No sé quien será Carla pero su “quiero que escribas de nuevo, Lama”, como comentario a la entrada anterior, me ha espabilado de golpe. Llevo un mes “horribilis”, que diría su majestad. Preocupaciones y ocupaciones me han alejado de la bendita distracción del blog. En el fondo, nada irremediable. Cosas del trabajo, pero ni tiempo ni ánimo ha habido para más. Gracias a aquellos amigos que me han llamado intrigados por mi silencio, a quienes han escrito aquí algún comentario sobre él y a los que no les ha hecho falta ni una cosa ni otra porque vivían junto a mí las causas que lo provocaban.
Se lo decía ayer a Luciano Feria. Siempre me he preciado de compaginar con cierto éxito ocio y negocio, pero estas últimas semanas me ha podido el trabajo. Aún sigo casi igual, pero lo peor ha pasado. Por eso hoy vuelvo aquí. Por eso y por Carla (aunque sea algún amigo embozado).
Y ¿qué contar? Baste decir que a horas sueltas sigo leyendo y disfrutando de Fontana y de su soberbia monografía De en medio del tiempo, acerca de la segunda restauración española, 1823-1834. El maestro se luce y me está haciendo añorar los tiempos en que podía ir por las tardes al Archivo Histórico de Zafra a leer legajos sobre el Trienio Liberal. Si alguna vez soy capaz de sacar mi tercer libro sobre la república y la guerra (El instituto republicano), el siguiente empeño va a ser ese trabajo sobre la Zafra decimonónica y el buceo en esos afanes del primer republicanismo. Al historiar la libertad uno casi siempre encuentra republicanos.
Otro libro reciente recibido, y de cuyo autor hablaré aquí en otra ocasión, es un poemario de nombre sugerente, La realidad, el tiempo y los adjetivos, de Juan Manuel Llerena Pachón, poeta de 85 años. La portada del libro es muestra de una alegría y un optimismo que algunos creen impropios de personas de su edad. Sirva esa misma alegría ―tras los últimos avatares― para retomar las piedras de este río.
Se lo decía ayer a Luciano Feria. Siempre me he preciado de compaginar con cierto éxito ocio y negocio, pero estas últimas semanas me ha podido el trabajo. Aún sigo casi igual, pero lo peor ha pasado. Por eso hoy vuelvo aquí. Por eso y por Carla (aunque sea algún amigo embozado).
Y ¿qué contar? Baste decir que a horas sueltas sigo leyendo y disfrutando de Fontana y de su soberbia monografía De en medio del tiempo, acerca de la segunda restauración española, 1823-1834. El maestro se luce y me está haciendo añorar los tiempos en que podía ir por las tardes al Archivo Histórico de Zafra a leer legajos sobre el Trienio Liberal. Si alguna vez soy capaz de sacar mi tercer libro sobre la república y la guerra (El instituto republicano), el siguiente empeño va a ser ese trabajo sobre la Zafra decimonónica y el buceo en esos afanes del primer republicanismo. Al historiar la libertad uno casi siempre encuentra republicanos.
Otro libro reciente recibido, y de cuyo autor hablaré aquí en otra ocasión, es un poemario de nombre sugerente, La realidad, el tiempo y los adjetivos, de Juan Manuel Llerena Pachón, poeta de 85 años. La portada del libro es muestra de una alegría y un optimismo que algunos creen impropios de personas de su edad. Sirva esa misma alegría ―tras los últimos avatares― para retomar las piedras de este río.
"Al historiar la libertad uno casi siempre encuentra republicanos", dices. Y debe ser porque "res publica" es "cosa/asunto/afán/tarea pública", traído del latín, dicen; o sea, me digo, cosa de la calle, de lo aireado, de lo libre, como las putas, los pobres, los mendigos, que viven al día y en esa calle, los provisionales, los marginados, los excluidos en definitiva.
ResponderEliminarQue las tareas te sean lenes y el tiempo grato, siempre.
Hoy de ti hacia mi, hoy de mi hacia ti
ResponderEliminarvamos a hablar en voz muy baja.
Dime lo que te pasa, déjame levantarte,
déjame darte un beso y curarte.
Vivamos de corrido, sin hacer poesía,
aunque no esté de moda en estos días.
(En el fondo, me alegro de leerte de nuevo. No puedo negar que te visito a diario, y el no encontarte me inquietaba.)
Me alegra poder leerte de nuevo. Un saludo, Puerto
ResponderEliminarJoder, ya era hora. Lo que te gusta hacerte de rogar. Con la poesía te ha pasado siempre igual y así nos va.
ResponderEliminar¿MARÍA JOSÉ ALMA? ¿No será un "alter ego" de o otra forma de organizarse, en letras, josé maría lama, trastocado?
ResponderEliminarYupiii, el blog revive, buena noticia y buena suerte a José María en su nueva singladura.
ResponderEliminarComo cantaba Ariodante después de salir airoso de todos los contratiempos:
"Dopo notte atra e funesta
splende in ciel più vago il sole
e di gioia empie la terra."
Vaya, el regreso del guerrero... Ya andábamos cansados de entrar y ver siempre el mismo Rostro-povich.
ResponderEliminarEva, las singladuras son de veinticuatro horas. Espero que las de josemari sean, como poco, infinitas.
ResponderEliminarSalud.
Bienvenido de nuevo al mundo de los mortales.Me alegro que vuelvas con energías renovadas, y que seas capaz de compaginar ocio y negocio, no siempre tarea fácil y más cuando tendemos a dispersarnos, Kameraden.
ResponderEliminar¡Ay la República y los republicanos siempre que se habla de libertad!¡Qué razón!. Cuantos avances sociales, culturales y de toda índole habría experimentado este país si ambas experiencias (1873, 1931-36)hubieran salido adelante. Cuanto dolor,sufrimiento y atraso nos hubiéramos ahorrado.
Como todos me alegro de tu vuelta, suponía que andabas muy ocupado, pero estás de nuevo en el blog. Nos veremos en Badajoz, en la sede del Ateneo a finales de mes. Un abrazo.
ResponderEliminarAndaba yo buscando un motivo para darme de baja en el Ateneo de Badajoz. Acabo de encontrarlo.
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