El 7 de octubre de
1918, hace hoy cien años, la Guardia Civil mató a dos personas en Valencia del
Ventoso. En plena huelga general, con los obreros y las mujeres del servicio
doméstico en paro, el alcalde de Valencia del Ventoso había mandado cerrar la
sociedad obrera. Centenares de obreros se resistieron, se concentraron en su
sede en la calle Méndez Núñez y rechazaron a pedradas a las autoridades y a los
guardias civiles.
La Guardia Civil disparó
indiscriminadamente a la multitud y mató a un joven jornalero de 17 años
(Segundo Martín Fernández) y a una mujer embarazada de 36 años (Gumersinda
Martínez Boza), hiriendo a numerosas personas más.
En Valencia del
Ventoso se había creado en 1908 la sociedad obrera “Luz y Progreso”, de orientación
republicana y fue sustituida a partir de 1915 por otra sociedad llamada “La
Fraternidad”, donde convivieron socialistas y anarquistas. La huelga, convocada
por la sociedad obrera, había empezado en los primeros días de junio de ese año,
interrumpiéndose y reanudándose en varias ocasiones. Los obreros agrícolas
reclamaban un aumento de jornales para poder pagar los productos básicos. En
agosto continuaron las protestas por el precio del pan. Los obreros estaban en
permanente movilización. El día 29 de ese mes se manifestaron ante el
ayuntamiento 140 obreros en paro forzoso, destacándose una comisión que
solicitaba trabajo o se verían obligados “a buscar de comer donde lo hubiere.”
Los obreros solicitan permiso para celebrar una manifestación pero se les
deniega. Los propietarios despiden a la mayoría de los trabajadores que tenían
empleados.
Una nueva vuelta
de tuerca se le da al conflicto el 24 de septiembre. Los obreros se van al
camino de Sevilla para trabajar sin permiso y después solicitan el pago del
jornal. El alcalde llama a la guardia civil.
El 29 de septiembre una reunión entre obreros y el inspector provincial
de trabajo acaba en fracaso.
El 30 de
septiembre de 1918 acaba el plazo del contrato de los encargados de la custodia
del ganado. El 1 de octubre comienza la huelga, los ganados son abandonados y
el servicio doméstico abandona también las casas particulares. El alcalde pide la
intervención del ejército.
El 2 de octubre se
llega a un acuerdo con los mayorales, pero la huelga prosigue con el resto de trabajadores.
En el pueblo se siguen concentrando guardias civiles. El 5 de octubre se
solicita permiso para hacer una manifestación, tras la cual se dará un mitin.
Se les deniega el permiso. Los propietarios hacen distintas ofertas de 7 y 9
reales pero sin llegar a los 10 que pedían los obreros.
El 7 de octubre el
alcalde ordena la clausura del centro obrero. La gente se amotina. A las 2 de
la tarde, los obreros insultan y apedrean a las autoridades locales y a la
Guardia Civil, que responde disparando contra la gente, y mata dos personas,
hiriendo a doce personas más.
Aunque los
periódicos hablan de tres muertos (dos mujeres y un hombre), en el Registro
Civil de Valencia del Ventoso sólo aparecen dos fallecidos. Los cadáveres
permanecen en la calle durante catorce horas a la espera de la llegada del
juez. El malestar es enorme. En los días siguientes se concentran en el pueblo
125 guardias civiles. Finalmente, los patronos aceptan el jornal solicitado por
los obreros.
Son detenidos seis
vecinos de Valencia del Ventoso. Con la sociedad descabezada y algunos de sus
dirigentes encarcelados, en ese mismo mes de octubre de 1918, los 722 afiliados
de la sociedad obrera pidieron su ingreso en el Partido Socialista. Y dos años después, en la
primavera de 1920, el Partido Socialista gana las elecciones municipales y Valencia del
Ventoso elige a su primer alcalde obrero, Cruz Martínez García, uno de los
primeros de la historia de Extremadura.