Justo Vila es uno de los intelectuales imprescindibles de Extremadura. Aúna la pasión del militante y la reflexión del hombre de cultura (o al revés, porque no hay meditación mayor que la del obrero). Él y yo nos hemos encontrado muchas veces en la vida y siempre yo de aprendiz: en el sindicato, en la política, en la educación, en la historia, en la literatura... Por eso puedo decir, con algo de guasa, parafraseando a Dalí sobre Picasso y sin que haga falta salvar distancias evidentes, que:
Justo es extremeño, yo también;
historiador, yo también;
de Comisiones Obreras, yo también;
fue del PCE y de IU , yo también;
es del PSOE, yo tampoco.
Reabrió la brecha de la Trinidad ―pero hacia el otro lado― cuando nos aproximó a lo que también pasó en estas tierras durante la guerra (más allá de héroes legionarios) con su Extremadura: la guerra civil, de 1983, pionera para todos los que después hemos llegado. Y aunque en los últimos lustros ha oficiado más en el altar de la imaginación que en el de la historia, sus novelas tienen la marca del cronista: La agonía del búho chico, La memoria del gallo e, incluso, Siempre algún día.
Por eso Justo Vila estaba casi predestinado a escribir una novela como ésta. Era evidente que su pasión por lo ocurrido en Badajoz en 1936 y su pericia como escritor acabarían coincidiendo alrededor de un texto.
A mi abuelo lo mataron en la plaza de toros de Badajoz. Así comienza esta novela, en boca del nieto de Rafael Alcántara, un maestro de escuela fusilado en agosto de 1936. Y en los siguientes párrafos nos relata toda la historia. Según la teoría de la novelística, a partir de ahí se habría acabado el misterio. Pero perdida la intriga, el autor somete a su novela a un reto importante: sostenerse viva no por lo que esconde sino por lo que cuenta. Las palabras de ese nieto constituyen uno de los ejes narrativos de la obra, junto a los recuerdos de Marcelo Rojas, un miliciano sobreviviente de la masacre de la plaza, y el diario del falangista Benito Albarrán. Esos tres narradores (y un omnisciente que a veces sobrevuela la trama) van enhebrando la novela, que arranca realmente con la toma de tierras por los campesinos en la madrugada del 25 de marzo de 1936 y finaliza tras la sangre de agosto del 36 vertida en y por esa misma tierra.
Quizás no sea yo la persona más idónea para hablar de esta novela. Aunque siempre poco, algo sé de lo ocurrido entonces y soy incapaz de imaginarme historias paralelas a la historia crucial de aquellos días. Creo que este libro le va a gustar sobre todo a los que no saben qué ocurrió durante la Guerra Civil en Badajoz. Y esto que digo no es demérito para la obra. Acerca de los hechos, la historia casi siempre necesita de lupas y la literatura de catalejos. Para quien conoce la textura de los árboles de poco vale mirar el bosque de lejos; en cambio, a uno le gustaría meter el ojo dentro de la lente para ver mejor aquello que nunca ha visto.
Lunas de agosto está magníficamente escrita (Justo escribe muy bien) y tiene muchos pasajes brillantes y de intensa emoción. He disfrutado leyéndola. Dice en su publicidad la editorial Del Oeste Ediciones que Lunas de Agosto es “la novela de la Guerra Civil en Badajoz”. Sin duda lo es. Y aunque tengo dudas sobre algún aspecto de la novela, se las contaré a solas al autor, porque para eso es mi amigo.
Por cierto, no hubo lunas a mediados de agosto del 36. Justo lo sabe. Si las hubiera habido todo se habría sabido y no harían falta novelas como ésta.
Lunas de Agosto se presenta el próximo jueves, 1 de febrero de 2007,
a las 19.30 horas, en el Palacio de Congresos de Badajoz.
La presentación la hará Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Justo es extremeño, yo también;
historiador, yo también;
de Comisiones Obreras, yo también;
fue del PCE y de IU , yo también;
es del PSOE, yo tampoco.
Reabrió la brecha de la Trinidad ―pero hacia el otro lado― cuando nos aproximó a lo que también pasó en estas tierras durante la guerra (más allá de héroes legionarios) con su Extremadura: la guerra civil, de 1983, pionera para todos los que después hemos llegado. Y aunque en los últimos lustros ha oficiado más en el altar de la imaginación que en el de la historia, sus novelas tienen la marca del cronista: La agonía del búho chico, La memoria del gallo e, incluso, Siempre algún día.
Por eso Justo Vila estaba casi predestinado a escribir una novela como ésta. Era evidente que su pasión por lo ocurrido en Badajoz en 1936 y su pericia como escritor acabarían coincidiendo alrededor de un texto.
A mi abuelo lo mataron en la plaza de toros de Badajoz. Así comienza esta novela, en boca del nieto de Rafael Alcántara, un maestro de escuela fusilado en agosto de 1936. Y en los siguientes párrafos nos relata toda la historia. Según la teoría de la novelística, a partir de ahí se habría acabado el misterio. Pero perdida la intriga, el autor somete a su novela a un reto importante: sostenerse viva no por lo que esconde sino por lo que cuenta. Las palabras de ese nieto constituyen uno de los ejes narrativos de la obra, junto a los recuerdos de Marcelo Rojas, un miliciano sobreviviente de la masacre de la plaza, y el diario del falangista Benito Albarrán. Esos tres narradores (y un omnisciente que a veces sobrevuela la trama) van enhebrando la novela, que arranca realmente con la toma de tierras por los campesinos en la madrugada del 25 de marzo de 1936 y finaliza tras la sangre de agosto del 36 vertida en y por esa misma tierra.
Quizás no sea yo la persona más idónea para hablar de esta novela. Aunque siempre poco, algo sé de lo ocurrido entonces y soy incapaz de imaginarme historias paralelas a la historia crucial de aquellos días. Creo que este libro le va a gustar sobre todo a los que no saben qué ocurrió durante la Guerra Civil en Badajoz. Y esto que digo no es demérito para la obra. Acerca de los hechos, la historia casi siempre necesita de lupas y la literatura de catalejos. Para quien conoce la textura de los árboles de poco vale mirar el bosque de lejos; en cambio, a uno le gustaría meter el ojo dentro de la lente para ver mejor aquello que nunca ha visto.
