No sé que tienen que ver la nobleza de las palabras que nombtran la división genérica de la poesía, con ese espectáculo de masas, mesas y misas, con ese circo del mundo, huero, caro, innoble, predicador de las quintaesencias del Capital, de Estado o no, con ese más que sospechoso artilugio publicitario que llaman deporte, sacado de un juego noble e inocente del pueblo y elevado a negocio y Mercado...
También el baloncesto es arte y así lo han demostrado nuestros jugadores, haciendo el mejor baloncesto del mundo. Ganar un campeonato mundial es algo grande, muy grande, y pasarán algunos años antes de que volvamos a vivir algo tan bonito.
Al anónimo que me precede: El dinero, que no la publicidad,es todo en esta vida, pero hombre no nos destroces la emoción de vivir el triunfo de un buen trabajo en equipo. No nos quedemos sólo en el juego de las palabras, juguemos a todo, por el mero disfrute.
El mundial de baloncesto me recuerda una escena de la película "El hombre tranquilo" de John Ford, cuando despues de la noche de bodas el cochero regresa y observa la cama rota en el suelo, solo sabe decir repetitivamente: "Homérico, ha sido homérico".
No sé que tienen que ver la nobleza de las palabras que nombtran la división genérica de la poesía, con ese espectáculo de masas, mesas y misas, con ese circo del mundo, huero, caro, innoble, predicador de las quintaesencias del Capital, de Estado o no, con ese más que sospechoso artilugio publicitario que llaman deporte, sacado de un juego noble e inocente del pueblo y elevado a negocio y Mercado...
ResponderEliminarTambién el baloncesto es arte y así lo han demostrado nuestros jugadores, haciendo el mejor baloncesto del mundo. Ganar un campeonato mundial es algo grande, muy grande, y pasarán algunos años antes de que volvamos a vivir algo tan bonito.
ResponderEliminarAl anónimo que me precede:
ResponderEliminarEl dinero, que no la publicidad,es todo en esta vida, pero hombre no nos destroces la emoción de vivir el triunfo de un buen trabajo en equipo.
No nos quedemos sólo en el juego de las palabras, juguemos a todo, por el mero disfrute.
El mundial de baloncesto me recuerda una escena de la película "El hombre tranquilo" de John Ford, cuando despues de la noche de bodas el cochero regresa y observa la cama rota en el suelo, solo sabe decir repetitivamente: "Homérico, ha sido homérico".
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