Marzo será “pardo” y abril, con lluvias. Me lo dice Ricardo Murillo, Tarrete, agricultor, 85 años. Estos días está especialmente atento al cielo: sigue las cabañuelas, ese pronóstico popular que prevé el tiempo de los doce meses del año siguiente a partir del que hace en los doce primeros días del mes de agosto. En agosto está el secreto, de los doce meses completos, dice el refrán. De las muchas variantes de cálculo de las cabañuelas —casi cada sitio tiene un método— Ricardo sigue el que cuenta del 1 al 12 de agosto, cada día un mes, de enero a diciembre, y confirma el pronóstico del 13 al 24, también contando el año de cabo a rabo. Hoy es 16 de agosto y, según sus cuentas, corresponde a abril. Estamos, cómo no, en la puerta de Cayetano, donde hoy la tertulia es de edad, pues pronto se nos unen Antonio, de 88 años, antiguo guarda de RENFE, y otro Antonio, “el Andaluz”, transportista, de 78. Aunque hay veces que la conversación desvaría hacia las costumbres zoofílicas de alguno que pasa al lado —allá por el año 40 las gallinas y las burras debían tener una intensa actividad sexual—, mis contertulios me ilustran sobre todo acerca de las condiciones de vida de entonces: que si había quien recogía sacos de azúcar para apañarlos como vestimenta; que si había otros que esperaban la retirada de mercancías de fruta de los trenes para llevarse las piezas medio podridas; que si las alpargatas duraban un año, aunque estuvieran rotas; que si a las mujeres no le dejaban entrar en misa en mangas de camisa... Era una vida bonita, dice —a pesar de todo— uno de ellos. ¡No, de eso nada!, replica otro. Era una vida horrorosa, la que era bonita era la edad que teníamos. Ahora sí que se vive bien, aunque ya estemos en "onda corta". Cuando ya se han ido, llega Cayetano padre, 87 años, y pone la guinda: Hace mucho tiempo que nací. Hace tanto que ya ni me acuerdo. Risas. Me bastaría con la mitad de lucidez de cualquiera de ellos.
Las cabañuelas.. siempre oi hablar de ellas pero no sabia cómo se calculaban. gracias
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