Agradezco a Luciano Feria el envío de este artículo del novelista vasco Fernando Aramburu. Además de aludir a la posición del autor frente al terrorismo de ETA, el texto reflexiona sobre la condición del escritor (¿un tipo común y corriente o distinto al resto?), asunto que he discutido con Luciano muchas veces.
No me consta la existencia de un código moral al que hayan de sujetarse los escritores en el desempeño de su labor literaria. Dicho de otro modo, la circunstancia de que un escritor sea un hombre de paz, respetuoso con sus congéneres y amante, pongamos, de la naturaleza y de los hábitos culturales en que se crió, no garantiza poco ni mucho la excelencia artística de sus obras, como tampoco la excluye el hecho de que él practique en su vida privada la ruindad.
Nadie está legitimado para exigir al escritor una conducta determinada. No digamos ya una determinada fe. Hacer tal cosa (y se hace con bastante más frecuencia de lo que muchos creen, a veces por la vía dulce de la subvención, del premio institucional o de prebendas varias) obliga al escritor a crear sus obras al dictado. Queda entonces irreparablemente desvirtuado el sentido primordial de su oficio, que no es otro que el ejercicio libre de la palabra escrita. Y un escritor sometido es una de las criaturas más dignas de lástima que se pueda uno imaginar.
En tanto que ciudadano, a un escritor lo afectan idénticos derechos y obligaciones que a los demás miembros del colectivo social. Pero un escritor no es, en cuanto tal, se diga lo que se diga, un ciudadano común y corriente, o al menos no lo es a la manera como sabemos que lo son el panadero o el dentista, pongo por caso, a quienes no se les hace objeto de reclamaciones morales cuando cuece el uno pan, empasta el otro una muela, por mucho que constituya un valor moral positivo el que despachen bien la tarea por la que se les remunera. Lo cierto es que ni el pan ni el empaste tienen la capacidad de repercutir ideológicamente en las conciencias de los comensales ni de los pacientes. El escritor, en cambio, dispone, si se empeña, de esa capacidad que puede llegar a convertirlo, a ojos de algunos, en un sujeto incómodo, incluso peligroso.
Para empezar, emplea un instrumento, la lengua, de propiedad colectiva, sin el cual está más que probado que el ser humano nunca sabrá definirse a sí mismo ni como individuo ni como elemento integrador de una masa social. El hombre no sabe ser sin lenguaje, una característica suya que lo hace desde la infancia vulnerable a la manipulación y al adoctrinamiento. También el escritor, aunque por falta de perspectiva no atinemos a calibrar con exactitud en qué medida, interviene en los hábitos lingüísticos y en los modos de pensar de los ciudadanos de su época y acaso de los del porvenir. Poco puede en apariencia hacer un escritor, con el solo ejercico de la palabra escrita, para introducir cambios y mejoras en la realidad; pero en su mano está, no obstante, analizarla y reproducirla en sus libros, dejando de ella su testimonio particular, sazonado de palabras más o menos perdurables, de pensamientos, de refutaciones, de imágenes y de todos esos recursos con que él elabora comúnmente su arte cuando no le falla el talento.
Así y todo, tanto como el escritor se encuentra delante de la realidad de su tiempo y toma de ella cuanto juzga necesario o útil para su arte, la realidad se encuentra asimismo delante de él interpelándolo a todas horas, formulándole preguntas a menudo relacionadas con sucesos trágicos o escandalosos. En tal sentido, el asesinato el otro día de ETA en Mondragón es una pregunta con su correspondiente expectativa de respuesta. La reacción inmediata por escrito compete al informador de prensa. Se supone que no hay titán de las letras capaz de redactar una novela de trescientas páginas a las pocas horas del crimen. Quizá un poema de urgencia, con el inconveniente añadido de su precaria difusión.
Pero tampoco caben muchas dudas acerca del hecho de que la respuesta de los escritores entraña no solo una opción moral voluntaria, sino también y sobre todo una opción artística. Y ya pocos ignoran que sobre la acción criminal de ETA la literatura vasca se ha expresado de manera insuficiente hasta la fecha, con notorios silencios, por cierto, que para algunos formarán parte acaso esencial de sus obras completas.
No se trata tan sólo de abordar en la obra personal, al modo de quien cumple un trámite, el tema de la violencia política con que hemos sido obligados a convivir, unos más de cerca que otros, por quienes la ejercen desde hace cuatro décadas largas, imbuidos de la convicción perversa de estar construyendo un paraíso nacional con todos los métodos que ponen a su alcance la demagogia, la destrucción y el mal. Es, más bien, una cuestión de simple dignidad, de grandeza de corazón y, si no es mucho pedir, de coraje. Porque un pueblo que tolera la violencia social no es un pueblo, sino un rebaño. Y un escritor que calla, una oveja amparada en las posibilidades de supervivencia que le aporta su docilidad.
