sábado, 16 de agosto de 2008

París


Dicen que compite con Nueva York como capital cultural del mundo y que sólo Roma es digna de ella. Más allá del juego inane de las comparaciones, Paris me ha parecido una ciudad soberbia. Tiene uno la certeza de estar pisando el escenario de los principales acontecimientos de la historia contemporánea de Occidente (la Revolución Francesa, Napoleón, la Comuna, la ocupación nazi, mayo del 68…) y de los hechos y personajes culturales más relevantes (Voltaire, Baudelaire, el impresionismo, Wilde, Picasso, el existencialismo…).


Me ha interesado casi todo lo que he visto, salvo el horrendo Palais de Chaillot y el pastiche del Sacré-Coeur. La catedral de Notre Dame es magnífica. En Montmatre, alrededor de la place du Tertre, o en las colecciones del impresionante Museo d`Orsay, se aprecia la personalidad artística de la ciudad, como la literaria se mantiene viva en las calles del Quartier Latin. He disfrutado con el sosiego y la belleza del museo Rodin, con el cosmopolitismo de Le Marais y con el embrujo de ese monumento fúnebre a las celebridades parisinas que es el cementerio de Pere Lachaise. Además, la Tour Eiffel, el Louvre, la place des Vosgues o "La Dama y el Unicornio" del Cluny.


He hecho turismo de exteriores y de interiores, turismo de vistas y de detalle. Pero me vuelvo con la insatisfacción que uno tiene ante lo inabarcable. A pesar de las apariencias, Paris no es una ciudad turística, que pueda vivirse de paso. Es necesario comprar el pan diariamente durante varios meses para vivir esta ciudad. Por eso envidio a Eva, que hace años lo hizo, y a Juan, que en unos años lo hará.

Imagen del Museo D`Orsay

1 comentario:

  1. ¡Has vuelto!
    Y con un mensaje inmejorable...
    Conozco esa ciudad por las fotos de mis amigos (y de mi hermano) y por las películas... Pero me ha parecido estar paseando por ella mientras te leía.

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