Lunas de agosto está magníficamente escrita (Justo escribe muy bien) y tiene muchos pasajes brillantes y de intensa emoción. He disfrutado leyéndola. Dice en su publicidad la editorial Del Oeste Ediciones que Lunas de Agosto es “la novela de la Guerra Civil en Badajoz”. Sin duda lo es. Y aunque tengo dudas sobre algún aspecto de la novela, se las contaré a solas al autor, porque para eso es mi amigo.
Por cierto, no hubo lunas a mediados de agosto del 36. Justo lo sabe. Si las hubiera habido todo se habría sabido y no harían falta novelas como ésta.
Lunas de Agosto se presenta el próximo jueves, 1 de febrero de 2007,
a las 19.30 horas, en el Palacio de Congresos de Badajoz.
La presentación la hará Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Ya están los del pesoe recogiendo la cosecha de los "memorísticos", a costa de los muertos asesinados en la guerra del 36. Sin permiso, descaradamente, inmoralmente pues no son de izquierdas, por sus hechos, como nos temíamos. En fin, algo aburrido, fachendoso y vergonzante. Pero el tiempo pondrá a cada cual en su sitio, aunque hayamos de esperar años. Que es el futuro quien hace justicia en estos casos, no la historia ni el espectáculo mediático para el engaño y la filfa. Lo malo en literatura vive su momento, pero no otros. Ojo al dato.Que se sepa.
ResponderEliminarUno de izquierdas
¿Y tú quién eres para decir quién es de izquierdas y quién no?
ResponderEliminarjuan
Al tal juan:
ResponderEliminarComenzando porque ese concepto de izquierdas es provisional, concreción y síntesis imperfecta, perfectamente perfectible, y caduco si procediere, tu pregunta es pura retórica para eliminarme en todo sentido, marginarme, decretar mi no existencia, ningunearme. Cosa propia de los de poder y de arriba, y sus votantes, manijeros, correveidiles y chiquilicuatros, en esta tierra (también en otras) desde siempre. Pero, no obstante, contesto.
La respuesta está, en mi planteamiento, entendida meridianamente, para buen entendedor. Son los hechos lo que definen en ser de izquierdas, no que efectivemente uno se lo llame, lo predique, lo propague y propagande, lo especule o haga espectáculo, como la fundación de un negociado que tal predique, se llame partido, sindicato, organización o como prefiriere. Hay muchos algodones para la prueba, amiguito juan. Veamos algunos.
UNO de ellos es voltear el concepto, esto es, coger la derecha y la izquierda y darles una vuelta, o “voltio” (en su sentido popular), con lo que se resulta un arriba y un abajo. Bueno, pues los de arriba, los que detentan el poder del Capital y el Mercado, los que mandan y sojuzgan (sean electos o jueces por oposición y mando), los que manejan el dinero, que salvaguardan los bancos nacionales y dan validez, con los ejércitos y fuerzas brutas diversas que en última instancia validan… Porque todos los demás, o sea, por si no te has dado cuenta, los de abajo, o sea los sometidos y votantes, los explotados, obligados por las circunstancias, que crean los poderes, el Mercado y el Capital a vender la fuerza de trabajo y el tiempo, cuando no a consumir…
Ahora volvemos a voltear, y resulta que en la izquierda terminan muchos de arriba, que estaban como troyanos entre los de abajo. Y alguno de abajo que se subió arriba. Pues esos no son de izquierdas. Mira por donde. Porque lo digo yo, siendo quien soy, y lo dicen sus hechos.
Otro algodón. Por ejemplo, ¿sabes cuánto va a costar un minioleoducto por Menorca? Pues casi 7 Km, con un coste INICIAL (nunca de terminación, más caro) de 17.600.000 €.Si no me crees lo puedes ver en: http://www.menorca.info/20070127/insular/5insular.html. Pos vale, haciendo una regla de tres simple, este de aquí (que piensan construir el de arriba, señor Gallardo, para su refinería, con la ayuda inestimable de Rodríguez Ibarra y los suyos desde la Junta, poniendo a su servicio mantas, tubos, dineros y pertrechos, de 240 Kms. saldría por casi ¡¡ 300 millones de euros !!, esto sin contar con la ampliación del puerto de Huelva, bollas marinas de atraque de barcos etc., etc., etc. Tal para traer el petróleo hasta la refinería cerca de Zafra y dar/ofrecer/explotar nosesabecuantos puestos de trabajo, eso sí, mu dignos, mu sanos, mu guáis, mu de izquierdas. Porque el trabajo, en sus relaciones actuales de explotación y situaciones de los trabajadores, es algo verdaderamente revolucionario y mu de izquierdas, por la garantía de los sindicatos mayoritarios, sobre todo. Y no quiero ofrecer nombres.
Por otra parte una noticia de abajo, “ma non troppo”, que nos sitúa para valorar los millones del oleoducto de Refinería Balboa: En “El Periódico Extremadura”, de ayer domingo, viene que la planta de biodiesel de Los Santos tendrá un coste de 14 millones y la de Valdetorres, la mayor de España, 43 millones de €.
Con lo que deducimos que el derroche de dineros y recursos es A-CO-JO-NAN-TE por parte de los de arriba o derechas, en Extremadura. Con 300 millones sólo para el oleoducto, tirando bajo.
Y, así, te he ejemplificado con ese botoncito de muestra,la aguja de marear de quien es de izquierdas y de derechas, amigo juan. Pa que te enteres. No to en Extremadura es ignorancia, en la que se cimientan los poderosos para el voto, mando y trinque.
Yo no soy nadie, si tu eres juan. Así que no atiendas a mi ser personal, sino a mi dicho en comentario en referencia a un hecho propagandístico al tenor de le realidad en esta tierra, en referencia a la presentación de esa novela que no dudo de cierta calidad. Y tú mismo deja a la realidad poner cada cosa en su sitio.