Nadie es culpable de su miedo. A nadie se le puede exigir que se comporte como un héroe en su sociedad sometida al terror. Pero quizá constituya un comienzo de respuesta transmitirles a las generaciones futuras que no supimos o no nos atrevimos a afrontar las preguntas urgentes que nos planteó nuestro tiempo histórico. Que dicha tarea literaria queda en parte pendiente, y digo en parte porque sería injusto ignorar que algo de tinta admirable y lúcida, aunque poca, ha corrido. Que, sintiéndolo mucho, no acertamos ni a describir ni a interpretar con palabra libre la historia sangrienta de los vascos de ayer y hoy. Que la literatura de otros, ya que no la nuestra de ahora, tendrá que contar algún día, desde una perspectiva menos favorable, cómo se vivió y se sintió y se padeció individualmente aquel espantoso derrumbe moral de nuestro país asociado a la crueldad de una pandilla de fanáticos a los que no se pudo (¿no se quiso?) parar a tiempo.
Nadie está legitimado para exigir al escritor una conducta determinada. No digamos ya una determinada fe. Hacer tal cosa (y se hace con bastante más frecuencia de lo que muchos creen, a veces por la vía dulce de la subvención, del premio institucional o de prebendas varias) obliga al escritor a crear sus obras al dictado. Queda entonces irreparablemente desvirtuado el sentido primordial de su oficio, que no es otro que el ejercicio libre de la palabra escrita. Y un escritor sometido es una de las criaturas más dignas de lástima que se pueda uno imaginar.
En tanto que ciudadano, a un escritor lo afectan idénticos derechos y obligaciones que a los demás miembros del colectivo social. Pero un escritor no es, en cuanto tal, se diga lo que se diga, un ciudadano común y corriente, o al menos no lo es a la manera como sabemos que lo son el panadero o el dentista, pongo por caso, a quienes no se les hace objeto de reclamaciones morales cuando cuece el uno pan, empasta el otro una muela, por mucho que constituya un valor moral positivo el que despachen bien la tarea por la que se les remunera. Lo cierto es que ni el pan ni el empaste tienen la capacidad de repercutir ideológicamente en las conciencias de los comensales ni de los pacientes. El escritor, en cambio, dispone, si se empeña, de esa capacidad que puede llegar a convertirlo, a ojos de algunos, en un sujeto incómodo, incluso peligroso.
Para empezar, emplea un instrumento, la lengua, de propiedad colectiva, sin el cual está más que probado que el ser humano nunca sabrá definirse a sí mismo ni como individuo ni como elemento integrador de una masa social. El hombre no sabe ser sin lenguaje, una característica suya que lo hace desde la infancia vulnerable a la manipulación y al adoctrinamiento. También el escritor, aunque por falta de perspectiva no atinemos a calibrar con exactitud en qué medida, interviene en los hábitos lingüísticos y en los modos de pensar de los ciudadanos de su época y acaso de los del porvenir. Poco puede en apariencia hacer un escritor, con el solo ejercico de la palabra escrita, para introducir cambios y mejoras en la realidad; pero en su mano está, no obstante, analizarla y reproducirla en sus libros, dejando de ella su testimonio particular, sazonado de palabras más o menos perdurables, de pensamientos, de refutaciones, de imágenes y de todos esos recursos con que él elabora comúnmente su arte cuando no le falla el talento.
Así y todo, tanto como el escritor se encuentra delante de la realidad de su tiempo y toma de ella cuanto juzga necesario o útil para su arte, la realidad se encuentra asimismo delante de él interpelándolo a todas horas, formulándole preguntas a menudo relacionadas con sucesos trágicos o escandalosos. En tal sentido, el asesinato el otro día de ETA en Mondragón es una pregunta con su correspondiente expectativa de respuesta. La reacción inmediata por escrito compete al informador de prensa. Se supone que no hay titán de las letras capaz de redactar una novela de trescientas páginas a las pocas horas del crimen. Quizá un poema de urgencia, con el inconveniente añadido de su precaria difusión.
Pero tampoco caben muchas dudas acerca del hecho de que la respuesta de los escritores entraña no solo una opción moral voluntaria, sino también y sobre todo una opción artística. Y ya pocos ignoran que sobre la acción criminal de ETA la literatura vasca se ha expresado de manera insuficiente hasta la fecha, con notorios silencios, por cierto, que para algunos formarán parte acaso esencial de sus obras completas.
