miércoles, 7 de junio de 2006

El Adagio de Barber



Suena como música de El hombre elefante (1980, David Linch) o como banda sonora de Platoon (1986, Oliver Stone), pero Samuel Barber la compuso mucho antes, en 1936, y no sólo por eso debería ser la música de nuestra guerra. No conozco música más bella y triste a la vez.

2 comentarios:

  1. Estimado amigo acabo de escuchar el adagio hace un momento y ha sido como un remaso de paz en medio de tanta trifulca como se ha montado por aquí. da la casualidad de que por hace unas semanas escuchamos este adagio en Roma desde un balcón abierto en una casa cerca del Panteón y no conseguimos saber quién era el autor, y andábamos un poco en plan FBI indagando sin éxito que parecia lo del Bin Laden (he llegado a intentar silbárselo a uno a ver si sabía quien era el compositor). DE vuelta a casa y leyendo una delicia de libro "Leer, leerse" de Franco Ferrarotti recordé esa música al leer el final del libro (y le puse por así decirlo banda sonora). Y ahora cuando descansaba de enmendar un poquito la plana a Álvaro (sin acritud) ha sido una sorpresa escucharlo. Ahora otra odisea será localizarlo en CD pero al menos ya sé qué busco.
    Te escribo el final del libro de Ferrarotti para que veas qué bien le quedaba la musiquita:
    Muchas gracias

    "Algunas noches claras de finales de Otoño, algunas noches ventosas, cuando Roma por fin está desierta y los plátanos de la calle Nomentana entregan de mala gana todas sus hojas al suelo, y las columnas del Foro resisten, derechas y solitarias, las ruda scaricias de la tramontana, algunas noches de viento... Son esas las noches en que busco a oscuras en la cama junto a la mía su compañía agradable y discreta. No hay nadie más. No adivino ninguna forma humana. No puedo decir, en susurros: dulce colina que duermes a mi lado. Me velan solamente, en silencio, mis viejos amigos, los libros, acumulados confusamente, mirándome de reojo, desde los intersticios entre montón y montón con medio título por completar a tientas. Lo sé con seguridad absoluta. Sé que moriré con un libro en la mano. Será mi extremaunción".

    (de fondo la música y se vé la cámara salir por la venta y los gatos deambular por los tejados y todo eso)

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  2. Me alegro de saludarte y me alegro de la coincidencia, aunque siento que no fuera premeditada. ¿No se puede entrar todavía en tu blog?
    Abrazos desde tu pueblo.

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