domingo, 17 de diciembre de 2006

Premjeet


Desde hace cinco días alojamos en casa a un muchacho de Malasia. Por sugerencia de unos amigos nos asociamos a AFS Intercultura, una organización internacional de voluntariado sin ánimo de lucro que promueve actividades de acogida de estudiantes extranjeros. Hemos empezado con el programa de invierno, que consiste en acoger durante los meses de diciembre y enero a un chaval de algún país del hemisferio sur (para que coincida con sus vacaciones de verano). Durante dos meses convive con nosotros, asiste a clase en el instituto, aprende castellano y se relaciona con Juan. El chico se llama Premjeet y es natural de Georgetown, de la provincia malasia de Penang. Tiene quince años, su padre es malayo y su madre india, habla inglés y es un punjabi sikh. Las cenas (cuando nos vemos al cabo del día) son para todos una experiencia educativa: nos contamos costumbres, nos reímos con las trampas que provocan los idiomas y aprendemos algo de tolerancia y cultura de la diferencia. Muy recomendable.

6 comentarios:

  1. Lama te veo en Agosto bloggeando desde Malasia!!! :-) No dejes de llevarlo un día de excursión a la empresa.

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  2. Pos yo aquí en España, y generalmente en todo el mundo, vivo y convivo, respeto y trato de que me respeten, que es verbo que me encanta más que tolerar, que es algo así como aguantar...

    Lama, con la inmigración de todos sitios eso ya está periclitado. No obstante viva la diferencia y que sirva de ejemplo.

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  3. NA9, hombre, Lama está hablando de otra cosa.
    Claro que todos vivimos y convivimos, pero no todos somos capaces de meter a una persona que no conoces de nada en tu familia.
    Por cierto si tanto te gusta el respeto, no sé a qué viene tu tonito.
    Feliz Año nuevo para todos/as.

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  4. ¿Pero no es ya la verdadera diferencia aquella contraposición dialéctica del enfrentamiento cultural? Las culturas ni se toleran ni se respetan. Se enfrentan a muerte por el predominio de las unas sobre las otras... Gracias a eso ahora somos todos españoles, por venir todos de los latinos o romanos que acabaron muy adecuadamente con celtas, íberos y layetanos y simile, por ejemplo. Para nada hay que llorar porque algunas culturas desaparezcan.

    Toda ONG pertenece a algún Estado y sigue sus directrices, y para camuflarlo se dicen “Organizaciones no gubernamentales”. Eso solo engaña al que desea ser engañado.

    Por otra parte no podemos salvar a doscientos millones de personas de la miseria y el hambre: a los pobres siempre los tendremos entre nosotros, dijo el sabio de Jesús de Nazaret (la igualdad total es la miseria total).
    Cuando se empieza a amar, no al prójimo (próximo) sino al lejano, lo que ocurre es la fructificación de la debilidad y el olvido de los lazos solidarios entre los cercanos... Entonces aquella antigua solidaridad de clase –o nacional- es escamoteada por el amor alicio y ñoño de un cristianismo solapado o krausismo que vive de ilusiones falsas.
    Del pensamiento dialéctico y de lucha (revolución) se ha pasado a concebir el mundo y al hombre como si todos fuésemos Bambis y monjitas de la caridad. Y detrás de tanta tolerancia y respeto por lo foráneo únicamente se esconde la insolidaridad del neoliberalismo rampante que pretende desprotegernos disolviendo las fronteras logradas entre los cercanos (prójimo) a costa de tantos siglos esfuerzo y sangre (La paz sólo se logra al delimitar unas fronteras).

    ¡Tolerancia cero!

    El respeto a las diferencias culturales es solo relativismo cultural, o sea: atomismo individualista que conduce al solipsismo espiritual y desclasado. Eso está parachutado por la ideología de la clase dominante para debilitar a la cultura propia que está más armada y puede enfrentársele mejor: al disolver la cultura “española” en diecisiete culturitas ridículas (cultura vasca, catalana, etc.), España queda más indefensa frente a los USA y sus multinacionales, pues es cosa muy clara que es más difícil de vencer una cultura universal que no una cultura regional y pequeñita.