No se trata tan sólo de abordar en la obra personal, al modo de quien cumple un trámite, el tema de la violencia política con que hemos sido obligados a convivir, unos más de cerca que otros, por quienes la ejercen desde hace cuatro décadas largas, imbuidos de la convicción perversa de estar construyendo un paraíso nacional con todos los métodos que ponen a su alcance la demagogia, la destrucción y el mal. Es, más bien, una cuestión de simple dignidad, de grandeza de corazón y, si no es mucho pedir, de coraje. Porque un pueblo que tolera la violencia social no es un pueblo, sino un rebaño. Y un escritor que calla, una oveja amparada en las posibilidades de supervivencia que le aporta su docilidad.
Nadie es culpable de su miedo. A nadie se le puede exigir que se comporte como un héroe en su sociedad sometida al terror. Pero quizá constituya un comienzo de respuesta transmitirles a las generaciones futuras que no supimos o no nos atrevimos a afrontar las preguntas urgentes que nos planteó nuestro tiempo histórico. Que dicha tarea literaria queda en parte pendiente, y digo en parte porque sería injusto ignorar que algo de tinta admirable y lúcida, aunque poca, ha corrido. Que, sintiéndolo mucho, no acertamos ni a describir ni a interpretar con palabra libre la historia sangrienta de los vascos de ayer y hoy. Que la literatura de otros, ya que no la nuestra de ahora, tendrá que contar algún día, desde una perspectiva menos favorable, cómo se vivió y se sintió y se padeció individualmente aquel espantoso derrumbe moral de nuestro país asociado a la crueldad de una pandilla de fanáticos a los que no se pudo (¿no se quiso?) parar a tiempo.
Fernando Aramburu
Sorprende y apena que esta entrada permanezca con ¡cero comentarios! Lo mismo pasó con la anteriormente dedicada a la concesión a Fernando Aramburu del último premio Dulce Chacón por "Los peces de la amargura". Es el misterio del blog. Uno de ellos.
ResponderEliminarEl artículo que con buen tino Luciano te envía y tú publicas me parece otra prueba de la lucidez y el compromiso del escritor vasco. Reconoce que nadie es culpable de su miedo, pero transmite que mejor no callar. El escritor ha de asumir la responsabilidad que entraña romper su silencio. Porque quien escribe puede hasta combatir el miedo y, a través del miedo, la violencia. Como lo hace Aramburu.
Vi esta entrada recién y me dije, ¡ah!, bueno eso del premio ese en Zafra. Con todo respeto tengo que decir que no gusto de premios, más que cuando palian miserias de escritores, y no los creo válidos más que en eso y para eso. O a la obra completa de años, el trabajo contenido de años por una labor, y no como premio, sino reconocimientos, admiraciones, amores. Nadie es más que nadie.
ResponderEliminarHe vuelto a entrar y he leído el único comentario… Me he ido a una estantería en la que está casi todo lo publicado por Aramburu, y leído, y comentado en algunos medios, en su momento, por mí. No por ser vasco, no por tener esta u otra postura, no, sino por ser de los pocos escritores, relativamente joven y actual, y casi el único para mí, que escribe bien, bien. Por eso. Desde “Fuegos con limón” (1996), novela que leí con delectación, llena de notas, comentarios, vivas y otras expresiones a lápiz con que suelo anotar lo que leo. Tengo la nota final que dice:”Me da pena pues no es fácil que encuentre algo tan bueno de un autor actual. La he demorado casi un año en leer, para degustarla bien, bien”, 1997, en enero... Y recuerdo los largos comentarios y consideraciones sobre esa novela, con mi amigo Luis Pamo, en nuestras peripatéticas conjuras, en nuestros paseos.
Desde entonces todo Aramburu me lo he leído. Desde algún artículo esporádico en “El Mundo”, hasta lo que vino después: Los relatos de “No ser no duele” (del año siguiente a la anterior novela, 1997); la magnífica novela “Los ojos vacíos” (2000), la subsiguiente “El trompetista del Utopía” (2003). De los ojos vacíos recuerdo que se la recomendé a la amiga, apisana y política, amén de catedrática, Pilar Blanco-Morales, en una tarde pacense en que ella buscaba algo interesante que leer… Me acuerdo aún de su llamada de agradecimiento por darle a conocer un autor de tanto fuste altura, estilo, calidad. Luego “Bami sin sombra” (2005), para mí genial novela, y el libro de relatos, segundo, “Los peces de la amargura”, por el que lo premiaron ustedes en Zafra. Y ya me extrañó mucho, pue son era su primer ni su mejor libro. Pero como todo premio no tiene como esencial la calidad, sino alguna faceta política y social, personal o de favor, o alguna cosa como uso y utilidad, pues eso. Sea dicho con respeto a todos los usos y abusos con al arte, que bien están en su derecho los premiadores. Más se da en el bingo.