Espero haber constestado a tus desvelos inquisidores sobre el quien de cada cual, generosamente y con respeto..
Atento
¿Y qué tiene que ver toda esa parrafada con la novela?
ResponderEliminarPara juan: ¡Ah!, se me olvidaba decir que aparte de estar abajo, uno ha de desear, estudiar y poner los medios para cambiar profundamente el sistema que dominan los de arriba, a fin de que sea más racional, humano, solidario, libre... A eso se llama tradicionalmente revolución.
ResponderEliminarPara Eva:
Viene a todo lo que lea. Sobre todo por la noticia de la presentación de la novela, a manos de un aventajado político de arriba, con mando, mi querida interlocutora, y de qué maneras. Hago referencia a la misma y mi intención de leerla. Ya veremos, pues uno está muy harto de la gente que espía la llamada realidad, sea presente o pasada, y luego la reproduce con fruición y lujo de detalles, como decía el grande novelista Stanislaw Wietkewits, ya en los años veinte. El llamado realismo hace mucho tiempo que sólo apacienta a paladares bastos y crematísticos, ultraconservadores. Yo amo la literatura pura, bella, creativa, sorprendente y arriesgada, muy arriesgada y que no vaya por caminos trillados, demasiado trillados. Sé que eso es casi imposible por el conservadurismo mental, creativo y formal de los más, la falta de formación literaria, el astragamiento del público con productos editoriales ahormantes, y un largo etc., que le dirijo cotejar con los especialistas y el buen gusto, mi querida dama. Aparte con los que arriesgan y crean.
Con sumo respeto, espero haber respondido a lo estreñido de su reprimenda. Lamento que sólo vea parrafada en lo mío.
Salud.
En un blog ultraderechista de Badajoz se descalifica a Justo Vila y a su última novela con la excusa de algunas licencias que el escritor se haya podido tomar en su relato. Me temo que en el ánimo de quienes alimentan la diatriba (una caterva de anónimos encabezados por un conocido publicista) no está la vieja polémica sobre realidad y ficción alrededor de toda novela histórica. Lo que les gustaría es que ni Vila ni nadie pudiera escribir novelas como "Lunas de agosto".
ResponderEliminarLadran... luego cabalgamos
josemarialama
Cuidado, amigo Lama, y eso de amigo lo digo en verdad y sentimiento (por lo menos el mío). A mí toda novela realista no me interesa nada. Bueno sí la buena: Galdós, Clarín, algún Valle-Inclán, y ya se imagina. Ya se hizo con bastante acierto y maestría. Todo el que siga repitiendo esos esquemas no me interesa, por mimético Es lo mismo que si un pintor repitiera ahora el esquema de los bodegones que usaba Zurbarán, por ejemplo; aunque no dejaría de estar bien. Detesto la novela histórica por pésimo subproducto seudoliterario. De ahí mi comentario. Me encantan la narrativa de Borges, Cortázar, Cunqueiro, Arreola, Rulfo, Calvino, Monterroso... Los que espían con ferocidad la convención real me parecen muy malos creadores, por mucho que desde la crítica mercachifle los impongan, y por más que desde los talleres literarios los prediquen, o Alfaguara, servicial al arte liberal, en última instancia, y ya sabemos que la novela realista fue un logro liberal, los publique.
ResponderEliminarYo hablo de otro gusto, de otra sensibilidad, de otra pasión creadora, que no se valida por lo que trata (sea la moda y modos de ahora con lo de la guerra civil o sea la novela histórica). Eso es pasajero. Hablo de la forma, de la "litera" de lo "literal", de lo creativo sin referencias a cosillas pasajeras de modas, servicios, ideologías y todo eso tan ajeno a la creación, aunque se vea cerca. Pero un autor es creador si es capaz de narrar de algo baladí, como si lo hace sobre el bombardeo de Hiroshima con bombas atómicas para mostrar cual perversos son los gringos.
De todas formas ya le diré cuando vea la novela del amigo Justo, ya. Y seré implacable según mi estética, no según la ética, aunque la estética es la ética del futuro, que decía Lenin.
Viví años en Alemania y sé de lo pesado de la moda de la guerra civil, como para los alemanes fue el asunto de la segunda guerra mundial durante penosos años de acabada, impregnando de su grasa todo creación hasta un hartazgo tan soporífero que castró toda creación seria, sensata y de valía. Por ello usted no conocerá ningún narrador alemán de interés literario y creativo solvente. La losa de la moda histórico-guerrera los abolió, y salen del túnel a duras penas, a muy duras penas. Pues algo así está ocurriendo aquí, lamentablemente. Cogen rebatiña anecdótica y la rebozan de estilo tallerliterario, con correctores y capilla de negros literarios, o amigos coautores, y tratan de vendernos la moto como narrativa de postín. Por lo que trata, no por el arquitrabe creativo.
Y el lo que va, lo que trata es irrelevente en arte. El como es el quid.
No digo que sea el caso de Justo, no. Pero bien pudiera estar en la manida línea de la novela histórico costumbrista al uso, como medida de propaganda al estilo de César Vidal, p.e, y bien digo estilo, aunque de idelogía opuesta. Que a mi eso del posicionamiento del autor me importa tan poco como del lado que duerme en la cama. A efectos de valores literarios y artísticos.
Me interesa la buena novela.(punto)
Atento y agradecido.
Solamente una cosa: no se pierden en muchos momentos y no saben quien habla, quien es, donde está, etc? varias personas me han comentado que lo que falla y mucho es el barullo que monta el Sr. Vila que permanentemente hace que el lector se pierda.
ResponderEliminarLa novela de Justo Vila es caleidoscópica, por lo tanto no sigue una linealidad, se bifurca y se expande como la realidad y como la ficción, en este libro ambas andan mezcladas, quizás adolezca de un ligero confusionismo, pero eso le da un toque más realisa, el tiempo que retrata, Agosto del 36, la toma de Badajoz, no fue precisamente muy lineal, mas bién confuso, trágico y aterrador. Un poco como el libro.
ResponderEliminarEstuve allí. Me gustaron las palabras de Justo Vila. Las del Presidente me parecieron paradigmáticas de la mayoría del PSOE, no de todo el PSOE.