    No existe la “cultura de la diferencia”, sino la diferencia cultural. La cultura no es “de la diferencia”... sino cultura española, francesa, rusa, etc., o angloamericana o iberoamericana, etc., cuya convivencia estriba en la influencia y el enfrentamiento cultural, económico y político por el predominio. La “cultura de la diferencia” es una mera táctica de una estrategia cultural concreta y agresiva: la cultura depredadora del neoliberalismo, pues la llamada integración de las diferencias es sólo el espejo del capital transnacional que pretende limar contrastes para expandirse mejor. La verdadera cultura de la diferencia es entender estas diferencias como contrapuestas e imposibles de aunar, por tanto el resultado no es la tolerancia, sino el enfrentamiento a muerte.

    El mayor respeto que cabe hacer a todos los hombres de otras culturas es el integrarlos con claridad y dándoles todos los derechos en la cultura superior (tecnológica, científica y política) que domina el planeta (y será así por las buenas o por las malas). Lo demás es bazofia que ya trituró Federico Nietzsche por un lado y Marx y Engels por otro. A las culturas más débiles, como a las Naciones más débiles, lo que les toca es desaparecer en el basurero de la historia, y sobre ellas lo que mejor podemos hacer es sacudirnos de encima el polvo que nos pudo quedar de su inane paso por este mundo.

    Ustedes no aman a los hombres..., ustedes sólo aman la pose de moda, el aspaviento de los socialistas de cátedra y del pensamiento doxológico y único y vulgar de todos los alicios y Bambis monjeriles que trata de socavar las defensas y luchas de siempre. Tanto si lo saben como si no. Adiós y Felices Navidades.

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  5. La AFS es una ONG como tantas otras. Dice de sí misma que es una organización (url=http://www.afs-intercultura.org/quienes_somos.htm) “sin ninguna vinculación de tipo político ni religioso”, pero no hay dudas de que aunque no haya una vinculación a un partido político concreto, sí que está metida de lleno en la política (es la voz de quién la sufraga, a saber: el Estado, la voz de su amo), pues política, y política cándida a borbotones, es todo lo que postula. Por ejemplo, se nos dice ahí que... “Las actividades de AFS se desarrollan sobre valores fundamentales como la dignidad de todos los seres humanos y sus culturas”, sin especificar si también se tienen por dignas las culturas que acogen en sus costumbres ritos o ceremonias como los toros nuestros y tantas culturas llenas de acciones “barbaras” o de “maltrato” a los animales, o si a pesar de “potenciar el respeto a las diferencias”, se respeta antes que nada esas diferencias nuestras: toros, lanceados y encierros de toros, Semana Santa, Pesebres, Romerías, cabras arrojadas de los campanarios, etc. O sea, que la “educación intercultural” sólo es el abandono cada día mayor de nuestra propia cultura: burricie futura.

    También se nos dice ahí que la “AFS reconoce que la PAZ es un concepto dinámico, amenazado por la injusticia y la intolerancia”, y esto ya es el colmo, pues aunque la paz sea un concepto dinámico –como todos- no por ello cabe poder decir sin rubor que ese concepto o esa paz se halle “amenazado por la injusticia y la tolerancia”. En primer lugar cabe decir que los conceptos nunca son amenazados por nada a menos que no lo sean por otros conceptos falsos o más verdaderos, y eso habría que demostrarlo...Y si sólo de la amenaza a la paz se trata, entonces hay que hablar claro y decir que no es ni la injusticia ni la intolerancia lo que amenaza a la paz..., sino la constitución real y normalita del mundo y de las políticas reales que saben que la guerra es una consecuencia muy natural dadas las tensiones y contraposiciones de los diversos intereses en lucha. Y los intereses concretos por los recursos, por el poder, por la riqueza, etc., para nada deben ni pueden estar supeditados a la ñoñería monjeril de una supuesta justicia exenta, desinfectada, ni a una tolerancia imposible, como imposible es, por ejemplo, la tolerancia de la explotación capitalista por el obrero asalariado. Si se pide respeto en la diversidad: “El objetivo de los programas educativos de AFS es conseguir que las personas actúen de manera responsable, como ciudadanos/as globales que trabajan por la paz y la comprensión en un mundo necesariamente diverso”..., entonces lo que realmente se nos está pidiendo es que aguantemos los efectos de la explotación, los efectos de esa misma diversidad, pues que bien diversos son los intereses de proletarios y burgueses.