Y como siempre que un autor u obra me subyubgan buceo al fondo, pues no puedo olvidar el título de Juan Manuel Díaz de Guereñu: “CLOC – Historias de Arte y Desarte (1978-1981) (1999) . Un estupendo y esclarecedor estudio del grupo juvenil al que Fernando Aramburu perteneció allá en sus años mozos en su San Sebastian nativo: “El grupo CLOC de Arte y Desarte nació en el barrio del Antiguo de San Sebastián en 1978, en una época violenta, inestable y desconcertada. Fue concebido en marzo, al tiempo que tenían lugar las manifestaciones contra la central nuclear de Lemóniz y estallaba una bomba en la obra. Vendió el primer número de su revista en junio, cuando se aprobaba la Ley Antiterrorista. Convivió con atentados incontrolables y con los sanfermines suspendidos, con el referéndum constitucional y con la revolución sandinista, con el Consejo General Vasco y con el golpe de Tejero. Y, entre tanto descalabro y desvarío, decidió añadir al tumulto poesía, humor e irreverencia, y proponer una cultura diferente.”
“Sus fundadores, jóvenes estudiantes entonces, lo alimentaron con sobresaltos, bromas y provocaciones, que desconcertaron las maneras usuales en el mundillo cultural. Y lo enterraron cuando pensaron que ya no les servía para hacer desarte o para desarrollar sus propias obras.”
“Este libro narra las andanzas de CLOC y analiza sus gestos y sus grafismos. Acompaña a la exposición que sobre el grupo organiza el Koldo Mitxelena Kulturunea, dos décadas después de sus alborotos”, se dice en la contraportada de la edición que manejo, de Ediciones Hiparión, (1999).
Y esa es la somera guía de perplejos para conocer a Fernando, a partir de ese grupo CLOC. Prácticamente su primera novela, “Fuegos con limón” es un recuerdo, una crónica de ese grupo como, digamos contenido y tema, que lo que interesa es como lo hace, la mera forma narrativa, no lo que cuenta, que eso importa un bledo a paladares con gusto y talento. Pero si abundamos en temas, contenidos, allá se burla de todo lo divino y humano, critica desde ETA hasta los antiETA, y da fe de la barbarie, como no, de los miedos, ignorancias, odios. Pero, redundo, en los buenos escritores es la forma, el modo, la manera como lo hacen, importa un rábano que escriban sobre las berzas en invierno que sobre las cárceles en la guerra del Peloponeso o 1937 en España… Para ellos lo importante, y para los que tenemos paladares, es hacerlo bien, con creatividad, que no es fácil. Y requiere trabajo, entrega, amor, devoción a la letra y su cultivo. Lo otro lo puede hacer cualquier experto de la mejor forma.
Y hasta aquí la breve reseña de mi conocimientos del autor, sin olvidar “El artista y su cadáver”, ensayo, o alguna obra para público infantil o juvenil que he leído a vuelapluma. Experto como soy en autores de calidad y alejados del mercado, la fama y el capital, castrantes de lo bello, de la creación, de lo bueno; de los premios como expresión de todo eso en el medio literario y ajenos al mismo.
ETA no es ajena en la obra de Aramburu, Ni ETA ni su uso, sus usos y abusos. El dolor, el miedo, la impotencia ante ETA y sus usuarios mantenedores, sus consecuencias bien aprovechadas por los que mandan, en el aparentemente diverso lado de ETA, para su utilización en ahormar la libertad y la vida, la acción política e incluso para hacer sus negocios de seguridad con el miedo, el odio, la ignorancia que el affaire ETA conlleva, que el terrorismo es un gran negocio moderno. Y recuerdo, no sé porqué, “La verdad sobre el caso Savolta”, de Eduardo Mendoza, en su galimatías de caja china de utilizaciones de unos a otros y el beneficio supremo que siempre saca el poder, los poderosos, los de arriba contra los de abajo.
Yo he sido víctima de ETA, y asimismo víctima de los contraETA, que usaron de ETA para intentar anularme social, política, profesionalmente y como persona común con una infamia aparecida en el diario en agosto de 1996, en forma de carta al director acusándome de etarra, mataniños, ponebombas, de forma arbitraria y tendenciosa, firmada por jerarca de partido en mando en Extremadura, y luego ratificada en toda su jerarquía, a la que recurrí para subsanar el horror y el error, con toda impunidad hasta la fecha, pese a la denuncia ante instancias judiciales, de Defensor del Pueblo, fiscalía… Que cuando los utilitarios antiETA actúan, lo hacen con impunidad y arropo de todo el entramado estatal, todo el entramado del terror del mando, del poder. Bien lo sé, bien.
