sábado, 20 de octubre de 2007

Barrancos y la otra "columna de los ocho mil"



Barrancos es una localidad singular. Situada a tiro de piedra de Encinasola, casi en el límite entre Extremadura y Andalucia por Huelva, es de las poblaciones portuguesas más españolas. Sus habitantes dicen con cierta guasa que hablan el barranqueño, un portugués con tantas herencias castellanas que el resto de los portugueses casi no lo identifica con su lengua.

Estuve el pasado sábado por allí. Se presentaba el libro de la antropóloga Maria Dulce Antunes Simões Barrancos na encruzilhada da Guerra Civil de Espanha donde se narran los hechos protagonizados por mil extremeños ―de Fregenal, de Oliva, de Jerez…― que en septiembre de 1936 salieron de España buscando refugio en Portugal. En Barrancos fueron protegidos por el teniente de carabineros Antonio Augusto de Seixas que, tras mantenerlos varias semanas en dos campos de concentración improvisados, logró embarcarlos en el buque Niassa rumbo a Tarragona. Este éxodo de los extremeños hacia Barrancos es ―aunque menos numeroso― el complemento de otro, el de los ocho mil que por las mismas fechas acabaron diezmados en dirección contraria, cerca de Fuente del Arco.

El libro arranca con las memorias de un hijo de Seixas, Gentil de Valladares, que narra cómo vivió los hechos desde sus veintitantos años. Además, Francisco Espinosa nos ofrece un estudio histórico con la peripecia de los refugiados. La otra mitad del libro la ocupa un texto antropológico de Dulce Simões, titulado “Relaciones sociales, poderes y resistencias”, donde se analiza la singularidad de Barrancos como pueblo de frontera y sus principales rasgos durante esos años.

El acto, en el patio del museo de la localidad, a las 4 de la tarde y bajo un sol de justicia, resultó entrañable. Varios ancianos de uno y otro lado de la raya asistieron emocionados en primera fila. Y, además de Paco Espinosa desde la tribuna, estuvieron presentes amigos y conocidos como el periodista Alonso de la Torre, el abogado José Manuel Corbacho y los “morrimer” Ángel Hernández y Fernando Ramos. Fue un encuentro en la frontera de alentejanos y extremeños a propósito de una memoria compartida.

4 comentarios:

  1. Muchas gracias JML, por su presencia en un momento tan singular y de gran importancia para mi.

    ResponderEliminar
  2. Estimada Dulce Simöes, aprovecho la entrada que José Mª nos ofrece para felicitarte por tu libro. Probablemente no te acuerdes de mi, pero coincidimos, con café incluido, en las Jornadas que sobre los "Papeles" del Archivo de Salamanca se celebraron en esa ciudad, creo que en el otoño de 2005. Lo dicho, enhorabuena.

    ResponderEliminar
  3. Gentil de Valadares hablo a fondo con pocas personas sobre la contienda española,su padre,buen amigo de mi abuelo,nos dejo buenos recuerdos,los cuales recorde con el alla en Portimao,asi como en Lagos.-Descanse en paz.
    Antonio Victorio

    ResponderEliminar
  4. Gentil de Valadares hablo a fondo con pocas personas sobre la contienda española,su padre,buen amigo de mi abuelo,nos dejo buenos recuerdos,los cuales recorde con el alla en Portimao,asi como en Lagos.-Descanse en paz.
    Antonio Victorio

    ResponderEliminar