Me había prometido no volver a escribir en el blog durante este año. Intentaba que fuera una especie de castigo contra los años bisiestos. Mi padre abominaba de los años de este tipo. Era una vieja obsesión que justificaba aludiendo al 36 —el año de la guerra—, al 40 —el del hambre—, al 52 —cuando nació un hijo que acabaría perdiendo… Mi padre murió en 1992, año bisiesto.
Este 2008, también con 366 días, está siendo insoportable. Aunque ya le he dicho a Luciano Feria que nosotros los marxistas no debemos creer en estas cosas, hay que reconocer que el añito tiene miga. Además de miles de desconocidos, se me han muerto cinco amigos: Manolo Peláez, Luis Santos, Carmina Unamuno, Justo Calderón y Ángel Campos. Y cuando uno tiene un blog modesto, de pocos artículos, tantas muertes pueden convertirlo en una continua necrológica. Cuando murieron decidí no escribir nada sobre la vida de Justo ni sobre la de Ángel. A ambos me unió un afecto extremo, pero estaba asqueado de tanta muerte. Acompañé al primero en los últimos años de su vida alrededor de la memoria histórica y la reivindicación de las víctimas de la guerra civil. El segundo me acompañó casi en los primeros de la mía adolescente con ese otro afán de la poesía. Con estas dos pérdidas queda claro que ni la bondad —compartida por ambos—, ni el humor —propio de Justo—, ni la palabra —que Ángel dominaba— eximen de la muerte.
Había decidido no hablar más mientras este pendenciero 2008 estuviera presente, pero hasta el silencio acaba por volverse contra uno frente a tipos como éste. Y es que resulta que el año 2008 —ahora que se iba de una puñetera vez— se ha quedado con mi cara y me está mirando, desafiante, a los ojos. Y eso sí que no.
Aire y agua de Escher
Bien hecho.
ResponderEliminarNo entiendo los blogs moderados ¿Qué se teme?
ResponderEliminarLa vida es corta pero el día largo, dicen que escribió Goethe. Los años, también los años bisiestos y aciagos, son ciegos. Dirigen su mirada a todas las caras. No ven a ninguna. Arremeten contra cualquiera, en cualquier momento. Si acaso, temamos a lo real. E incluso entonces seamos valientes y amables. ¡Qué menos!, un abrazo
ResponderEliminarJosé María: teniendo en cuenta el lugar en que te vi la última vez y eso de que digas que 2008 "se ha quedado con mi cara y me está mirando", pues como que no me gusta nada. Hago votos porque te pueda mirar a la cara 2048 (por lo menos) también. Saludos.
ResponderEliminarPD: A mí tampoco me gustan los bisiestos; se trabaja un día más y te pagan lo mismo.
Estimado: nada exime de la muerte, ni de los años bisiestos, ni de nuestra absurda condición..."La sensación de absurdo a la vuelta de cualquier esquina puede sentirla cualquier hombre."(Camus)
ResponderEliminarCariños.
La vida es corta y el arte es largo, y que queda muy bien soltarle al bisiesto eso de que sus muertos viven en nosotros, en la memoria, y como poco...
ResponderEliminarFELICIDADES.
ResponderEliminarBienvenido, de nuevo, a tu blog Jose Mª. Los años bisiestos... los años...
ResponderEliminarMantén el desafío, seguro que eres capaz.
Llego tarde para felicitarte por tu cumpleaños. Pero te felicito. Leí este texto cuando lo escribiste y tampoco quise decir nada, porque las palabras no van a consolar. También se lo dije a tu hermano: que es una putada, pero las palabras no consuelan.
ResponderEliminarAsí que ahora tengo la excusa. No llames a la Guardia Civil, que me gustan las fotos que pone Miguel Ángel en su blog: me llevan a otras historias.
No creo que el 2009 se vaya a quedar con tu cara. No les vamos a regalar a los años esa grandeza. Aunque sean bisiestos.
Un beso grande grande.