Y fueron los antiETA, que usan a ETA en este sur, o la usaron, para demonizar a personas, asociaciones, partidos, ante la callada cómplice por respuesta de tanto intelectuá, tanto político de garrafón, tanta ignorancia, miedo, desidia, odio, e interés partidista, o bipartidista, que ahí los dos Únicos están a partir piñones, con su ETA tan útil. Que se lo digan sino a muchas personas de colectivos andaluces que les pasó algo similar a mí, acusados de ese retarras…, cuando no esa sospecha cicatera que sobre cierta parte de IU ha recaído, y se ha usado, de forma larvada y soterrada, pero hiriendo como el ácido, desde todos los medios bipartidarios. Y aquí todo será callar y otorgar por los alegres comentaristas, dicharacheros y muy sensibles con gente hostigada o maltratada hace 70 años, injustamente, o cien, y muda con las que lo son en el presente. Son las rentas y consecuencias de ETA, que algún día las sabremos a la luz.
Por ello me llega la carta de Aramburu cerca, me toca la fibra y me escuece el alma, como a pocos de los que la leen. Y comprendo el silencio de comentarios en esta entrada, si no es para zaherir al que se atreva a decir ciertas verdades, que en ello, y en la apuesta por una obra digna, de calidad, trabajada, certera, en hacer literatura fuera de temas manidos, caminos trillados, oportunismos de modas o temáticas manidas, estoy con Fernando Aramburu.
Espero haber aportado algo.
Gracias, una vez más.
Un saludo de queridanónima. A mí, aparte de la calidad literaria de Aramburu, sí me importa y mucho su posicionamiento y valentía. El hablar en el Pais Vasco mientras tantos callan y miran hacia otro lado. Mientras tantos sacan provecho de la barbarie, y normalizan y hasta justifican ideológicamente la muerte en nuestras mentes. Para mí su posicionamiento claro, diferenciándose de las tibiezas de tantos (que son indiferentes a la muerte, la barbarie y la dictadura en el nombre de la tolerancia), le hace superior moralmente y como persona. Y por qué no, como escritor. Escribir enfrentándose al poder establecido tiene verdadero mérito. ¿Para qué existen artistas y escritores si no es para gritar su verdad y despertar nuestros cerebros dormidos? ¿O sólo tienen una misión estética y de entretenimiento?
ResponderEliminarEs triste encontrar que el poder económico-político hoy controla todos los medios, periódicos, televisiones, radios. No tenemos derecho a escuchar opiniones libres, y tampoco podemos culpar a los periodistas, pues al parecer ellos reciben órdenes y tienen que comer. El único futuro para la información libre es internet. Y para las ideas libres, la esperanza son aquellos artistas que puedan vivir sin subvenciones, despertando mentes como Aramburu, diciendo verdades y desafiando hasta a la muerte.
Yo, como no soy artista, lo digo burdamente: Rajoy no ha matado a nadie. Yo nunca he votado ni votaré al PP, pero asimilo que matan ETA y su partidos anexos. Por eso voy a decir aquí algo que pienso, pero que no puedo decir en alto, sin que todos me malinterpreten. Tras el atentado de Mondragón, la hija de la víctima, como todos, pidió que nadie utilizara en su provecho electoralmente la muerte de su padre. Así lo respetó hasta el PP, cosa que les honra. Entonces ¿Por qué ella misma pidió de forma velada pero clara el voto para el PSOE? No fue justo. ¿Por qué la familia prohibió la entrada a Rajoy al velatorio? No fue justo. No me gusta Rajoy, aclaro, no los voto, pero mi extraño sentido moral me hace formularme estas cuestiones.
Decir también que a su vez, el PNV sustenta calladamente, burguesamente, religiosamente, hipócritamente, la barbarie, y recoge los frutos de ETA (ya nos lo explicó didácticamente Arzallus, unos mueven el árbol y otros recogen el fruto). El fruto lo recoge el PNV, pero también comercian con él PP y PSOE. IU por su lado, no parece posicionarse claramente. UPyD se posicionó desde su aparición, y yo decidí cambiar mi anterior voto de PSOE a UPyD. El tiempo dirá si servirá de algo o tendremos más de lo mismo.
Los muertos se usan por parte de todos electoralmente. Quizás por eso nadie acaba con la muerte, nadie acaba con la dictadura social, el silencio. Aún hay plazas y calles dedicadas a etarras. Y aún sigo yo sin entender cómo este tema sigue y sigue, 40 años y parece que están tantos tan confundidos como al principio. Menos mal que quedan unos pocos, como Aramburu, que hablan claro y despiertan mentes. Tristes saludos porque este tema siempre llena de desesperanza.
Soy queridanónima y, en este tema de ETA para mí siempre importante, quería comentar mi alegría por una entrevista publicada en El Pais sobre una próxima película que defiende las libertades:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com:80
/articulo/arte/pistola/txangurro/el
pepuculbab/20080322elpbabart_13
/Tes
El director, Manuel Gutiérrez Aragón, que fue militante del partido comunista durante el franquismo, dirige "La pistola y el 'txangurro'".