ResponderEliminarSe lo escuché a Justo hace algún tiempo en el MEIAC, no se pueden comparar a unos y otros, no hubo igualdad, unos eran organizados sistemáticamente y perseguían un objetivo de su gobierno. Si hubo crimenes de la otra parte no fueron organizados, ni dirigidos por la República. Y después de la propia guerra, el extermínio continuó sistemáticamente, hasta que durante la segunda G. M. los alemanes comenzaron a perder batallas... querer igualar a ambos bandos es una enorme injusticia y no tiene sentido histórico ninguno; ni por origen, ni por objetivos, ni por procedimientos, ni por consecuencias. Unos eran ilegales, partían de la ilegalidad de un levantamiento, muy difícil, por no decir imposible, de justificar, desde el derecho o la democrácia. Otros tenían el origen en la voluntad popular y la legalidad republicana.
Así tenemos lo que tenemos y hemos tenido durante estos años. Con esas ideas nos van a poner una Ley, si nadie lo remedia, que servirá para impedir estudiar mejor el pasado de la posguerra civil y hará que definitivamente se pierda la oportunidad de hacer algo de justicia con los supervivientes.
Somos el país que menos ha hecho por revisar el fascismo y por hacer justicia a sus mejores ciudadanos. Parece que todo sigue atado...
A Antonio:
ResponderEliminarPrimero: Lo que tú llamas fascismo aquí no existió, no como en Europa. Aquí era barbarie semiafricana, barbaridad, pero equipararlo al fascismo europeo es tremendamente falso. Ni eso. Europa no es modelo de nada. Y menos cuando homenajea a los del holocausto, metiendo ahí a homosexuales, comunistas y judíos; y luego el Estado criminal de Israel se lleva calentito el beneficio y el victimismo... Nadie recuerda que fueron los soviets los que realmente vencieron el fascismo en Europa, con 20, ¡veinte! millones de muertos, que se dice pronto. Y luchando contra el fascio luego, de los USA, etc.
Segundo.- De acuerdo en que si los republicanos mataron no lo hicieron sistemáticamente, por supuesto.
Tercero.- NO sé a qué te refieres del pesoe y el presidente Ibarra. Imagino que nada tiene que ver con los vencidos, este pesoe y este presidente. Porque si los sublevados no tenían nada que ver con los republicanos, nada tienen que ver las siglas de hoy con las de entonces, por mucho empeño que se ponga. De ahí que la ley de la que hablas sea una mirada para otro sitio, como ya lo hicieron el la llamada Transacción ¿o Transición? Que nos mandaron a todos a callar. Mejor porque los que nunca hemos olvidado no esperamos nada de los que no son sino el continuísmo de los de siempre, los vencedores, más votados en una democracia patatera y falsa. No necesitamos que nadie nos refresque la memoria, no la perdimos y nos ofenden muchísimo estos servidores y recordadores de hace cuatro días. De hecho Justo recordó y publicó magníficos trabajos muy lejos de esas siglas y presidente, hace años.
Que con su pan se lo coman, y que les aproveche a los recordadores recientes y sus cosecheros políticos. La memoria de los libertarios sería cómico y sospechoso que la resucitaran los estatistas, ¿no? Pos eso.
Finalmente observo patidifuso que, como, en efecto ha dicho alguien antes, aquí hay de todo menos literatura y novela, creación... De eso nada se dice o trata. Como ocurre hoy pesadamente, los valores literarios están ausentes, primando lo que se llama el contenido, de los "que va", un contenido muy, pero que muy manido, de buenos y malos, maniquueo y simplón como en novelas del oeste gallardo. Un contenido que aburre porque ya se sabe, hastia.
¿No es esto oportunismo? ¿Falta de creatividad? ¿Caminos trillados?
Todo mi respeto y agradecimiento.
He escuchado en la TV unas frases de Justo Vila sobre "el compromiso" de la escritura que me han ahorrado los dieciocho euros que vale su libro. Para que luego digan que la tele no sirve para nada.
ResponderEliminarPor otra parte me alegro del éxito del libro que dará un poco de oxígeno a su editora (también ví en la tele a manuel Vicente Gonzalez editor y fabuloso escritor, además de persona entrañable).
Respecto a las guerras sobre la memoria histórica y contabilidades de muertos, creo que recordar nos debe servir para no caer en el mismo error o pisar la misma boñiga dos veces. Así cuando -por citar un ejemplo- un actor pedía hace poco un cordón sanitario para aislar a los elementos de extrema derecha, las personas razonables debemos decir que no, que en este país cada persona puede andar, circular y opinar con libertad: también quienes no piensen igual que uno. Y por citar otro ejemplo, Alvaro valverde en su blog, en una entrada llamada carta de Madrid, dice que la extrema derecha campea a sus anchas por la capital. Yo añadiría, humildemente, que gracias a dios, cada uno anda, campea o trota por donde le place o por donde le lleve su cargo. Los de extrema derecha o los de extrema izquierda o los extremos del Real madrid en un partido, tanto da:cada uno circule como pueda siempre que no pase de 120 Km/h o ande atropellando pobres animalillos.
Un saludo muy atento a todos.
Javier,
ResponderEliminarhay gustos y gustos, pero no creo que porque alguien se crea lo de compromiso y literatura merezca no ser leido. Sería igual de exagerado que otro denostara hasta el desprecio a quienes hacen bandera del desarraigo absoluto del texto literario.
Ni una cosa ni otra. La literatura sólo debe ser despreciada una vez leida. Eso sí, salvo que no sea literatura o uno conozca tanto la inutilidad del autor que considere igualmente inútil leerlo.
Y no es, ni mucho menos, el caso.
Ah, y creo que Justo Vila no tiene participación en Del Oeste Ediciones. Creo que los editores son Manuel Vicente González, Ángel Campos y Pedro Almoril.
saludos
josemarialama
Hay algunos autores que me gustan, entre ellos algunos especialmente, como Justo Vila, al que conozco por sus publicaciones después de algunos años ya. Con él he aprendido mucho y he disfrutado estéticamente mucho.
