El viaje a Nueva York me ha sugerido muchos apuntes y notas. Uno de ellos, que recupero ahora, casi dos semanas ya desde el regreso, hace referencia al cierre de Lectorum, la mejor librería de las dedicadas a libros en español de toda la ciudad. A pesar del enorme número de hispanohablantes, la oferta de libros en español de NY no es muy amplia (alguien lo ha señalado: no hay libros en español en países anglosajones). Desaparecido el inmenso almacén en el Bronx de Eliseo Torres ―cuyos fondos adquirió Abelardo Linares, de la librería sevillana Renacimiento― sólo quedan libros de este tipo en los Strand Bookstore y en Lectorum.
Pasé primero por el Strand Bookstore de Broadway esquina con la calle 12. Muchísimos libros en la que está considerada la mayor librería de viejo del mundo pero una pobre estantería de español donde no había nada estimable. Después nos encaminamos a Lectorum, en la calle 14, entre las avenidas sexta y séptima. El sitio me lo había recomendado José Miguel Martínez Torrejón, un zafrense que ejerce de profesor de español en el Queens College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Me decía que estaban cerrándola. Y, en efecto, cuando llego está cerrada desde hace un par de días aunque por los cristales se ve a varias personas cogiendo libros de los inmensos estantes y apilándolos en el suelo. Llamo y un hombre me abre. Tiene acento hispanoamericano. Le hablo de mi interés por echar un vistazo. Y, como sugiriéndome la única contraseña que puede franquearme la entrada, me pregunta si soy profesor. Le digo que sí sin dudarlo. Me dice que espere en la puerta. Vuelve a entrar y cierra tras de sí. Al momento aparece otro hombre, que parece el jefe, y también me interroga. Por fin me deja entrar.
Cerraron el día 29 de septiembre y ya están clasificando los libros para llevárselos. Eva y yo echamos un vistazo a lo que nos dejan ver: literatura. Mucho Losada y muchos escritores hispanoamericanos. Miro por el rabillo del ojo el resto de los estantes que me están vedados. Me incomoda pensar que estoy molestando. Compro algunos libros al 20% de descuento y nos vamos. Son los últimos que pueden adquirirse directamente en la mejor librería en español de NY y que trabaja ya sólo por internet.
Como dice Javier Rioyo a cuenta del cierre de Lectorum, ahora es cuando más español se habla en Estados Unidos, pensaba que era cuando más de leía. No debe ser así. O no leen, o lo que leen lo encuentran en otras superficies.
Pasé primero por el Strand Bookstore de Broadway esquina con la calle 12. Muchísimos libros en la que está considerada la mayor librería de viejo del mundo pero una pobre estantería de español donde no había nada estimable. Después nos encaminamos a Lectorum, en la calle 14, entre las avenidas sexta y séptima. El sitio me lo había recomendado José Miguel Martínez Torrejón, un zafrense que ejerce de profesor de español en el Queens College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Me decía que estaban cerrándola. Y, en efecto, cuando llego está cerrada desde hace un par de días aunque por los cristales se ve a varias personas cogiendo libros de los inmensos estantes y apilándolos en el suelo. Llamo y un hombre me abre. Tiene acento hispanoamericano. Le hablo de mi interés por echar un vistazo. Y, como sugiriéndome la única contraseña que puede franquearme la entrada, me pregunta si soy profesor. Le digo que sí sin dudarlo. Me dice que espere en la puerta. Vuelve a entrar y cierra tras de sí. Al momento aparece otro hombre, que parece el jefe, y también me interroga. Por fin me deja entrar.
Cerraron el día 29 de septiembre y ya están clasificando los libros para llevárselos. Eva y yo echamos un vistazo a lo que nos dejan ver: literatura. Mucho Losada y muchos escritores hispanoamericanos. Miro por el rabillo del ojo el resto de los estantes que me están vedados. Me incomoda pensar que estoy molestando. Compro algunos libros al 20% de descuento y nos vamos. Son los últimos que pueden adquirirse directamente en la mejor librería en español de NY y que trabaja ya sólo por internet.
Como dice Javier Rioyo a cuenta del cierre de Lectorum, ahora es cuando más español se habla en Estados Unidos, pensaba que era cuando más de leía. No debe ser así. O no leen, o lo que leen lo encuentran en otras superficies.
La culpa del cierre, como todo el mundo sabe, la tiene la política antiamericana de Zapatero. El de los piés sobre la mesa ha dicho a Bush: cierra la librería que los que vienen a ella son unos rojos. No se equivocó, llegaste y la cerró.Coña aparte, va a tener razón Rioyo, que se lee menos. ahí tienes el éxito de los video-clubs y la orfandad de las librerías. Visitémoslas más y animemos a la cuadrilla.
ResponderEliminarCierto que no hay libros en español en los países de habla inglesa. Tampoco en los de habla francesa, alemana, italiana ... Tal vez sí en Portugal. Pero creo que hablando de librerías de antiguo o usado, el vínculo que colocas en el texto no es el más adecuado. El tal Joe Perlman no puede decir que precisamente en la librería “Trueque” que aparece en la fotografía no haya libros en inglés. Esa librería pertenece a una californiana afincada en Sevilla desde hace muchos años (Rebeca o Beki, como la llamamos los amigos), y la pila de libros que ocupa la mitad de la entrada son en su inmensa mayoría libros en inglés.
ResponderEliminarComo me apetece estar al lado de Manolo y de Miguel, pongo aquí que, en efecto, hay que animar a la cuadrilla, y que no hay libros en español en según qué sitios; pero que en Portugal sí. Además, porque no los traducen, los leen en el original. Sobre todo, de poesía. En Portugal, aquí al lado.
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