Parece que algo se mueve, y en una dirección positiva. Parece que hay gente que empieza a hablar claro, expresando que la dictadura y el fascismo de ETA, y el miedo que generan, tienen demasiadas similitudes con el franquismo.
A mí personalmente me alegraría infinito que lo que se llama "izquierda abertzale" deje de una vez de llamarse izquierda, porque no merece ese sobrenombre. Ni lo fue, ni lo será. Es fascismo. Dije aquí que IU como partido no se había posicionado, intentando yo ser benevolente. Siendo sinceros, sí lo ha hecho, en multitud de ocasiones, y lo sigue haciendo, y no en la dirección en que a muchos nos gustaría.
Me quedo con un párrafo de la entrevista a este hombre que es una lección de humildad, y que refleja que todos tenemos derecho a equivocarnos y rectificar:
"¿Se acuerda usted de cuando nosotros, en el franquismo, llamábamos a los chicos de ETA valerosos luchadores por la libertad de Euskadi? Aquí hay para todos. Recuerde usted también que muchos de los hoy perseguidos por ETA colaboraron en publicaciones abertzales. Nadie tiene obligación de ser profeta, pero por lo menos hay que tener memoria.". Rectificar es de sabios, y aún puede hacerse entre todos. Saludos.
Es lo que tiene la perpetuación de mitos como el de los "rojos separatistas" que la democracia no ha tenido en cuenta revisar a tiempo. En ningún lugar del mundo occidental civilizado, tanto a este como al otro lado del Atlántico se asocia hoy en día el nacionalismo -y mucho menos el separatismo, como ya se vió en su día escandalosamente en el caso de Croacia- con la izquierda, sino con la derecha, mejor aún, con la ultraderecha.
ResponderEliminarLamentablemente en España la intoxicación de las largas décadas el franquismo, unida al cultivo de la ignorancia general, da como resultado aberraciones como la de asociar a ETA con la izquierda, particularmenete con el marxismo-leninismo, cuando es bien sabido que la ETA surgió como escisión del partido clero-nacionalista-racista PNV y éste a su vez, del carlismo, causante de sangrientas guerras civiles y compañero de viaje de Franco y sus hordas fascistas.
Y además como es bien sabido quiénes son y/o fueron los padres y abuelos de los etarras, como de forma igualmente escandalosa el "extraño caso de Juana Chaos" (un converso "por amor" a la causa) pone de manifiesto, asombra que esos mitos no hayan sido superados de sobras a estas alturas.
Es bueno tener memoria, pero ¿qué pasa cuando algo se "sabe" y no se "dice" en voz alta ("don't talk, don't speak", que diría Madonna)?
Saludos cordiales
Queridanónima felicita la intervención de Eva, como otras suyas, clarísima, espléndida y documentada.
ResponderEliminarPues eso, basta de no llamar a las cosas por su nombre, de silenciar el abuso. Lo importante es que todos hablemos en voz alta y sin miedos. Por no querer parecer fascistas toleramos el fascismo. Eso se llama cobardía. Si todos lo sabemos, hablemos todos, que verbalizando los problemas empiezan a resolverse.
Y si en algún ayuntamiento PSOE Y PP, o IU y PP, tienen que hacer pacto, que lo hagan antes que con el PNV (ANV ni lo contemplo). Aunque en los demás temas difieran, en éste deberían coincidir. Por el bien de todos.
¡Ay!, mi querida Eva, eso de que es bueno tener memoria depende del memorial:
ResponderEliminarBien sabes el apoyo incondicional del psoe y ugt al dictador Primo de Rivera, con ocupación de cargos políticos en tan magno suceso, y te destaco la representación en la Comisión Interina de Corporaciones, Consejo de Trabajo (continuación del disuelto Instituto de Reformas Sociales), y Consejo de Estado... Y si revisamos las actas de los Congresos de PSOE no veas las barbaridades que encontramos. Por ejemplo cuando Largo Caballero se empeñó en ir vestido sin etiqueta a la toma de consejero de Estado del Consejo de Estado de la Dictadura de Primo de Rivera, que el señor Indalecio Prieto dimitió por el talante “vestimental” (como siempre el folklorismo de estos mindundis fue proverbial) del que, en un alarde propagandístico y prosopopeya usual de partida, fue llamado el Lenin español; y dimitió, don Inda, en testimonio de lo que la Dictadura significaba para él, y en línea con lo dicho por su compañero de partido, Teodomiro Menéndez -y te recuerdo que así aparece en las Actas del XII Congreso del PSOE, en 1929-, de que el golpe de Estado no se dio simplemente para "expulsar del poder a los viejos grupos políticos", sino para cortar de raíz lo que era todo un proceso prometedor para la democracia española…