ResponderEliminarPodemos mirar para el lado o incluso no mirar o despreciar aquello que huela a “compromiso”. Hace ya algunos años, eran otros tiempos, cuando un profesor de Barcelona abandonó su cátedra de Estética por solidaridad (¡qué palabra! suena tan ajena) con otros expulsados de la Universidad española, diciendo aquello de “no hay estética sin ética”. (¿Se llamaba J. M. Valverde? puede hacer ya 30 años..).
Pero dejadnos al menos, a los que seguimos creyendo en que puede haber compromiso, aunque lo miremos con alguna distancia… que nos gusten autores como John Le Carré; quien afirma “Es imposible escribir hoy sin una intención política”. El autor de “El jardinero fiel” y la última “Canción de los misioneros”, ¿lo conoceis?.
A veces, también leemos cosas de algún científico como “Imposturas intelectuales” de A. Sokal. Paidos 1999. Lo que recomiendo a todos los esteticistas posmodernos, como un ejercicio gimnástico, como la media hora diaria que nos recomienda ahora Sanidad para mantener sano el corazón.
Jose María, ya sabía lo de los editores de Libros del Oeste, por eso me alegraba, ya que Cerebro Gonzalez además de una excelente persona es un escritor que me interesa mucho. Respecto a lo de literatura y compromiso yo no desprecio a Justo Vila ni su opción sino que simplemente los años de lectura (y me imagino que igual os pasa un poco a todos) le hacen a uno saber qué guisos quiere comer y de qué delicatessen prefiere pasar. Sólo con una cucharadita uno ve que eso se le va a indigestar o al revés, se le va a hacer la boca agua.
ResponderEliminarEl hecho de que no me interese lo más mínimo el libro de Justo Vila no quiere decir que considere a su autor alguien inútil. No conozco a Justo personalmente, pero me parece que su nombre lo indica todo: se le ve alguien justo y posiblemente excepto en este tema de sus libros, sea un hombre al que respeto y admiro.
Un abrazo fuerte y perdonad si me he encabritado un poco con lo del compromiso.
El único compromiso de un escritor es escribir bien, bien. No estar al servicio de ninguna propaganda, que es opción respetable pero no de calidad literaria, claro.
ResponderEliminarNo he leído la novela de Justo, pero tampoco siento interés, al abundar el que parece que lo hizo en eso "de lo que va". Y a mí eso no me interesa, sino como lo lleva, como lo hace, que no consiste en que un pintor pinte un derrotado y asesinado republicano español, con toda la maldad de la sangre derramada y todo eso, no, como que cuente las barbaries cometidas en Badajoz en el 36. Eso es algo que no valida nada, desde el punto de vista artístico.
Y espero que la novela de Justo tenga algo más que eso, y que ese algo más sea todo, no una forma de adobar el sermón ideológico, propagandístico y politiquero, claro es.
Lo anecdótico no me interesa. Y anecdótico es "lo que se cuenta"; lo interesante es como se hace. Ahí está el arte. Lo mismo que en pintura, no es que se pinte un ciervo o un herido republicano del 36, sino el cómo se pinte. Uno y el otro. Y ahí estaís todos confusos, en la distinción entre una cosa y otra.
Generalmente en Extremadura no hay escritores de raza, o no los hay entre los mostrados por los medios. No se supura escritura sino lo anecdótico, lo social del hecho de escribir y crear.
En esos congresetes de escritorzuelos que se llaman extremeños se habla de todo, con mucho pisto, pero jamás, jamás de los asuntos de la creación y derivados.
Por lo que no se puede esperar mucho de este debate. NO obstante, y si puedo me haré con la mencionada novela, ya que la distribuirán por todas las bibliotecas públicas, por pares tal vez, como acostumbra hacer la consejería del ramo de curtura con esos eventos literarios, pa aprovechamiento der pueblo, y su doctrina.
Salud
Querido y último anónimo,
ResponderEliminarhe dejado pasar tu comentario sólo para que te des cuenta que no todos somos como tú.
Yo soy uno de los "escritorzuelos" de los que tú hablas. Entre yo y tú hay muchas diferencias, pero destaco sólo una: yo firmo con mi nombre.
Adios.
josemarialama
Sr. Lama:
ResponderEliminarUsted da tres opciones para comentar. Poner el nombre, si se tiene blog, otro nombre, si se posee otro medio, y anónimo. Sea, pues, consecuente, y respete la libertad que usted mismo nos da a los comentaristas, referido a nombre o no nombre.
En lo referido a los congresos que organiza la única asociación de escritores que reconocen por estos lares, lamento discrepar. Ya es sospechosos que sea asociación única y vertical, con plenos poderes para dar ayudas, prebendas, decisiones, etc.
Atento
Efectivamente, en este blog cualquiera puede escribir de manera anónima. Pero cuando uno habla de "congresetes" y "escritorzuelos" deberia tener la valentía de sostener su crítica tras un nombre identificable.
ResponderEliminarEs una cuestión de ética.
josemarialama
Se entiende por ética lo que debe ser, decidido de forma individual, o por individuos que la aceptan libre y personalmente. De manera que no hay ética social, ni política, ni bloguera. Así un asesino puede tener su ética, su " lo que debe ser", un participante en comentarios blogueros lo mismo.
ResponderEliminarTal vez usted se refiera a la moral, que es algo social, ética social dicen, de alguna manera impuesto o como deber aceptado por todos, el comportamiento que debe esperarse. En ese sentido tal vez lleve razón. Pero no en el ético. Sino en el moral.
Si digo escritorzuelos sé lo que me digo, en mi ética y sus valores. Si digo congresetes lo mismo. Sobre todo critico esos eventos, y sus organizadores, por ser demasiado políticos. Esto es, desde el primero de ellos, en el año 81, donde entonces la UCD era el protagonista, hasta los últimos. Estoy en mi derecho en pensar y considerar éticamente, con mi "deber ser", lo que son esos congresos. Desde luego usted puede discrepar. Y a estas alturas quiero que le conste claro que mis palabras, congresetes y escritorzuelos, van en ese sentido de crítica de la dependencia política del partido de poder de turno, y en manera alguna valoro sus personas ni obras.
