetas de entonces). En esa pila de libros se apoyó mi afición. En ella y en la sugestión provocada por Ruy López de Segura, nacido en Zafra en el siglo XVI, creador de la apertura de su nombre y reconocido como el oficioso primer campeón del mundo de ese juego. Pero algo hizo también
Bobby Fischer.

El otro día murió loco en la ciudad que le dio la fama. Tenía 64 años: el mismo número ―alguien lo ha recordado― de casillas del tablero.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pon también este enlace a Ruy López Segura

José Manuel Díez dijo...

Pobre Fischer. Vi hace poco un documental sobre su vida y quedé impresionado. Se dice que todos los prodigios tienden al desequilibrio... yo creo que también sucede al revés algunas veces: que todos los desequilibrados tienden al prodigio...

Lo que está claro es que el ajedrez tiene un antes y un después a ambos lados de la línea divisoria de su nombre.

Descanse en paz.

Anónimo dijo...

Lo que está claro es que murió en la indigencia y tenía una cuenta con 3 millones de dólares bloqueada por el estado americano por no servir de abanderado político. Lo que está claro es que el que no sigue al sistema se le asesina o silencia de una forma o de otra. Lo que está claro es que de la mitad de las cosas que pasan no nos enteramos. Lo que está claro es que a Bobby todo le pasó al final por polis, es decir por no ser idiota e interesarse por la justicia vital y al final por la política. Por no querer ser un juguete perdió la vida y el juicio. Si el inteligente (siempre bondadoso) aplica a la vida real (injusta, corrompida e incomprensible) su inteligencia, acaba loco. O bien la presión de otros intentará que acabe loco. Sólo le salvará ver, oir, callar, ser prudente y despreciar. Porque a la gente inteligente le resulta muy difícil no pensar, como a él, o pensar y no actuar. Saludos de la anónima.

Anónimo dijo...

¿No os suena a algo parecido por estos lares?
Y una cosa, cuando se secribe, se escribe. Cuando se hace un copia y pega, pues se dice. Las ideas copiadas son malas, aunque queramos darle un "look" personal.

Anónimo dijo...

Aquí la misma anónima. No sé si la acusación de plagio va contra Lama o contra mi comentario. En todo caso, toda acusación debe explicarse y no sugerirse, eso de tirar piedra y esconder mano es muy cobarde.
Por si acaso va por mí, me explico. Mi idea general coincide con la que le leí al "poeta en Llerena", uno de los blogs que mas admiro por estos lares, que escribió una opinión cuyo fondo puede parecerse al mío, mas que nada porque es el que mas se ajusta a la triste idea de la realidad que yo tenía. No se si te refieres a eso, porque aquello es una entrada larga y bien escrita, nada que ver con lo mío.
En el blog de Gorka, que eso son otros lares, repetí mi opinión porque me pareció que ponían a Bobby de loco y punto, y es injusto. No hay copyright en un anónimo, que yo sepa, si yo lo he escrito puedo repetirlo. Del poeta en Llerena no he copiado nada literal, solo una idea general, pero no nos parecemos, desgraciadamente mi estilo está muy por debajo.
No tengo intención de plagiar a nadie y más porque no tengo nombre, sólo difundo lo que a mí me parece interesante y con un estilo muy inferior al del poeta en Llerena, porque yo no me dedico a escribir, sólo a comentar y compartir algo que me parezca de interés. Pero hay gente rara, rara. Creí que el conocimiento era libre. Habrá que poner canon en los comentarios anónimos de los blogs. ¡Que estrés!