Curiosamente con el bipartidismo bien asentado, en la actualidad, usando como martillo leyes electorales que dinamitan la propia idea de democracia, siquiera burguesa, la apropiación desde la Administración de todos los medios de información y propaganda, merced al clientelismo político y otros usos caciquiles masivos…, aquella democracia a la que se refería don Teo, se recupera en la etapa Zapatera de la Cosa, o democracia…
Y toca hacer justicia en las partes, en los dos hemistiquios, que tuvieron arte y parte de la llamada, por los historiadores clásicos y tradicionales (de un bando y banda otros): guerra civil española: los políticos con mando, que no atajaron debidamente al golpista Franco y sus mesnadas africanas... Y ahí falla, como escopeta de caña, la memoria histórica, sus memoriosos, que no son el Funes borgiano a su pesar, yéndose a cuestiones menores, sentimentales, no menos importantes; pero anécdotas a la postre, porque para mostrar la perversión de los militares golpistas y recalcarla hasta la extremada repetición se ocultan, con ese humo, otras memorias más esclarecedoras, y que han permitido el enredo de los GAL, por ejemplo, que hunde sus históricas raíces en esa connivencia de los poderosos de toda laya, que se reúnen de cuando en vez para atizar a los de abajo Y en los del partido y aledaños, que se venden como izquierda, hace tiempo que zumba esa vesánica labor de estar arriba. Y esa memoria hay que tenerla muy fresca, mucho. Es la única que me interesa, y recordarla con pormenores que van desde su fundación, sus peripecias y heroicidades, como la susodicha de colaborar con dictadura contra democracia, hasta los GAL, la patada en la puerta, los trinques o robos de la Expo, la ruina de la Administración por la deuda a Rumasa, la grieta a enjugar por el Estado de UGT-PSV y un largo y memorioso etc. Para no verlos más y recordar la mierda en la que anduvieron y se empeñan en asentarse.
Y en esa memoria perenne como piedra berroqueña, pese a la mentira, la manipulación y la vesania ambidextra de los jerifaltes de la cosa.
¡BASTA YA! Queridanónima pide: basta ya de quejarse, basta ya de recordar el pasado, basta ya de ensuciar el presente. Recordar, sí, pero sólo y únicamente con el objetivo de reconocer que TODOS hemos fallado y el problema persiste. A partir de ahí relexionar y buscar la solución. Ése es el sentido que le daba Manuel Gutiérrez Aragón a la palabra recordar.
ResponderEliminarSólo queda unirse para arreglar el futuro. En cuanto a usted, poeta en Llerena, declaré alguna vez que admiraba sus denuncias y protestas, pero declaro ahora que por favor sugiera algo constructivo. Personalmente, agradecería menos texto, menos crítica y mas propuestas.
Yo quiero informar de que "BASTA YA", movimiento ciudadano defensor de las víctimas del terrorismo, había creado hace cuatro años un diario de internet que ya no puede seguir editando con asiduidad por falta de fondos.
Como expresan: "Nuestro cierre por problemas de financiación francamente ridículos si se comparan con las costosas y artificiosas movidas subvencionadas por todas partes (celebraciones, aniversarios, exposiciones oficiales, cumbres, simposios, propaganda institucional, autobombo bancario, etc.) es sólo, y lamentamos decirlo, una consecuencia inevitable del principal cáncer de la democracia en España: el recurso habitual al estrangulamiento económico y mediático para comprar voluntades o eliminar las que no están en venta."
Me he avergonzado estas elecciones y me sigo avergonzando del comportamiento de los medios. No hay mas intereses que los econónicos. ¿Dónde quedaron las ilusiones de tantos por la libertad? Yo, al menos, intentaré hacer algo al respecto. Un saludo.
Información en:
http://www.bastaya.org/www2
/by_portada.php
No acabo de discernir qué tienen que ver las dichosas actas de tal congreso del PSOE -que no conozco ni de vista- y lo que pasara en 1929 en España o en Wall Street con las actividades delictivas de una banda de fascistas clericales, primos hermanos de otros que ya se pasaron 40 años ejerciendo también el terrorismo, cuando no hijos y/o nietos biológicos de ésos últimos.
ResponderEliminarTotal, que antes de hablar de fechas tan remotas ¿por qué no se hace memoria de algunas más recientes?
Y antes de hablar de izquierdas, ¿por que no se habla de quien verdaderamente se ha de hablar? ¿Nadie se acuerda ya, por ejemplo, cuando el ultraderechista católico Wojtyla pronunció hace muchos años unas palabras -que recordarán quienes las oyeron entonces- al respecto de ese "movimiento de liberación nacional vasco"? Lamentablemente, esas palabras las conozco a través de la historia oral, y confieso que, al igual que otro material que maneja la Iglesia, preferiría igualmente que se tratase de una leyenda, un cuento o de algo apócrifo.
Buenas noches
Mi queridanómina:
ResponderEliminar¿Propuestas?