Y conozco bien el paño, donde hay de todo. Y he asistido a todos los congresos, de observador distante, y tendría una crónica "otra", e ineteresante. Lo lamentable es que en Extremadura no haya medios para hacer esos encuentros libres y donde se trate de los problemas reales de los escritores, de los creadores. Y desde luego no faltan valores en esos congresetes y entre algún escritorzuelo, desde luego.
Atento y lamentando su molestia por palabras tomadas en otro sentido.
Gracias.
El que se escuda tras un anónima para criticar de una manera que se acerca al insulto sin argumentos, solo con ánimo de herir, solo tiene un nombre: cobarde. Aquí se puede discrepar pero cuando se ataca para que los insultados puedan defederse deben saber quién les inuslta y sobre todo porqué. Es muy fácil tirar la piedra escudado en una anonimato de proscrito, en este caso autoproscrito. Penoso, lamentable y sobre todo da su catadura moral.
ResponderEliminarSOBRE LIBROS:
ResponderEliminarHe estado en salamanca y he aprovechado para comprar "La biblioteca de noche" de Alberto Manguel que recomienda Alvaro Valverde y allí en un estante, un poco escondido en plan tímido he visto un librillo humilde que también ha caido en la cesta de capturas. He leido la primera frase y es de las que hacen que suelte catorce euros: "Cuando el novelista irlandés John McGahern era pequeño, un día, mientras estaba leyendo, sus hermanas le desataron los cordones y le quitaron un zapato. Pero el niño no se movió. Le pusieron un sombrero de paja en la cabeza. Tampoco reaccionó. Sólo cuando le retiraron la silla de madera sobre la que estaba sentado "despertó del libro", según dijo" (Anne Fadiman, Ex libris: confesiones de una lectora Alba editorial 2000).
En fin.
Lo que demuestra que estaba tonto. Se pude leer, se puede estudiar, se puede pensar, pero perder el sentido de la realidad es tener la cabeza como un cencerro, igual que algunos que en vez de ensimismarse leyendo se equivocan y se copian así mismos.
ResponderEliminarHablen de la novela. Es muy justo leer justas opiniones. Enriquece a todos. Incluso a los más injustos lectores de justo. Un abrazo lisboeta, josemari. Ángel
ResponderEliminarEn nuestra Historia hay escritores comprometidos. Es decir esta llena de compromisos. Unos nobles otros no tanto. Pero me parece una falsa utopia creer que no se tiene compromiso. Admito que no se quieran tener y que en lo noble hay parte de maldad y en la maldad pudiera haber algo de nobleza (?)pero no nos engañemos, sencillamente la neutralidad no existe y el estar por encima de la pelea no deja de ser un deseo. Nos se nos permite, estaremos más o menos implicados, pero no somos ángeles... Os recuerdo estas palabras de uno de nuestros clásicos, tal vez el más traducido y universal de nuestros escritores. ¿Estaba equivocado? ¿no lo leremos por ser un escritor comprometido? Yo estoy leyendo "Lunas de agosto" y hasta ahora me está encantando, ya veré cuando termine:
ResponderEliminar"Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén"
(Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha.)
Repito algo dicho ya en este sitio: el único compromiso de un escritor, de un artista, es con su obra, con la belleza, con su obra bien hecha. Y punto.
ResponderEliminarLamentablemente corremos tiempos en los que los que se llaman escritores, merced a lo mediático que los impone, como de tal cuadra o de la otra, tienen el único compromiso con el dinero y el poder, con lo "curtural" como tapadera del mismo, al servicio de lo político barato, y todo eso que se ve en los postineros escritores de fama y abolengo, que más parecen negociantes de bolsa que escritores, leguleyos mediadores de mensajes políticos serviciales, clérigos afamados y comisarios polis-milis, correctísimos. Y siempre te están recordando que si tienen la mala costumbre de comer tres veces al día, que si la mujer y los niños y el perro, que si la costumbre, la propiedad privada y el estado (de sitio)...
En fin, ¡qué voy a decir que no sepan ustedes!
Los buenos no están presentes. Están trabajando en su obra, siempre.
Una estupenda noticia; acabo de recibirla, ha salido la segunda edición de "Lunas de agosto".
ResponderEliminarFelicidades para Justo y enhorabuena para todos a los que nos gustan sus libros.
Saludos.
Una buena noticia para Justo Vila y sus muchos admiradores, y muy mala para sus detractores, que andan diciendo por ahí que "el libro no se vende".
ResponderEliminarEnhorabuena.
Yo creo que el hecho de que un libro llegue a su segunda edición no es una buena noticia sólo para Justo o para sus admiradores, sino para todos. Incluidos los que no lo hemos comprado ni pensamos hacerlo (lo de detractores me parece una exageración).
ResponderEliminarEstoy disfrutando con el libro de Manguel sobre las bibliotecas,y al leer que en a finales del siglo I en Lyon "una severa ley exigía que,después de cada concurso literario, los perdedores fueran obligados a borrar con la lengua sus creaciones poéticas de forma que la literatura de segunda categoría no pudiera sobrevivir", me he reído de los que creen que las guerras y rifirafes que nos traemos por acá son de cojones.
Yo creo que la diversidad de opiniones y gustos sobre esto de libros es lo que hace afortunadamente que no existan dos bibliotecas iguales y me parece fenómeno que Justo, en las estanterías de sus admiradores, repose al lado de Cervantes.
No me parece razonable que un tema como este sea motivo de mentarse a las madres. Y de lo de borrar los libros de los que no ganan el premio (o a veces borrar precísamente al triunfador) ya se encargará el tiempo, que tiene lengua y días de sobra para rechupetear estos pirulíes.
un saludo atento.
