Ese es el grito final de este video que arrasa entre los internatutas gallegos y de un anuncio que tiene "envilmada" a la mitad de Galicia. Una promoción de la cadena de hipermercados GADIS convertida en un fenómeno social de reivindicación de la tortilla gallega, de la lluvia, del fútbol de la tierra y de la aldea. Un domingo sin aldea "no e un domingo", dice el anuncio. Me resulta curiosa esta manera cachonda y optimista de mirarse a sí mismos, tan distinta de los golpes de pecho y del desprecio mutuo que prodigamos en otras tierras. Es cierto, deberíamos vivir como galegos... En fin: reflexiones de un extremeño desde A Coruña.
Primero como humano, y luego del lugar que me tocó, con sus cosas y costumbres, siempre que sean dignas y sanas...
ResponderEliminarEsos vídeso gallegos dicen lo obvio, lo que salta a la vista. Es publicidad... Gracioso.
Muy interesante. Hasta el comentario. Hasta el comentario de Castelao.
ResponderEliminarLos gallegos, gente emprendedora donde las haya, mete la pata hasta el corvejón en sus "Palabras de juicio", no como lo traduce usted.
Para aquellos que renieguen,se lo expreso con unos versos, desgraciado el que nos maldiga, desgraciado el que nos reniegue.
"S’han entornao los postigos
del portón de mi silencio
y por una rendijina
me s’han escapao estos versos.
No sé aonde irán,
ni qué tiempo,
pero aonde quiera que vayan
se llevan marcaos a fuego
sentimientos en castúo
descuajaos d’ese silencio
y esculpíos con la marra
y el cincé d’un extremeño.
¡Extremadura!
No rejuyas de la vos de tus ancestros,
porque d’ella nus sentimos mu ergullosos
los que palramos asina... porque semos extremeños."
Ójala todos los nacionalismos tuvieran ese humor y amor que desprende ese video. Sea publicidad o no, ójala todo fuera así, y el amor a la tierra de uno fuera tan alegre siempre. Cuando estuve en Galicia, me sentí como en casa siendo extremeña. La gente fue dulce y amable.
ResponderEliminarCon 11 años fui al Pais Vasco, hace mas de 25 años, y aún recuerdo el sentirme una extraña por las miradas de la gente, me sentí rechazada, siendo niña, sólo por mi acento. Entonces no lo entendí, y ahora tampoco. He viajado mucho y en ningún sitio me sentí tan extranjera como allí. Había manifestaciones agresivas en las calles, por parte de la gente y de la policía, pasé miedo y aún tengo aquello grabado. Esas fueron mis experiencias y no puedo cambiarlas.
De Galicia recuerdo gente encantadora en todas partes, mas de uno, incluso un panadero en su reparto salió de la ciudad para guiarnos detrás de una furgoneta. Para mí fue muy agradable tanta amabilidad y tranquilidad. ¡Tengo que volver ya, me está entrando su propia morriña!
Galicia. Gadisa. Un claro ejemplo de cómo una empresa con poder puede llegar a significar (semiótica neo-liberal) lo que le da la gana. La familia Tojeiro y sus discípulos distan mucho de "lo gallego" y, claro está, de Galicia. Una sarta de tópicos que duelen, no por el contenido, claro está, cualquiera que se sienta orgulloso de su tierra (lo cual me parece muy sano) debiera enorgullecerse de sus tópicos, sino por lo anti-gallego del protagonista. Lástima...
ResponderEliminarCreo que Galicia no puede conformarse con ser una marca, por muy "vendible" que resulte.
Con respecto al último comentario, sólo decir que no llego a entender lo "anti-gallego" del protagonista... pues más gallego no puede ser... que es de Betanzos!!
ResponderEliminarNo se trata de que Galicia se conforme con ser una marca, se trata de sentirnos orgullosos de las cosas únicas que tenemos en nuestra tierra.
Como estudiante de publicidad que soy le pongo un 10, tanto al actor (vecino mio) y a la genial idea que han tenido los publicistas de Bap Conde.