Creo que expongo todas como alternativa al Todo (lea al Savater de "Crítica del Todo") . Otra cosa es la ejecución. La crítica es necesaria, fundamental, y ha de ser amplia, en pormenor, laaaarga. Es un soponcio para un país iletrado y gente que no lee. Lo sé. Así va, así irá. Deletrean, no leen, no entienden.
Propuestas:
Una: ¡Paraíso ahora!
Dos: ¡República ya!
Tres: Democracia de base y asamblearia, dialogada y continua, no elecciones de encargados de mandar, mangonear, etc., sino delegados para servir, responsables de trabajos para el procomún, etc.
Cuatro: ¡No a los transgénicos! Yo no los consumo ni compro: es una acción, un hecho...
Cinco: Reciclado de todo.
Seís: No al progreso entendido como hasta ahora: ¡Vivir!
Siete:...
Pero, ¿ahora que caigo?, Si la mejor acción y propuesta es una buena crítica, eso seguro. Siempre, con criterio, razonada, contundente y libre. Pues, Queridanómina, las ve por mi blog, y otros, y dejémonos de zarandajas.
(¡Pss, psss, oíga!,entre nosotros le confieso que hay una conspiración para callarme, anularme, ningunearme, aniquilarme, decir que eso de criticar es mu fácil y que lo que hay es que hacer, proponer cosas positivas, y el cuento ese que suena taaan sincero y veraz de la gente de mando, alegre y poltronera y de coleguismo en la verdad. No sé si leyó aquello de que la democracia, como la entendemos o entienden en Europa y poco más, sólo es posible en países ricos, que los pobres no tienen nunca democracia en este uso, que la democracia es cosa de ricos... El escritor Leonardo Sciacia llegó a decir, con toda razón y crítica certera, que el terrorismo de las Brigadas Rojas era el mejor aliado de la Democracia Cristiana, en los años sesenta y en Italia, y no erró. Si digo lo mismo, en lo referido al tandem bipartidario PPSOE y ETA, estando más claro y nítido, pues ¡¡no vea como me pone "Pasta ya", y otros correligionarios!!. Para una web, o un blog, no hacen falta subvanciones. Que curren en otra cosa).
Total respeto a su persona, poco a algunas ideas, que evidentemente no son usted, Queridanómina.
De queridanónima: En ETA ni nos entendemos ni nos entenderemos, poeta. Claro, que menos aún entiendo al PSOE, lo cual me ha desviado a UPyD. Mientras discutamos, nada arreglamos, y no tenemos para resolver mas que lo poco que hay en común entre todos los partidos. Y así sigue la cosa.
ResponderEliminarRespecto a mi nombre, siempre firmé anónima, y como se dirigían a mi como querida anónima, pues lo adopté. Fue la graciosa de hitos la que inventó como usted repite querida-nómina, y también a veces lo uso. Verdaderamente, es casi lo único que une a todos, todos la amamos y nada haríamos sin ella, sin la nómina. A ver si también nos unimos en este punto doloroso de ETA sobre la libertad, sin otro interés de por medio mas que solucionar el problema.
Le hablo como víctima mayor de ETA y de sus usuarios políticos, por entrambas canales, que diría Sciacia. Que hoy el terrorismo es arma de uso que le viene de perilla a todo poder para demonizar aquello que quiere eliminar, tenga o no que ver con el terror.
ResponderEliminarY esa es proverbial sabiduría de la memoria histórica de siempre. Antaño, digo por el XVI y XVII, se acusaba de judaizante a aquel del cual querían sus dineros y riquezas. Pos hoy el poder hace lo mismito, no ya por las riquezas, sino por el lugar que las preserva, mangonea y del que se obtienen y arrima.
Espero que vea usted que terminada ETA los bipartidarios se desinflarán como globos hueros. Y Tal vez duren unos años las rentas del victimario... Por ello deseo más que nadie ese momento, que todos pospoonen, del acabóse de esa extraña organización armada, ¡con lo fácil que es! Al tiempo.
Y lamento y pido perdón por tener otro punto de vista tan repateante y asaz memorioso, como certero, sobre este affaire de tantísimo golpe de pecho, negocio proverbial y excusa y coartada perfectas.
Saludos de queridanónima. Sólo quería señalar que la película que comenté, y que ya se estrena, se llama "Todos estamos invitados", aunque el artículo de El Pais lo llamara "La pistola y el 'txangurro'", por su contenido. Acabo de ver una entrevista a su director y a Jose Coronado en la CNN, hecha fantásticamente por Antonio San José. Me quedo con unas palabras de Coronado: "¿A estas alturas del partido, cómo podemos convivir con una mafia?". No hay discusión posible en este tema, un asesino es un asesino, y el que mira para otro lado lo ayuda.
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