He leido el libro Lunas de Agosto de Justo Vila. Me parece maravilloso, un libro magnifico. En su lectura me he sumergido en aquellos tristes días de Agosto en el que las hordas fascistas se levantaron contra la libertad y la democracia. Tambien había oido que algun escritor perteneciente a la derecha más dura había dicho que los dirigentes de Badajoz habían huido y los tilda de cobardes. Justo Vila demuestra que estos dirigentes estuvieron siempre en primera fila de combate y no huyeron y si lo hicieron en el ultimo momento es porque se tuvieron que enfrentar a miles de legionarios que despues para vengarse de los muertos que tuvieron ametrallaron a miles de personas en la plaza de toros con lo que en este libro de Justo Vila queda muy claro que lo que ese individuo dice es mentira y lo único que pretende es cambiar la historia y negar los crimenes que los fascistas cometieron y que Justo Vila explica muy bien, demostran con ello que en la plaza de toros se cometieron asesinatos que no se deven olvidar. Muy bien por Justo Vila. Lean el libro, asi podran saber la verdad de lo que paso en Badajoz.
ResponderEliminar¿Pero bueno de cuándo una novela se dedica a demostrar nada?
ResponderEliminarY no es que esté contra la barbarie facha, no. Sino que estoy contra la barbarie destructora del arte, de la creación... Instrumentalizar as´ñi el genial arte de la novela es mentecatez, oportunismo, falta de creatividad, regueldo sobre lo ya trillado...
Por esa regla los libros de actas de los bancos son obras literarias más que geniales, porque dicen verdad, o el libro de actas de una comunidad de vecinos, o las cuentas de un tendero, o el libro de actas de un instituto...
Pero beuno hasta donde está llegando esta moda necia de la novelucha histórica, ¿hasta dónde?
Eso es lo que preocupa.
Apaga y vamonos. Era de esperar. ¿el libro de Justo Vila dice la verdad de lo ocurrido? ¿Cuantos ingenuos como Manuel se han creido lo que Vila dice? No es Justo Vila el mas indicado para escribir sobre historia y menos de la guerra civil. Por favor, señor Lama, no colabore usted con la ignarancia, le creo incapaz de hacerlo, el libro de Justo Vila, en todo caso, es una novela ficticia y aun así sin fundamento, pero en ningun momento demuestra nada, es mas como argumento historico no tiene pies ni cabeza. Sinforiano Madroñero y Nicolas de Pablo nunca estuvieron en el frente. Deje usted muy claro eso, para evitar comentarios como el de Manuel y que nunca acusen a los que creemos en la libertad y estamos en contra del fascismo de ser unos ignorantes
ResponderEliminar"...el libro de Justo Vila, en todo caso, es una novela ficticia..."
ResponderEliminarPues claro que es una novela, además de "ficticia", y valga la redundancia; en caso contrario no sería una novela. No se por qué se insiste en dar tanto énfasis a algo tan obvio.
"...y aun así sin fundamento, pero en ningun momento demuestra nada, es mas como argumento historico no tiene pies ni cabeza."
Vamos, si una novela no tiene "fundamento", sea histórica, erótica o policíaca, no se escribiría, es más, no existiría cómo género ¿o es que acaso tienen fundamento millones de novelas, desde Agatha Christie hasta Danielle Steel, pasando por Alatristes, Yo Claudios y cristianos a los leones? ¿Qué ley priva a un autor de situar a unos personajes en unas escenas, o sacarlos de otras o de inventarse diálogos entre éstos? ¿No es la fantasía lo que entretiene y estimula la lectura de muchas personas?
¿A qué viene tanta crispación por situar a los políticos leales en una escena que posiblemente no tuvo lugar en Badajoz de la manera que se narra? Parece que ciertos personajillos nunca personarán a Sinforiano Madroñero y a Nicolas de Pablo que se comportaran como humanos.
AL ÚLTIMO ANÓNIMO:
ResponderEliminar¡Cuánta ignorancia literaria! (o el hallazgo maravilloso de ignarancia, como usted pone). ¿De cuándo la Historia debe demostrar algo? ¿Qué son los argumentos históricos? Toda novela es ficticia y sin argumento o con él, ¿se refiere al argumento literario, al histórico?
Sinforiano Madroñero y Nicolás de Pablo pueden estar donde quieran, depende del punto de vista y de la obra literaria que se trate:
a) Ensayo histórico
b) Novela
c) Etcétera
Hay que amueblar bien el coco antes de escribir y tener las ideas claritas, luego se puede amar la libertad, ser así o asá.
por lo que deduzco aquí, la novela es mas bien para ser arrojada a la basura. Gracias por evirtr¡areme el comprarla, me gastare en cubatas los 18 euros. No crei que fuera tan pésima y tqan mala como aquí estan demostrando que es, Gracias a todos y austed selor Lama en particvular.
ResponderEliminarDe nada hombre, pero lee un poco más que no pasa nada.
ResponderEliminarjosemarialama
Buenos días:
ResponderEliminarNo he leído todavía en esta sección argumentos mínimamente convincentes que demuestren que la novela es mala.
¿Por qué algunos se empeñan, desde el anonimato, en inventarse cosas que nadie ha escrito?
Saludos cordiales
Eva, ya sabes que algunos utilizan el prejuicio ideológico como principio de crítica literaria.
ResponderEliminarSaludos
josemarialama
Creo que lo comentado aquí es rico, eva. Dado que el medio es provisional e informal, o así lo vemos.
ResponderEliminarEn cuanto al prejuicio ideológico como principio de crítica literaria, del que habla Josémaría, se usa en su doble sentido (aquí): Para apoyo y valoración de la novela como algo genial y conseguido, sin apenas argumentos y remitiendo al principio de autoridad (del autor), o como un bodrio. Depende del punto de vista y la inflamación "ideal" o ideológica del sujeto. Ambas posturas son erróneas a todas luces y oscuras. Aunque mal es la del apoyo incondicional, por mor de ideología y demás, la de desprecio ni se cuenta.