    Todo esto es paja para los ignorantes y los Bambis alicios, como se demuestra en eso de que se trataría de conseguir que las personas actúen “de manera responsable, como ciudadanos/as globales que trabajan por la paz y la comprensión en un mundo necesariamente diverso”.... De entrada, si son ciudadanos lo habrán de ser forzosamente de algún Estado y Nación concreto por la simple razón de que no existen “ciudadanos globales”. La ciudadanía la da el Estado, no “el globo terráqueo” . Eso de ser “ciudadano del mundo” es una soberana estupidez..., o una gran mentira, que es peor. Y quienes trabajan “por la paz”, son en política –tanto si se sabe como si no-, beligerantes respecto de algún otro al cual acaso esa paz no le interese... ¿Qué paz? ¿La pax romanorum? ¿O la pax libertina, la Paz capitalista y occidental?

    ¿Y cómo es posible que “trabajen por un mundo necesariamente diverso”, como dicen, y no se admita que el fruto más normalito de la diversidad misma es la misma intolerancia, la lucha política y su correlato bélico, las luchas de y por las diferencias de recursos, económicas, etc.? ¿Qué responsabilidad puede haber cuando no se comprende en modo alguno la constitución misma de la esencia de lo político que consiste sucintamente en las contraposiciones de los diversos intereses de manera perenne como enseñó Julien Freund y Carlos Marx? ¿Se pretende un discurso y “diálogo” eterno habermasiano y zapateril en el cual siempre y como mágico resultado será posible la paz y la concordia? La realidad demuestra cada día de que todo eso es por completo falso. Pura vacuidad.

    En fin, que yo antes de recomendarles a ustedes que se metan a esas per-fectas organizaciones sectarias y cuasimonacales, supuestamente exentas de lo in-fecto del real mundo, les convido a que se lean Zapatero y el pensamiento Alicia de Gustavo Bueno. Allí cuando menos se tiene bien claro que la única solidaridad que cabe encontrar en este mundo es la solidaridad positiva de una clase, la clase propia, enfrentada a las otras clases. El grito verdaderamente positivo no fue ¡humanos de todo el mundo, unios!, sino ¡proletarios del mundo, unios!, del Manifiesto comunista, pues es la clase social la que define y especifica a todo hombre real y concreto, no la adscripción linneana a su género biológico (homo). ¡Y encima se dicen que no son “etnicistas”! Como si la superación de la etnia por el género no fuera la misma ideología biológica ya dada hace siglos por un Gobineau, o sea, su exacerbación. Eso no es ninguna virtud, pues precisamente y cuando se recurre a “lo humano” se está considerando al hombre como a un de-fecto, pues que el hombre es más un exceso de animalidad, es un animal político, y como tal, sometido a la diversidad de las luchas políticas. Tratar de sacarlo de esa condición suya de exceso de animalidad en tanto animal político es denigrarlo a un puro status de mera animalidad: pues el hombre, aún y sin dejar de ser un animal, es un animal social, que vive en la Ciudad, en la Polis o en el Estado o Nación, y no ese hombre asocial y supuestamente apartida que antes que español se considera “ciudadano del mundo”..., que eso es en lo que se acaba y lo que tanto abunda hoy andando por nuestras ciudades. Adiós y Felices fiestas.

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