sábado, 11 de marzo de 2017

REIVINDICACIÓN DE LO RURAL DESDE VALENCIA DEL VENTOSO

Veinte personas, hoy sábado por la mañana, reunidas en Valencia del Ventoso para hablar del territorio donde vivimos y del papel que una asociación cultural como el Colectivo Manuel  Peláez debe desempeñar en el desarrollo de la comarca. Llegamos de Zafra, de Los Santos de Maimona, de Valverde de Burguillos, de Valencia del Ventoso… mitad funcionarios, mitad autónomos, mitad hombres, mitad mujeres, algún parado, mucho artista, varios docentes, aunque pocos jóvenes.

Cada vez me gusta más este tipo de encuentros. Hasta ahora se habían celebrado en Zafra, pero a partir de ahora, en coherencia con lo que se propone, serán itinerantes por toda la zona. Y hoy ha tocado Valencia. De anfitriones han ejercido Lorenzo, María y Miguel Ángel. Hemos reflexionado durante dos horas y pico alrededor de una mesa y después nos hemos tomado unos vinos y un cocido con garbanzos de aquí, de los mejores.

Las actividades culturales en una asociación como la nuestra son importantes, pero −aunque entendamos la cultura en un sentido integrador e integral, no como guinda− no deben ser las únicas. También son necesarias las actividades más políticas, la preocupación por esta polis expandida que es la comarca, en un colectivo que no tiene adscripción partidaria alguna, pero en el que gozamos de la oportunidad de trabajar juntas personas de distintas opciones políticas, especialmente en el ámbito de la izquierda. Aquí hay militantes o simpatizantes del PSOE, de Izquierda Unida, de PODEMOS, algún anarquista y no afiliados ni afiliadas a ningún partido. Es de las pocas asociaciones que conozco en las que hacen cultura y política, sosegadamente, gentes de distintos partidos. En un mundo de crecientes uniformidades, solo me interesa la diversidad, los sitios donde hay gente que opina distinto. Me aburren la unanimidad, las banderías y los sectarismos.

Pero, además de la cultura y la política, está la conciencia. Actividades de concienciación, de ese radicalismo republicano civil que tanta falta hace en España. Por eso el Colectivo está solicitando, por ejemplo, a los ayuntamientos de la zona espacios donde se habiliten entierros civiles. Muchos se ponen de perfil, por eso será un empeño lento y sostenido, pero lo lograremos. Tenemos toda la vida por delante. Es de justicia y de sentido común.

Y, en definitiva, está también el desarrollo del territorio. Gente preocupada por cómo afrontamos el futuro de nuestros municipios, de nuestra comarca. Cómo nos enfrentamos a la despoblación, al envejecimiento de nuestros pueblos, a la realidad de casas sin gentes y gentes sin casas, a una juventud que huye de la escasez de oportunidades…


Reivindicamos la vida rural.  Vivir en una pequeña ciudad o en un pueblo, en pleno siglo XXI, no es ninguna miseria. Además de ser un orgullo, es un privilegio. Y ahí estamos. Haciendo cultura, haciendo política, concienciando y trabajando, modestísimamente, por el desarrollo de nuestros pueblos desde una asociación cultural.