Pero (a cuenta de esto quiero reflexionar sobre el asunto, con el permiso de la invitación a comentario) lo peor de todo es dar un sublime valor a algo literario, con crítica profesional presuntamente inocua, pero por cuestiones ajenas a los valores críticos, estéticos y literarios. Tal como ocurre en negocios arropadores de productos editoriales –El País, El Mundo, CNN, la SER, la COPE, etc.- Eso ocurre mucho al día. No existe crítica certera, valoradora, sensata, ponderada, como no fuera en los recovecos especializados minoritarios. Y aún así todos se empeñan en mostrar los valores por los temas, asuntos, tratados…. De forma que una novela sobre la guerra civil, sobre todo si los republicanos son los bienquistos, es la apoteosis según un bando; si al contrario la apoteosis, son para los retrofranquistas. Y algo tiene valor literario y crítico independiente de lo que trate, cuente, ocurra, diga. Sino el cómo, no el qué. Ese es el rigor crítico. Tanto da si es histórico, mediopensionista o de hadas. Los asuntos extraliterarios, esto es de fuera de la literatura, no son literatura, y menos elementos para valorar. Aunque tengan otros valores indudables. Esto se olvida a menudo.
También ocurre hoy, con las técnicas propagandísticas y publicitarias, de marketing y demás. Aparte de eso de las coberturas propagandísticas editoriales, que compran catedráticos, profesores, críticos, por la única ideología que les une: “er money”. Para poner bien lo del negociado, para poner mal al contrario. Por ejemplo el hecho de presentar un libro de poemas de una poetisa menos que mediocre un consejero de cultura, como tal, a bombo y platillo, anunciado en los medios que potencian y auspician su partido, siendo parcial con ello, instrumentalizando cargo, dineros, medios, e interviniendo a favor de algo para lo que debe ser ecuánime con todos, pues en esa todo poeta con libro tiene derecho a que le auspicie un consejero de la rama cultural de su autonomía, como poco, o en el caso de Justo, todo un presidente las novelas... Y viene ocurriendo en toda autonomía que se precie, o desprecie en el caso. Que está bien, cada uno se busca la vida como estime y crea que deba ser, que eso es su ética: lo que debe ser. Pero son valores, sucesos, hechos, que el lector avispado debe conocer, y no son intrascendentes ni baladíes. Y me refiero a que distinga el movimiento del negociado editorial, que manipula crítica, política, sindicato, vecindario, grupete de amigotes, favoritismo de cargo y cualesquiera cosa con tal de vender y publicitar.
Miren el fenómeno “Código Da Vinci”. Se agreden creencias, se juega con los sentimientos del vulgo, se utiliza demagogia barata, ocultismo de la SER-últimomilenio y de la ESTAR… Y distinga, asimismo, de los valores literarios. Esto último es casi imposible para el común de la gente, y en el futuro imposible. La gente va creyendo por la fe de la moda y modos, lo que le dicen quienes tienen depositada su confianza, tienen fe de carbonero en quienes mandan, son famosos, etc. Ya se han encargado y se encargan, en la educación que se dispensa, de la eliminación de cualquier criterio como aguja de marear, como formación racional y a la luz de los estrictos valores literarios. Se potencia la fe ciega, la creencia y la opinión, que son lo mismo. Los políticos con mando sirven a los negociados editoriales, que se sirven de los medios para publicidad, las correas de transmisiones sindicales, o correajes, que sirven… Y vuelta a empezar. De forma y manera que los libros se han convertido en un lindo negocio que genera mucho money, en un producto más de consumo, o sólo eso, sometido a las leyes del mercado de consumidores que se mueven por la creencia y la opinión, esto es, la fe del carbonero, que no de los valores estéticos, literarios, críticos, de sabiduría, serios. Y digo libros de literatura, ¿eh? ¡Si vamos a otros no veamos!
Y es que, amigos míos, los manejos son tan flagrantes, tanta la impostura, suficientemente analizada por expertos en el universo mundo a estas alturas del cotarro (véase a Steiner, p.e.), que, sumado eso al cariz de “novelística histórica” de ciertas obras, con todo lo malo que eso fuere desde la más estricta teoría y crítica literaria, y hastiente, aburrido y mediocre en el panorama creativo español, que mueve a estar prevenido contra, o a que su recepción sea de aquella manera... Que se ha convertido el panorama de la creación en campo de batalla, campo de Agramante al hilo de la última lectura cervantina, de rifirrafes “ideológicos” sobre la guerra civil, o incivil guerra. Perdiendo sus valores y poniéndolos al servicio de causas espúreas a ellos. Aunque es innegable que existe un gran público ahormado al consumo de esos productos, enganchado por rutina y necesidades y carencias personales, como asuntos de autoayuda y asimilados, cuando no saciantes del hastío existencial.
No obstante voy a leer con gusto la novela de Justo Vila, sin anteojeras, con libertad, por ser algo de Extremadura, de extremeños, y literario, ya que me la regalaron con esa intención de gozo. Y quien lo hizo bien me quiere y le tengo fe. Y a estas alturas de mi vida no puedo perder tiempo. Ya conozco otras cosas del autor y estilísticamente es pasable, se le puede leer, sin tirar cohetes, como me pasa con autores del día. Salvo alguna excepción, como el insólito Fernando Aramburu.
Es ya un mérito haber escrito una novela así, publicarla en Extremadura y todo lo que alguien que conoce el paño estima en esas lides.
Pediría a los comentaristas y lectores "opinantes" sensatez, criterios, y que olviden creencias y opiniones a la hora de juzgar. La “doxa” griega –opinión- y la “pitias” –creencia- son de valor estrictamente personales, no racionales, son valores para cada-uno-en-su-ser del tipo fe, sin razón ni cálculo. Uno puede opinar que el verde de las hojas es por enanos que de noche las pintan, y creer que los burros vuelan. Se respeta, pero es cuestionable desde la “ratio”.
Pero sí, llevan razón, hay gentes que están siempre en contra, por el hecho de que uno sea churrero, Justo, albañil, sindicalista o del Betis, que todo es ideología hoy, todo. Según la creencia y la opinión.
Si procede y hay ganas, ofreceré la crítica algún día, esto es, la puesta en valor literario y artístico. Por lo menos tengo la formación y la "habilitación académica", si cuenta.
Que la salud no les canse nunca, que es lo que importa, la salud total.
De nada.
Me informan que el libro se está vendiendo muy bien. Me alegro por todos y Justo en particular...
ResponderEliminarSaludos